Según cálculos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), faltan más de 137 fármacos clave en ese país, entre ellos 14 compuestos empleados para tratar el cáncer
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Estados Unidos está inmerso en una preocupante crisis de escasez de algunos medicamentos. Faltan en el país 301 fármacos, 100 más que hace cinco años, y 47 se sumaron a la lista en el primer trimestre de 2023, según datos de la Sociedad Estadounidense de Farmacéuticos de Atención Médica (ASHP, por sus siglas en inglés).
La Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), por su parte, calcula que en este momento escasean 137 medicinas, cuando la cifra en los pasados años no solía rebasar el centenar. Al margen de las dispares estimaciones, lo preocupante es que la lista crece, y en ella hay al menos 14 compuestos forman parte de tratamientos contra el cáncer.
“Los medicamentos de quimioterapia han regresado a la lista de los cinco tipos de fármacos más escasos”, explica a BBC Mundo la periodista médica estadounidense Roxanne Nelson. Nelson advierte que la situación es grave, ya que algunos de esos compuestos se utilizan en tratamientos de primera línea para varios tipos de cáncer, desde el de mama hasta el de ovario o la leucemia pediátrica. En muchos casos, asegura, no existen alternativas efectivas y la escasez “causa retrasos en el tratamiento, lo que puede provocar desenlaces fatales”.
“Como en el campo de batalla”
Cada vez más enfermos de cáncer en EE.UU. se ven envueltos en una segunda lucha: encontrar las medicinas que necesitan para curarse. Es el caso de la militar retirada Toni Dezomits, de Carolina del Norte, que a sus 55 años padece un cáncer de ovario recurrente en etapa cuatro (avanzada con metástasis).
Un día antes de someterse a su tercera ronda de quimioterapia, su médico le dio malas noticias: faltaba el carboplatino, uno de los tres compuestos de su tratamiento. Obligada a elegir entre prescindir de este genérico o cambiarlo por otro con efectos secundarios más fuertes, Dezomits decidió recibir sus últimas tres sesiones de quimioterapia con solo dos de los medicamentos recomendados. “Tenía estas dos opciones, a cual peor. Estoy preocupada, porque sé que no tengo el medicamento que funcionaba para mi cáncer”, asegura.
Toni Dezomits es una de los 100 mil pacientes afectados en los últimos meses en el país norteamericano, según estimaciones de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica. Cuando su oncólogo se quedó sin carboplatino, la exmilitar acudió a un hospital especializado más grande en Texas. Pero allí le negaron el fármaco porque priorizaban a pacientes con más probabilidades de curarse. “Es como el triaje (clasificación de heridos) en el campo de batalla”, afirmó Dezomits, quien fue soldado en la guerra del Golfo Pérsico.
El impacto de la crisis
El impacto en los pacientes puede variar según la gravedad de sus enfermedades, explica a BBC Mundo el doctor Eric Tichy, presidente de la junta directiva de la Alianza por el Fin de la Escasez de Medicamentos en EE.UU.
“Los pacientes enfrentan un estrés adicional y pierden tiempo buscando fuentes alternativas. Y, en los casos más extremos, la escasez de medicamentos para la quimioterapia puede causarles una gran angustia al tener que recurrir a tratamientos menos efectivos o al racionamiento, poniendo en riesgo su salud”, afirma.
Preguntamos al doctor Tichy si la crisis de medicamentos se traduce en pérdida de vidas. “Aunque no hay evidencia definitiva que lo demuestre, sabemos que un cierto porcentaje de personas no está recibiendo la terapia óptima. Por ejemplo, en un tipo específico de cáncer de vejiga, el 20% de las personas no está recibiendo el tratamiento adecuado por la limitación de la oferta, lo que podría poner en riesgo sus vidas”, responde.
Además del cáncer, la escasez de medicamentos en EE.UU. afecta a otras enfermedades como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, la diabetes, la hipertensión o el asma, e incide especialmente en áreas como urgencias, anestesia, enfermedades infecciosas, nutrición parenteral y neurología, según la ASHP.
Las causas
Los expertos y la FDA atribuyen la actual crisis a diversas causas como el incremento de la demanda por el envejecimiento de la población estadounidense, la escasez de suministros o las limitaciones en las capacidades de fabricación.
Entre todas ellas, sin embargo, destaca una: las farmacéuticas han dejado de producir muchos medicamentos baratos porque estos apenas les reportan beneficios. “Como sabemos, la atención médica en EE.UU. es un negocio”, afirma Roxanne Nelson. La especialista alega que “hay pocos incentivos para fabricar fármacos baratos sin patente”.
Como ejemplo cita los inyectables, “que son relativamente baratos de comprar pero complejos de fabricar. Por ejemplo, el sedante propofol tiene más del doble de probabilidades de agotarse en inyectables que en tabletas orales”.
A esto se debe que los medicamentos más escasos -ocho de cada 10 que faltan, según la FDA- sean los genéricos. “Los fármacos de marca, que son más caros, rara vez escasean en el mercado”, asevera, por su parte, el presidente de la Alianza por el Fin de la Escasez de Medicamentos.
Otra de las causas importantes de la crisis, destaca el doctor Tichy, tiene que ver con la fabricación y distribución de las medicinas. “Muchas veces se trata de problemas de calidad. Los organismos reguladores inspeccionan una planta de fabricación y encuentran cosas que no cumplen con los estándares, lo que provoca la suspensión de la producción y la retirada de los productos que ya están en el mercado”, explica.
Qué dice la FDA
BBC Mundo consultó a la FDA sobre la actual crisis de medicamentos, la búsqueda de soluciones y las perspectivas de futuro. “La FDA reconoce el impacto potencial que puede tener la falta de disponibilidad de ciertos productos en los proveedores de atención médica y los pacientes”, respondió la institución a través de su portavoz, James McKinney.
Destacó que “la agencia no fabrica medicamentos y no puede exigir a una compañía farmacéutica que fabrique un medicamento, produzca más de un medicamento o cambie la distribución de un medicamento”.
Sin embargo, aseguró que han tomado una serie de iniciativas para aliviar el problema, como “apoyar la adopción de tecnologías de fabricación avanzadas y prácticas de gestión de calidad eficientes” en estas compañías. También destacó que “se ha venido experimentado una mayor demanda de ciertos fármacos durante la pandemia, que ahora se está normalizando”.
Y, de cara al futuro, se muestra optimista al indicar que “los fabricantes esperan que la disponibilidad (de medicamentos) continúe aumentando en el corto y medio plazo”. Sin embargo, algunos pacientes de cáncer, como Toni Dezomits, no tienen demasiado tiempo para esperar. “Este país debería hacer las cosas un poco mejor. Deberíamos poder tener al alcance de la mano los medicamentos que salvan vidas y cuestan unos $9 o $10 por dosis”, protesta.
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