El pedido de auxilio de las escuelas de Massachusetts por la inminente crisis financiera
Con el inicio del nuevo ciclo lectivo, los distritos escolares se enfrentan a una difícil situación económica que se refleja en la reducción de personal y de algunos programas educativos
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De cara al nuevo ciclo escolar, los distritos escolares de Massachusetts atraviesan una compleja situación financiera, la cual expone una reducción de personal y también de diferentes programas educativos. En Braintree, por ejemplo, un déficit de US$4 millones llevó al despido de alrededor de 40 empleados, lo que equivale al 5% de la plantilla. Esta situación afectó en la moral de los educadores que se ven desmotivados.
Los motivos de la crisis escolar en Massachusetts
La crisis presupuestaria en los distritos escolares de Massachusetts se debe a una combinación de diferentes factores como la alta inflación, una disminución en el financiamiento estatal debido a la reducción de la matrícula estudiantil y la expiración de los fondos federales destinados a la pandemia.
Como señaló Glenn Koocher, director de la Asociación de Comités Escolares de Massachusetts, en diálogo con El Planeta, aproximadamente la mitad de los distritos están operando con presupuestos muy ajustados.
La inflación del 8% en 2022 incrementó los costos operativos para las escuelas, incluyendo transporte, alimentos y servicios públicos. Además, los aumentos salariales para los educadores, como el aumento del 9% acordado para los docentes en Braintree, complicó el escenario. A pesar de la ayuda de una exención fiscal de US$8 millones, que permitió reducir a la mitad los despidos planificados, las limitaciones en el aumento de los impuestos municipales siguen siendo un obstáculo significativo.
La disminución y los recortes
La expiración del programa federal de estímulo Esser, que aportó US$2,5 mil millones a las escuelas de Massachusetts, fue una de las trabas importantes porque dejó a los distritos con menos margen financiero para enfrentar los crecientes gastos. Por ejemplo, en Worcester, la finalización de este tipo de fondos provocó el recorte de aproximadamente 200 puestos.
Pittsfield, por su parte, tuvo una disminución en la matrícula estudiantil en la última década, lo que redujo el financiamiento estatal a pesar de un aumento temporal por la llegada de familias inmigrantes. La falta de crecimiento económico y el estancamiento en la inversión inmobiliaria dejaron a la ciudad con recursos limitados para abordar las brechas presupuestarias.
Las posibles mejoras
A pesar de estos complejos desafíos, hay distritos que encontraron alivios a raíz de los presupuestos municipales. Es el caso de Framingham, que aumentó su contribución local al presupuesto escolar en una cifra cercana a los US$8 millones.
Mientras que en Boston, el aumento de aproximadamente US$80 millones en el presupuesto, permitió al sistema escolar enfrentar los desafíos financieros y adaptarse mejor a los fondos federales.
El nuevo presupuesto estatal de julio, que asigna US$235 millones adicionales para las escuelas K-12, ofrece un respiro, aunque los líderes escolares prefieren ser cautelosos. De todos modos, esperan que esta asistencia financiera continúe en el futuro, ya que los distritos escolares no pueden seguir funcionando de la misma forma con menos recursos.
LA NACION
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