Aseguran que las aguas de las playas de Boston están más frías este verano: la explicación detrás del fenómeno
Los turistas se quejan del mar helado y evitan sumergirse por completo, mientras la ciencia busca la razón detrás de este suceso; qué tiene que ver la transición de El Niño a La Niña
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LA NACION
Quienes visitan las playas al norte de Boston saben con lo que se encontrarán. No es una novedad decir que muchos de sus turistas o residentes, por lo general, padecen de las bajas temperaturas de sus aguas. Sin embargo, este año todos aseguran que lo sienten acentuado.
Este fenómeno, según explican los especialistas, podría deberse a un enfriamiento significativo en las aguas profundas del Golfo de Maine, que en el último año registraron temperaturas más frías. De todas formas, puede que las quejas de sus visitantes todavía no sean del todo “justas”. A continuación, se explicará el motivo.
¿El agua de las playas de Boston están más frías?
Al hacer un repaso en el tiempo, se observa que las aguas de la costa norte de Nueva Inglaterra presentaron temperaturas bastante elevadas en los últimos años. No obstante, en 2024, se registró un enfriamiento notable en las aguas profundas del Golfo de Maine. Algo que puede repercutir en las playas del norte de Boston, pero que todavía no se ve reflejado.
Dave Reidmiller, director del Centro Climático del Instituto de Investigación del Golfo de Maine, explicó a Boston.com que el Golfo de Maine actúa como una “bañera”. Describió que Georges Bank, una extensa área elevada del fondo marino entre Cabo Cod y Nueva Escocia, funciona como una barrera que separa el Golfo de Maine del océano Atlántico. Esto, según su análisis, limita el intercambio de aguas profundas con el océano abierto.
El Golfo de Maine recibe la influencia de dos corrientes oceánicas predominantes: la Corriente del Labrador, fría y proveniente del Ártico, y la Corriente del Golfo, cálida y salada, que llega desde los trópicos. Lo que en el último tiempo provocó un aumento en las temperaturas en la superficie del agua fue este efecto “bañera”, junto con un cambio en la predominancia de la Corriente del Labrador a la Corriente del Golfo.
Y si bien las temperaturas superficiales siguen en ascenso, algunos estudios indican que las aguas profundas del Golfo de Maine permanecieron frías el último año. Lo que marca que la tendencia podría cambiar.
La causa de este enfriamiento en las profundidades no es del todo clara. Un estudio reciente que se difundió en Oceanography sugiere que es posible que esta modificación se deba a un influjo de agua desde la pendiente de Labrador, lo que recuerda a las condiciones previas a este importante evento de calentamiento que comenzó en 2011.
En cuanto a la percepción de los bañistas sobre la temperatura del agua al norte de Boston este año, las quejas podrían no estar completamente justificadas todavía. Reidmiller mencionó que, a pesar del enfriamiento en las profundidades, la temperatura del agua superficial fue más alta de lo habitual.
Las temperaturas del agua superficial esta primavera fueron ligeramente más bajas que en años anteriores, pero experimentaron un rápido aumento hacia finales de junio, un incremento que Reidmiller espera que continúe durante lo que resta del verano.
Además, la transición global de las condiciones de El Niño a La Niña, que tienden a generar temperaturas más frías, es otro motivo que explicaría los cambios en las temperaturas oceánicas. En esa línea, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) explica que El Niño y La Niña son “patrones climáticos en el Océano Pacífico que afectan el clima a nivel mundial”.
A pesar de la transición, Reidmiller enfatiza que las temperaturas del agua continúan con récords históricos. “Es una historia compleja de contar”, afirmó. “Pero basta con decir que la tendencia al calentamiento a largo plazo cambió la forma en que todas las partes del mundo experimentan el clima y su interacción con el entorno natural”.
Mientras que los bañistas pueden sentir que el agua está más fría en las playas de Boston, la realidad es que el complejo sistema de corrientes y cambios climáticos globales presenta una situación mucho más complicada de analizar.
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