Lo conoció en el avión, tuvo una pésima primera impresión, pero durante el viaje su vida cambió por completo

Dos extraños que coincidieron en el tiempo y también en el espacio y un destino que, caprichosamente, se encargó de unirlos. Un argumento que puede ser la trama de muchas películas “románticas” se volvió realidad para Krystina Burton y Gabriel Solberg, que pasaron del “odio al amor” entre un vuelo y un asiento. De acuerdo con CNN Travel, en julio de 2018, cuando Krystina conoció a Gabriel, no podía estar más lejos de quererlo. Ella, una bailarina de 30 años, trabajaba en Los Ángeles y esperaba en un aeropuerto de Nueva York para volver a casa. Había llegado primero.

Entre las filas de asientos vacías, Gabriel, que regresaba después de un viaje a Europa tras visitar a su familia, eligió el lugar más cerca. Eso la enfureció, y no pudo evitar pensar en que ese tipo no tenía conciencia del espacio. Estaba sentado tan cerca que hasta pudo leer su boleto y lo peor vino después, tendrían que volver a coincidir porque les tocaría viajar juntos. Esa fue la primera señal de un caprichoso destino.

La versión que Gabriel cuenta a CNN Travel es distinta. Se justifica porque en su memoria todo estaba lleno de gente. Cuando llegó el momento de abordar el avión de Alaska Airlines y vio que aquel joven estaba sentado en su fila, la mujer intentó evitar cualquier contacto.

“Oye, ¿no estabas sentado a mi lado en la terminal?”, escuchó que una voz le decía sonriendo. Era Gabriel.

Poco a poco se desvaneció aquella primera impresión. La segunda jugada del destino llegó cuando el capitán anunció que el avión estaba retrasado y que el despegue no ocurriría pronto. Burton y Solberg aprovecharon para platicar.

“Hablamos de todo”, recuerda Gabriel. Ambos amaban los viajes. Él era mitad francés, mitad estadounidense y creció en Alemania, mientras que el trabajo de Burton la llevó a todo el mundo. Poco a poco empezaron a sentir que se conocían por años, aunque apenas habían pasado unas horas. Aún así, había algo que los hacía desconfiar: su pasado, el romance estaba lejos de su mente.

“Nunca había salido con nadie antes”, dijo ella al medio citado. Por todo esto, su cita inesperada del avión de ocho horas fue una sorpresa para ambos que, entre tantas coincidencias, tuvieron un enamoramiento instantáneo.

Cuando el vuelo aterrizó y los pasajeros desembarcaron en Los Ángeles, Solberg y Burton se prepararon para tomar caminos diferentes.

“Le dije: ‘Oye, está pasando algo aquí. Volveré en una semana y luego veremos de qué se trata’”, recuerda Solberg. “Personalmente, no pensé que iba a suceder”, añade Burton. “Sabía que teníamos algún tipo de conexión porque podía sentirlo, pero estaba como, ‘Oh, claro, ¿vas a volver a Los Ángeles y pasar el rato conmigo? Eso va a suceder’. Simplemente, no estaba convencida”.

Y aunque creyeron que no se volverían a ver, en el fondo presentían que no era el adiós. “Conocí a la chica de mis sueños”, le dijo Gabriel a sus amigos tras ese fugaz encuentro.

Se vuelven a ver

Afortunadamente, ambos habían compartido sus teléfonos y platicaron por llamadas durante horas, pactando su próxima reunión. Cuando sus familiares se enteraron de lo que había pasado en aquel vuelo, la idea les parecía descabellada, pues querían ir a una cabaña en Topanga Canyon, en las montañas de Santa Mónica, en California.

Burton no estaba convencida con la idea de una “cabaña del asesinato”. Estaba emocionada, sí, pero sus amigos y familiares estaban realmente preocupados por la idea de que viajara a un lugar aislado con un hombre que acababa de conocer. Sin embargo, ignoraron las voces de alerta y concretaron su encuentro, en el que disfrutaron de paseos y tuvieron conversaciones profundas. Después, la idea de separarse se volvió difícil de profesar y estuvieron juntos unas semanas en Nueva York.

Aun así, Krystina Burton dejó en claro que su carrera como bailarina era lo primero. Cuando su agente la contactó sobre una emocionante oportunidad de audición, acortó el viaje a Nueva York y voló de regreso a Los Ángeles. Al final, los dos pasaron solo un par de meses viajando de un lado a otro para verse antes de decidir vivir juntos.

El gran paso

Esta historia de amor no encontró un final y, en octubre de 2019, aproximadamente un año después de aquel encuentro en el avión, Burton y Solberg se comprometieron durante unas vacaciones en la costa italiana.

La propuesta tuvo lugar en una azotea, con unas vistas asombrosas, y su sesión de fotos fue en el lugar que la unió: el aeropuerto. Sus invitaciones de boda fueron boletos, pero cuando todo parecía sacado de un cuento de hadas, el destino hizo de las suyas y, aunque habían planeado una boda destino en Santa Lucía, la pandemia de Covid frenó todo.

En los últimos meses, los dos han comenzado con los preparativos nuevamente, que se complican porque Krystina está trabajando actualmente en Alemania, protagonizando una producción de “Aladdin”.

Esta pareja está compuesta por dos personas muy distintas que se complementan: Burton dice que ella es más lógica, mientras que Solberg se deja llevar por las emociones. También tienen antecedentes diferentes: Solberg creció en Europa, mientras que Burton creció en EE. UU.. Él proviene de un entorno judío ortodoxo y ella es católica. Además, forman una pareja interracial. Nada de esto es impedimento para su amor. Para ambos, una primera cita en el avión de Nueva York a Los Ángeles fue el trampolín perfecto en el que una coincidencia tomó sentido.

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