Nervios: el gesto que reveló que Meghan Markle se siente intimidada por la corona británica
Un experto en lenguaje corporal analizó los movimientos de la duquesa de Sussex; pese a que mantuvo la sonrisa intacta, delató su ansiedad; reforzó la tensión con otros comportamientos durante el servicio de Acción de Gracias en la catedral de San Pablo
LA NACION
La celebración del Jubileo de Platino de Isabel II fue el escenario perfecto para el regreso de Meghan Markle al Reino Unido. En 2020, tomó las riendas del destino de su matrimonio y junto a Harry abandonaron Frogmore Cottage, en Windsor, para cruzar el Océano Atlántico. Posteriormente, reforzaron su posición frente a la corona británica con la explosiva entrevista con Oprah Winfrey y la autobiografía del príncipe, que se publicará a fines de este año. Pese a que los duques de Sussex no tuvieron una participación importante durante el festejo por los 70 años de la reina en el trono, sí asistieron al servicio de Acción de Gracias y el comportamiento de la estadounidense reveló inseguridad, según consignó el Daily Express.
Jesús Enrique Rosas, reconocido experto en lenguaje corporal, estudió todos los movimientos de la duquesa desde que llegó a la catedral de San Pablo hasta que se marchó, y destacó que hubo uno en particular que sugería que estaba nerviosa.
Apodado como “el chico del lenguaje corporal”, Rosas explicó que todo inició cuando bajaban del auto en la entrada de la iglesia. Aquel día, Meghan optó por un diseño de alta costura de Dior: un vestido fresco en color gris en el que sobresalía el cuello al estilo oversize. Como exige el protocolo, selló el look con un sombrero a tono.
Al salir del auto, el príncipe le hizo un gesto a Markle para que se revisara el cuello del vestido, cosa que ella hizo, y su movimiento quedó registrado en un video que reprodujeron diversos medios, entre ellos el canal oficial de YouTube de la familia real.
Sin embargo, no fue hasta que el experto notó la cantidad de veces que la duquesa repitió ese gesto durante el servicio, que descubrió que no se trató de azar y efectivamente era de un patrón de comportamiento, según reseñó Daily Mirror.
“Cuando revisaba las imágenes noté que todos mencionaban a Meghan arreglándose el cuello y siempre era del lado izquierdo”, expresó Rosas, quien luego agregó que ese movimiento era un “gesto pacificador”.
Al profundizar en su explicación manifestó: “Hacemos este tipo de gestos para calmarnos. Puede ser arreglarnos la ropa o tocarnos la cara, o en el caso de Harry, tocar su anillo de bodas”. Se trataría de un movimiento para descargar el estrés que realmente funciona, de acuerdo con el especialista.
No obstante, advirtió que si bien generaba tranquilidad, al mismo tiempo “se comunicaba al mundo que nos sentimos nerviosos”, añadió. “En el caso de la ropa, tal vez el ajuste no es el adecuado y podríamos estar incómodos, pero para cualquier ‘ajuste de ajuste’, generalmente tiramos de las mangas o de la falda”, explicó.
Rosas interpretó que la exageración en el movimiento de Meghan cada vez que tocaba la solapa del cuello transmitía ansiedad, aunque tuviera una sonrisa dibujada en el rostro. Al respecto, añadió que pese a que parecía verse alegre, la tensión en los músculos del cuello manifestaban lo contrario.
En ese sentido, concluyó que existía una buena razón para la tensión, ya que Markle fue inspeccionada no solo por la mirada atenta de la realeza presente, sino por el público en las cercanías de la catedral.
De acuerdo con New York Post, la popularidad que alguna vez disfrutaron los duques está en franca disminución. Aquella fue la única aparición oficial que tuvieron con ocasión de los festejos del Jubileo, y fueron abucheados cuando salían de la catedral de San Pablo en el segundo de los cuatro días de celebración del reinado de Isabel II.
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