Las promesas de Trump para el primer día de su segundo mandato: cuáles puede cumplir
Durante la campaña, el magnate anunció 41 medidas para el comienzo de su nueva gestión, incluidas deportaciones masivas y la prohibición de las mujeres transgénero en el deporte femenino
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WASHINGTON.- Donald Trump tiene prevista una larga lista de decretos presidenciales que ha dicho querer implementar en su primer día en la Casa Blanca. Entre ellos, uno para comenzar con las deportaciones en masa, otro que elimina los beneficios para los autos eléctricos y otro que prohíbe la participación de mujeres transgénero en el deporte femenino.
Trump prometió 41 medidas que planea poner en práctica desde su “Día 1″ como presidente, y durante la campaña hizo referencia a esas promesas más de 200 veces, según el análisis de sus discursos hecho por The Washington Post desde su lanzamiento como precandidato, en noviembre de 2022, hasta septiembre de este año.
Si bien los candidatos a la presidencia suelen anunciar sus planes para su primer día en la Casa Blanca, cuando está detrás de cámaras, Trump recurrió más que nadie a ese recurso discursivo. Y sus propuestas suelen incluir la de ampliar las potestades de la Oficina Oval mucho más allá de lo reclamado por cualquier otro presidente, incluido Trump en su primer mandato.
Según los juristas, muchas de las promesas de Trump exceden las facultades que la Constitución le confiere a un presidente, e incluso algunas de las que están dentro de su ámbito de competencia enfrentarían desafíos legales o logísticos que las harían casi imposibles de poner en práctica en el plazo corto.
Pero no es la primera vez que Trump intenta pasar por encima de esos límites y en su segundo mandato podría volver a intentarlo. El año pasado, cuando lo presionaron para que prometiera no abusar de su poder si regresaba a la Casa Blanca, Trump dijo que no sería un dictador “salvo el primer día”, y prometió cerrar la frontera sur y expandir la perforación petrolera.
“Muchas de las cosas que Trump dice querer hacer el primer día, aunque no todas, son ilegales o impracticables”, dice Steve Vladeck, experto en derecho constitucional del Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown y un crítico del ejercicio que ha hecho Trump del Poder Ejecutivo. “Pero incluso las medidas que son ilegales podrían entrar en vigencia durante un tiempo, y hasta podría lograr empujar la interpretación de la ley a su favor”.
En su campaña de 2016, Trump también hizo grandes promesas. En su primer día en la Casa Blanca, firmó un decreto mayormente simbólico que dio inicio a sus intentos de desmantelar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado Asequible —más conocida como Obamacare—, y ordenó congelar todas las regulaciones gubernamentales pendientes hasta que su gobierno pudiera revisarlas. También rechazó un plan para reducir las comisiones sobre ciertas hipotecas federales. Al poco tiempo, empezó a implementar políticas más agresivas, como sus restricciones a los viajes desde países con mayoría musulmana.
Karoline Leavitt, vocera de la campaña de Trump, dijo a través de un comunicado que Trump “cumplió las promesas de su primer mandato de construir el muro, reconstruir la economía y hacer que Estados Unidos vuelva a ser respetado en el escenario mundial, y en un segundo mandato también cumplirá lo que prometió”.
Las promesas más repetidas sobre la inmigración
Trump centró su campaña de 2016 en un discurso antiinmigrante, y este año lo ha hecho de nuevo. Según el análisis de The Post, hizo más promesas de “Día 1″ sobre ese tema que cualquier otro candidato.
Las dos promesas que menciona con más frecuencia -”lanzar la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos” y “eliminar todas las políticas de fronteras abiertas implementadas por Biden”- sugieren una dura ofensiva contra la inmigración, pero brindan pocos detalles sobre las medidas específicas que tomaría la Casa Blanca.
Según la Constitución norteamericana y la ley federal de inmigración, los presidentes tienen amplias facultades para definir la política inmigratoria, por no es sorprendente que Trump haya hecho promesas sobre este tema, dada la importancia que tiene para los votantes.
Pero al promulgar su política inmigratoria, los presidentes deben respetar los resguardos constitucionales, como el debido proceso. La promesa de Trump de realizar deportaciones masivas enfrentaría desafíos en el frente legal, así como obstáculos logísticos que harían inviable una deportación inmediata a gran escala. Los defensores de los derechos civiles también han condenado el plan, calificándolo de inhumano.
Otra promesa sobre inmigración que Trump hizo para su primer día como presidente es poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, un principio fundamental de los derechos civiles consagrado en la 14va. Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. En general, los expertos legales coinciden en que para aplicar una medida de ese tipo hace falta una reforma constitucional propuesta por el Congreso y ratificada por tres cuartas partes de los estados.
Y por más que Trump intentara eliminar por decreto la ciudadanía por derecho de nacimiento para ciertos grupos —ordenando, por ejemplo, que los estados dejen de emitir partidas de nacimiento—, probablemente el decreto quedaría frenado de inmediato en los tribunales, señala Omar Jadwat, director del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la ACLU.
“Hay muchas formas de intentarlo”, dijo Jadwat, “pero es imposible que un tribunal permita que algo tan descaradamente inconstitucional”.
Trump tiene más margen de maniobra si lo que quiere es revocar decretos anteriores sobre inmigración, como las protecciones de Biden para los inmigrantes indocumentados casados con ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, incluso en ese caso, sus decisiones tendrían que cumplir con la ley de administración federal, que establece requisitos para cambiar las regulaciones de gobierno.
No sería la primera vez que Trump tropieza con ese escollo. Siendo presidente, lo intentó dos veces para desmantelar el programa de la administración Obama que protege a los inmigrantes indocumentados traídos a Estados Unidos cuando eran niños, pero la Corte Suprema le cerró el camino.
Educación
En 2023, cuando el debate nacional sobre la enseñanza de la raza y el género había tomado temperatura, en sus discursos de campaña Trump empezó a hacer dos promesas distintas sobre el tema de la educación.
En al menos 45 ocasiones amenazó con recortar el financiamiento del gobierno federal a las escuelas que permitan debates sobre raza, género u orientación sexual, a los que se opone. También dijo 37 veces que recortará el financiamiento a las escuelas que tengan mandatos de vacunación o de uso de barbijo. Trump manifestó su oposición a estos requisitos de salud pública durante la pandemia y sigue repitiendo esa postura por más que los distritos escolares ya habían flexibilizado o eliminado por completo las restricciones pandémicas.
Sin embargo, Trump no puede llevar a la práctica ninguna de estas promesas: para recortar el financiamiento escolar necesitaría de la aprobación del Congreso, porque la ley de educación actual no contempla esas salvedades.
Promesas en materia de energía
Trump prometió en 31 ocasiones derogar lo que describe como el “mandato de vehículos eléctricos” de Biden. Biden no emitió ningún “mandato” específico sobre vehículos eléctricos, pero ese concento se ha convertido en un caballito de batalla entre los republicanos, en general, en referencia a las normas de emisiones de gases de la administración Biden y a un conjunto de incentivos, algunos de ellos aprobados por el Congreso, para promover la producción de autos eléctricos.
Trump también ha dicho nueve veces que “derogará el Green New Deal”. El término “Green New Deal” proviene de una resolución sobre cambio climático propuesta por los demócratas progresistas del Congreso en 2019. Desde entonces, los republicanos utilizan el término para referirse a los componentes ambientales de la Ley de Reducción de la Inflación y otras políticas ambientales que desaprueban.
Ninguna de estas políticas puede ser derogada unilateralmente por Trump en su “Día 1″, ya que atañen a leyes aprobadas por el Congreso o por las agencias de aplicación y estarían sujetas a litigio si Trump intentara revocarlas.
Promesas sobre la cuestión transgénero
Además de sus amenazas de recortar el financiamiento a las escuelas por los debates sobre la identidad de género, Trump prometió que desde el primer día pondrá en práctica políticas que afectarán la vida personal de los norteamericanos transgénero.
Su promesa más frecuente en ese frente es prohibir que las mujeres transgénero participen en deportes femeninos, una observación que hizo en 18 ocasiones. También ha propuesto prohibir a nivel nacional las cirugías de afirmación de género para menores, a las que calificó de “mutilación sexual infantil”. Trump podría intentar socavar esos derechos por decreto, pero al igual que varias de sus otras promesas, no se trata de políticas que un presidente pueda aplicar unilateralmente, y muy probablemente sería impugnado de inmediato por la Justicia.
Otras promesas para el “Día 1″
Otras propuestas de Trump para su primer día como presidente son más bien un paquete de sorpresas que abarcan una amplia variedad de temas y que en sus discursos suelen ser mencionados como de pasada.
Entre otras cosas, prometió derogar tres decretos de Biden desde el primer día: uno relacionado con el auge de la inteligencia artificial, otro que amplía la verificación de antecedentes para la compra de armas, y otra que promueve la diversidad, la equidad y la inclusión en el plantel del empleados públicos del gobierno central. En esta materia sí podría implementar algún cambio inmediato. Los presidentes no están sujetos a los decretos de sus predecesores, así que probablemente el nuevo presidente pueda comenzar a desmantelarlos rápidamente.
“Es casi lo más fácil que un presidente puede hacer en su primer día”, dice Vladeck. “La fruta que tiene más a mano es la de revocar los decretos presidenciales anteriores.”
Trump ha lanzado más de una docena de otras promesas para su primer día en la Casa Blanca, incluidas cuestiones de los veteranos y los procesamientos del Departamento de Justicia. También hizo al menos siete comentarios relacionados con la flexibilización de varias regulaciones comerciales pesqueras y tres referencias a la eliminación de los impuestos sobre las propinas, una propuesta que también formaba parte de la agenda de la ahora excandidata Kamala Harris.
Por Derek Hawkins, Clara Ence Morse y Eric Lau
Traducción de Jaime Arrambide
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