Personas cercanas a Joe Biden señalan que ahora empezó a aceptar que podría tener que abandonar la carrera electoral
Una allegado familiarizado con la situación advirtió que el presidente aún no había tomado una decisión, después de tres semanas de insistir en que continuaría su campaña y ante crecientes presiones
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WASHINGTON.- Varias personas cercanas al presidente Joe Biden dijeron el jueves que creen que empezó a aceptar la idea de que quizá no pueda ganar las elecciones del 5 de noviembre y tenga que abandonar la carrera por la Casa Blanca, cediendo a las crecientes demandas de muchos miembros del Partido Demócrata.
Una de las personas cercanas a él advirtió que el presidente aún no había tomado la decisión de abandonar la carrera después de tres semanas insistiendo en que casi nada lo sacaría de la competencia electoral. Pero otro dijo que “la realidad se está imponiendo” y que no sería una sorpresa que Biden hiciera pronto un anuncio respaldando a la vicepresidenta Kamala Harris como su sustituta.
Este artículo se basa en entrevistas con cuatro personas cercanas al presidente, todas las cuales describieron la situación como extremadamente delicada y hablaron bajo condición de anonimato para evitar ofender al presidente. Biden permaneció aislado en su casa de vacaciones de Rehoboth Beach (Delaware) tras serle diagnosticado Covid-19 el miércoles.
Muchos otros demócratas más alejados de la Casa Blanca dijeron que estaban aumentando las expectativas dentro del partido de que el presidente cedería pronto, un cambio respecto a hace sólo unos días, cuando muchos se desesperaban ante la posibilidad de que cambiara de opinión. Pero también hubo cautela a la hora de interpretar las señales de un mandatario con un círculo de confidentes extremadamente reducido.
El último demócrata destacado que ha pedido públicamente al presidente que considere la posibilidad de “pasar la antorcha” a otro candidato fue el representante Jamie Raskin, de Maryland, miembro clave de la comisión de la Cámara de Representantes que investigó el atentado contra el Capitolio del 6 de enero de 2021.
Una carta que envió a Biden el 6 de julio y obtenida por The New York Times el jueves comparaba al mandatario y comandante en jefe, de 81 años, con un cansado lanzador de béisbol, y le instaba a consultar con sus compañeros demócratas si debía continuar su campaña. “Todo aquello en lo que creemos está en juego en los próximos cuatro meses y medio”, escribió Raskin.
Funcionarios de la Casa Blanca negaron que el presidente estuviera pensando en retirarse, desestimando los informes que afirmaban lo contrario como resultado de una campaña coordinada de filtraciones por parte de los líderes demócratas para aumentar la presión sobre Biden.
Aunque afirmaron que está escuchando las preocupaciones y tomándoselas en serio, no ha cambiado de opinión sobre su retirada y en las últimas 24 horas dejó claro a sus ayudantes que sigue decidido a permanecer en la carrera.
Mike Donilon, asesor principal de Biden desde hace mucho tiempo y uno de sus confidentes más leales, dijo al presidente que la carrera sigue siendo competitiva a pesar de las dudas de los demócratas y de algunas de las encuestas públicas, insistiendo en que todavía hay un camino hacia la victoria en noviembre, según otros asesores. La familia del presidente también lo ha apoyado, destacando su largo historial de superación y desafío a los escépticos.
Orgulloso y testarudo, Biden lleva una lista mental de todas las veces que triunfó después de que le dijeran que no podría, y tiende a atrincherarse cuanto más se lo presiona para que cambie. Pero las crecientes demandas para que se haga a un lado en el duelo con Donald Trump no proceden ahora de actores secundarios o de comentaristas de los medios de comunicación, sino de los mismos demócratas que han sido sus aliados más importantes en los últimos años. Para un presidente que valoró sus relaciones en el Capitolio, esto refleja una extraordinaria caída en desgracia.
Comprendiendo su psicología y sensibles a su enfermedad actual, varias personas familiarizadas con las discusiones dijeron que sus allegados dudan en presionarlo para que dé una respuesta mientras padece Covid-19. Su médico dijo el jueves que no tiene fiebre, pero que está experimentando síntomas respiratorios.
Las deliberaciones de Biden se produjeron cuando se intensificaba la crisis en la que está sumida su presidencia y el mandatario se enfrentaba directamente a las encuestas que mostraban que sus donantes lo estaban abandonando y que estaba perdiendo estrepitosamente en todos los estados más disputados.
La representante Nancy Pelosi, de California, expresidenta de la Cámara de Representantes y una de las más leales defensoras del presidente, le manifestó su pesimismo sobre sus posibilidades y usó su conocimiento del mapa político, los datos de las encuestas y la recaudación de fondos para defender su postura. En una llamada reciente, cuando Biden insistió en que tenía encuestas que mostraban que podía ganar, Pelosi dijo “ponme a Donilon al teléfono”, para poder citar sus propias encuestas que mostraban lo contrario, un desafío directo al presidente y una insinuación de que no estaba bien informado. La referencia era para Mike Donilon, un viejo amigo, antiguo encuestador y gurú de los mensajes de campaña de Biden.
Michael Shear, Peter Baker y Katie Rogers
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