Vivió durante 30 años con su caimán en Nueva York, pero el estado se lo confiscó: los motivos de las autoridades
Un hombre residente de Hamburg tenía como mascota un cocodrilo que compró en una feria en Ohio en 1990; en marzo, el Departamento de Conservación Ambiental retiró al reptil de la vivienda
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En marzo pasado, las autoridades de Nueva York confiscaron a un caimán de 340 kilogramos y 3,5 metros de largo que vivía desde hace 30 años en la casa de un residente de Hamburg, al norte del estado. Ahora Tony Cavallaro, su dueño, demandó al Departamento de Conservación Ambiental (DEC, por sus siglas en inglés) para que le devuelvan a su mascota.
Tony Cavallaro, residente de Hamburg desde hace años, compró el caimán americano en una exposición de reptiles en Ohio en 1990. El animal tenía tan solo dos meses y le puso de nombre Albert. Con el tiempo, el hombre construyó una pileta en el interior de su vivienda para que pudiera crecer más cómodo y en un ambiente adecuado, dentro de las posibilidades.
Para no tener problemas legales, Cavallaro tramitó una licencia ante el DEC. Sin embargo, un cambio de regulaciones locales hizo que en 2021 no pudiera renovar la documentación y quedó reglamentariamente desamparado.
A principios de este año, los oficiales ambientales se acercaron a la vivienda de Hamburg y le solicitaron a Cavallaro que entregara al caimán Albert. Por una cuestión de edad, al reptil se lo encontró con una ceguera en ambos ojos, además de complicaciones en la columna, entre otros tantos problemas de salud.
Al animal lo sedaron, le taparon la boca con cinta adhesiva y se lo llevaron. Según trascendió, se argumentó que la licencia de Cavallaro para tener al reptil había expirado en 2021 y que no había sido renovada. Sin embargo, en la demanda que presentó el hombre se especifica que el DEC le negó la documentación y que esa decisión “no tenía fundamentos”, según le dijo su abogado defensor, Peter Kooshoian, a AP.
Kooshoian le aseguró al medio citado que ahora los pasos a seguir, según consta en la demanda, consistían en que el DEC le devolviera la licencia y, una vez con ella, comenzar a litigar para que el animal fuese entregado. “Creemos que debería haber tenido una licencia válida en ese momento, como la tuvo durante los últimos 30 años”, explicó.
“No soy peligroso. No estoy poniendo en peligro a la gente”, le dijo Cavallaro a AP. Por su parte, el DEC no emitió comentarios respecto al caso ni al litigio, aunque le aseguró al medio que, cuando incautaron a Albert, consideraron que las condiciones en las que vivía el reptil no eran las mejores ni las adecuadas.
Para Cavallaro, fue el DEC el que no cumplió con sus propios requisitos de licencia que regían para las personas que ya poseían un animal salvaje cuando entraron en vigor las nuevas regulaciones en 2020. “Espero que podamos resolver este asunto. Esta demanda es todo lo que puedo hacer. Me abruma. Me arruinó el año, lo destruyó”, se quejó el residente de Hamburg.
Por el momento, Albert fue enviado a Gator Country, un centro de rescate de Beaumont, Texas, donde los visitantes pueden interactuar con caimanes y otros reptiles. En su sitio web, la institución explica que “alberga a más de 450 caimanes americanos, cocodrilos y muchos reptiles diferentes, así como varios mamíferos que recibió a través de rescates, donaciones de otras instituciones o abandonos”.
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