Los detalles del look de Meghan Markle y Kate Middleton en el funeral de Isabel II que datan de la reina Victoria
Tal y como dispone el protocolo en caso de fallecimientos, los miembros de la familia real deben vestir de negro en su totalidad; qué regla impuso la monarca tras la muerte de su padre en 1952
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Sin tener que emitir una sola palabra, el lenguaje corporal habla. Y la ropa también. Así ocurrió recientemente con Meghan Markle y Kate Middleton, esta última, la nueva princesa de Gales, título que antes de ella llevó la recordada Diana. En esta oportunidad, las miradas se centraron con extrema atención en la aparición que William y Harry, con sus respectivas esposas, tuvieron el sábado pasado, cuando saludaron a algunos de los súbditos que se acercaron al palacio de Windsor para rendir honor a la difunta Isabel II, quien falleció el pasado 8 de septiembre.
La expectativa por retratar a las dos parejas era altísima, ya que la última vez que se les vio juntos fue antes de que Harry y Meghan anunciaran la renuncia a sus obligaciones como miembros de la familia real y emprendieran su viaje a Estados Unidos, donde viven desde 2020. Ahora, con el inicio de una nueva etapa para la monarquía británica, marcada por la ausencia de la reina y con los medios de todo el mundo atentos a cada movimiento, no existió margen para improvisar ni para el azar.
Tal y como lo dispone el protocolo real, los hombres vistieron trajes y corbatas negras, mientras que las mujeres lucieron vestidos discretos por debajo de la rodilla del mismo color. Asimismo, ellas acompañaron el outfit con zapatos de salón a tono y medias negras, por supuesto.
Esta misma escena se repitió este miércoles, cuando desfilaron tras el féretro de Isabel II. En esta oportunidad, acompañaron el look con abrigos largos, tocados y nuevamente medias. Este último accesorio no es un tema menor, y forma parte de la monarquía británica desde hace siglos. Un claro ejemplo de esta tradición fue la reina Victoria, quien vistió de luto durante 40 años, desde el fallecimiento de su esposo, el príncipe consorte Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, en 1861, hasta su propia muerte en 1901.
En aquella época, el período de duelo reglamentario duraba un año y un día, y las mujeres no podían presentarse en público y lucir ropa común. No obstante, el luto iba más allá de lo visible, ya que la norma indicaba que la ropa interior también debía ser del mismo color. En una oportunidad, Matthew Storey, conservador del Historic Royal Palaces, expresó a The Telegraph: “La vestimenta de luto ha formado parte de la cultura real europea durante siglos, pero alcanzó su punto álgido en el siglo XIX con la influencia de la reina Victoria, que marcó una pauta a seguir por el resto de la sociedad”, y luego añadió que cuando Alberto murió, ella abandonó la amplia gama de colores que vistió durante su matrimonio y apegó a la ropa negra como signo de extremo dolor. Sus súbditos siguieron su ejemplo, lo que provocó una avalancha de proveedores de telas de luto en toda la nación.
La tradición del luto en el equipaje que impuso Isabel II
Si bien Victoria marcó décadas de atuendos de luto, la manera en que Isabel supo de la muerte de su padre, el rey Jorge VI, la obligó a tomar una determinación: en cada viaje oficial de algún miembro de la familia real sería imprescindible empacar un atuendo negro, en caso de que se produjera un fallecimiento.
Isabel tomó esa decisión luego de aquel 6 de febrero de 1952, fecha en la cual se acostó como una princesa y despertó como una reina. Ella y Felipe habían tomado una noche de descanso en Kenia, entonces una antigua colonia británica, durante la gira que emprendieron por la Commonwealth, en sustitución de su padre enfermo.
Inmersos en medio de la profundidad de la jungla en los montes Aberdare, Isabel se convirtió en la soberana del Reino Unido con tan solo 25 años. En aquel momento, emprendió inmediatamente el viaje de regreso a casa y una de sus preocupaciones fue conseguir un vestido rigurosamente negro con el que bajar del avión al aterrizar de vuelta en Londres. A partir de aquel momento, todos los miembros de la realeza viajan con ropa de luto.
En un evento más reciente, Isabel II llevó el luto extremo tras la muerte de su esposo, el príncipe Felipe, el 9 de abril del año pasado. Debido a las restricciones por Covid-19, la imagen fue impactante: la monarca atravesó uno de sus momentos más difíciles en completa soledad en la capilla de San Jorge. Tal y como marcó el protocolo, incluso el barbijo fue negro.
Si bien en aquella oportunidad Harry viajó al Reino Unido sin Meghan, sí se lo pudo ver junto a William y Kate seguir estrictamente el protocolo durante los días que se desarrollaron diversos actos por el fallecimiento del duque de Edimburgo, hasta su entierro.
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