Es venezolano, se asiló en EE.UU. y ahora enfrenta el temor de la deportación: “El miedo es a diario”
Cientos de inmigrantes a diario tratan de cruzar de manera ilegal hacia Estados Unidos, un venezolano contó su historia a LA NACION, cómo fue su proceso de asilo, el fin del TPS y la protección contra la deportación
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Dave decidió salir de Venezuela en el año 2017, cuando dejó su casa en busca de mejores oportunidades. La crisis política, económica y social del país sudamericano lo llevaron a buscar nuevos rumbos para labrarse un futuro y encontrar la seguridad que su país natal le había negado. Antes de llegar a Estados Unidos, el joven migrante vivió algunos meses en Colombia, luego decidió partir hacia Perú, donde se instaló durante tres años. Actualmente, Dave espera por la resolución de su solicitud de asilo, pero las recientes medidas antiinmigrantes impulsadas por el gobierno de Donald Trump le hacen temer por la deportación.
Cómo llegó a asilarse en Estados Unidos
En noviembre de 2021, motivado por la crisis que dejó la pandemia del Covid-19, Dave tomó la decisión de irse a Estados Unidos. Para cumplir su cometido tenía que volar a México y luego pasar la frontera hacia el norte ayudado por coyotes.

Dave pagó US$5.000 para llegar a EE.UU. y un contacto lo trasladó de Monterrey a Ciudad Acuña, lugar donde arrancó la travesía antes del cruce. Recibió una llamada, nada más llegó al pueblo fronterizo, le pidieron preguntar por unas personas y luego se montó a una camioneta que lo llevó a una casa del pueblo junto a otros migrantes. Allí permaneció varias horas mientras se esperaba el momento del cruce hacia Estados Unidos. “Nos decían que había mucha vigilancia, pero que debíamos estar alerta y preparados, sin llevar nada, salvo una muda de ropa y el pasaporte”, relata el migrante en entrevista con LA NACION.
Dave afirma que una vez llegado a Estados Unidos, el protocolo era entregarse a las autoridades del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La única condición era firmar un documento en el que se admitía haber cruzado de manera ilegal y que se estaba cometiendo un delito.“El momento llegó en la madrugada. Cruzamos el río bravo y caminamos durante media hora; en este punto la policía fronteriza nos abordó y nos llevaron detenidos”. Relata el joven venezolano.
El migrante cuenta que durante una semana estuvo incomunicado con el mundo exterior y que fue trasladado a una especie de campamento, que servía como centro de detención. “Vivimos en una carpa, dormimos en el piso y permanecimos 12 personas en una habitación, hasta que un día me autorizaron a hacer una llamada y me comuniqué con mi hermana, quien para ese entonces vivía en Dallas”.
El momento de la liberación y el proceso de asilo
“A mí me soltaron en San Antonio, Texas y yo iba a Dallas. El ICE llama a tu familia y le da la información de la fecha en la que te dejarán en libertad, en este caso tu familia está obligada a comprarte el pasaje hasta tu punto de llegada”. Detalla Dave.
El joven reflexiona sobre la suerte que tuvo al quedarse detenido solo una semana y como su proceso dentro de todo había sido un poco más humano. “Había personas a las que se les colocaban grilletes electrónicos y les indicaban cuándo se tenían que presentar, a estos los mantienen vigilados”, específica Dave.
Las personas como Dave tienen un año para refugiarse en algún tipo de legalidad. En su caso, optó por el asilo político; un proceso que puede tardar años. El joven migrante recibió la notificación de una corte en diciembre de 2021 para presentarse a una audiencia recién en el año 2028. Hasta ese momento tiene un margen de legalidad, ya que es un proceso que depende de las autoridades.
Dave cuenta con licencia de conducir y el social security card, documentos que lo habilitan para trabajar y permanecer en EE.UU. hasta 2028, momento en el que deberá presentar su caso ante un juez.

El fin del TPS, la separación de su familia y el temor a la deportación
“El TPS nos dio la oportunidad de tener legalidad a muchos venezolanos, había personas que tenían hasta 15 años indocumentados y esta protección nos abrió las puertas. Como yo había pedido el asilo, no me arrimé al TPS, pero miles de personas confiaron en esta oportunidad y ahora quedaron en el limbo”. Reflexiona el joven.
“En 2024, junto a mi hermana, decidimos solicitar el parole humanitario para mis padres y mi otra hermana que vive en Venezuela. La cancelación de esta figura fue un golpe duro, ya que será muy difícil volver a reunirnos con la familia, es algo que te golpea muy fuerte, teníamos la esperanza de volvernos a unir. Decidimos ir por este camino y ahora seguimos a la expectativa de lo que pueda pasar, podemos ser deportados y el miedo a que pase algo es a diario”. Afirma el joven venezolano a LA NACION.
Se estima que aproximadamente 607.000 venezolanos que vivían en Estados Unidos en enero de 2025 estaban amparados por el TPS, que otorga autorización para trabajar y protección contra la deportación. Además, más de 117.000 habían llegado y obtenido la libertad condicional bajo el programa de parole humanitario antes de que este se suspendiera en diciembre de 2024.

De acuerdo con información del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el proceso de asilo en Estados Unidos se desarrolla ante un juez de inmigración e incluye varias etapas:
- Audiencia preliminar: el juez verifica los cargos contra el solicitante y pregunta si teme regresar a su país. Si se solicita asilo, el caso avanza.
- Audiencia individual o de mérito: el solicitante presenta su historia, testigos y pruebas. El juez, junto con un abogado del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), evalúa el caso.
- Decisión final: el juez determina si concede el asilo. En algunos casos, el juez toma un tiempo para pensar o escribir su decisión. En esos casos, el solicitante debe esperar.
- Apelaciones: tanto el solicitante como el DHS pueden apelar ante la Junta de Apelaciones de Inmigración dentro de un plazo de 30 días. La apelación puede ofrecer una última oportunidad de evitar la deportación.

Dónde viven los venezolanos en Estados Unidos
Según un reporte publicado por el Instituto de Políticas Migratorias, que analizó cifras de la Oficina del Censo de EE.UU., de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y otras agencias, señaló que los inmigrantes venezolanos en Estados Unidos se encuentran concentrados especialmente en Florida. Además, la mayoría llegó a partir de 2010.
Para el periodo 2019 a 2023, el 49% de los nacidos en el país sudamericano residían en el Estado del Sol. Otras entidades que también registraron cifras destacables fueron:
- Texas (14%)
- Georgia (4%)
- Nueva York (4%)
- California (3%)
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