Los dos estados donde los solicitantes de asilo tienen más posibilidades (y dónde es más complicado)

La probabilidad de recibir una repuesta positiva en torno a una solicitud de asilo en Estados Unidos dependería, en mayor o menor medida, del estado donde se tramite. Según datos recientes, los inmigrantes que presentan sus casos en Nueva York o California tienen hasta tres veces más probabilidades de ser aprobados que en Texas o Florida, estados liderados por gobernadores republicanos.

Actualmente, las principales jurisdicciones que figuran como destinos para los migrantes están gobernados por demócratas, como lo son Nueva York, donde un 61% de los casos de asilo fueron aprobados, y California, donde 66% de las solicitudes recibieron el visto bueno.

Mientras que en estos estados prosperan los expedientes de migrantes, no ocurre lo mismo en Florida y Texas. Con relación al primero, un 23% de los casos presentados fueron aprobados, en tanto que hubo un 19% de vistos buenos en el segundo.

Los datos aportados fueron obtenidos por Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro y no partidista de la Universidad de Siracusa en Nueva York. Entre 2013 y 2017, bajo la Administración de Barack Obama, el promedio de casos de asilo aprobado rondó el 43%, mientras que durante el mandato de Donald Trump, esa cifra se redujo a 32%.

No obstante, durante los primeros meses de la gestión de Joe Biden, el número aumentó a 40%. En ese orden, los tribunales de Nueva York y California registraron un aumento en los casos de asilo desde 2021, momento en que se disparó la crisis migratoria. Ahora, con el fin del Título 42, en mayo pasado, la cifra se incrementó en lugar de disminuir.

Miles de migrantes todavía se presentan a diario en la frontera con México, luego de que fallaran las medidas del presidente Biden, que ordenó el establecimiento de centros de solicitud de asilo en algunos países de Centroamérica y Colombia para tratar de reducir la crisis humanitaria en el sur del país.

De esta manera, el endurecimiento de las reglas de inmigración no surtió el efecto deseado y miles de personas, procedentes principalmente de México, Venezuela, Guatemala y Honduras, le piden a los funcionarios estadounidenses una oportunidad para poder cruzar la frontera y entregarse a las autoridades.

La crisis en Nueva York no es menor. Durante el verano (boreal), Eric Adams, alcalde de la ciudad, alzó la voz para advertir que “se estaban quedando sin espacio para alojar a los migrantes”. El político demócrata informó en su momento que ya se habían habilitado 200 instalaciones para recibir a cerca de 160 mil personas. Por su parte, la gobernadora del estado homónimo, Kathy Hochul, que tiene la misma tendencia que el expolicía, anunció que los gastos de refugio, comida y servicio le costarían al estado unos 2000 millones de dólares.

A nivel nacional, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que durante el cierre del año fiscal, que terminó el pasado 30 de septiembre, a más de 900 mil personas se les permitió ingresar al país con un permiso humanitario y eran elegibles para solicitar asilo.

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