La posible anulación del fallo sobre el aborto, un terremoto político que profundizará la grieta en EE.UU.
El derecho de las mujeres a interrumpir un embarazo pasaría a depender del lugar en el que vivan si la Corte revirtiera el fallo Roe vs. Wade; la sentencia marcaría un nuevo hito en una guerra cultural que tendrá su próxima batalla en las elecciones legislativas de noviembre
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WASHINGTON.- Una mujer en Mississippi o Texas ya no podría abortar legalmente en una clínica. Pero otra mujer en San Francisco, Nueva York, Boston o Chicago, sí. El fallo que prepara la Corte Suprema de Justicia para revocar la protección al aborto legal en todo Estados Unidos imprimirá el primer quiebre en medio siglo de jurisprudencia, y tendrá un efecto inmediato si es que se confirma: dejará el aborto en manos de los estados, como ocurría hasta 1973, y partirá al país en dos. Más de una docena de estados prohibirán el aborto inmediatamente. Otros avanzarán en ese camino.
En Estados Unidos, ese giro es un avance o un retroceso según a quién se le pregunte, pero es innegable que coloca a la primera potencia global a contramano del mundo, que en las últimas décadas se ha movido hacia un mayor acceso al aborto.
A diferencia de otras naciones donde el aborto es legal, como la Argentina, en Estados Unidos la legalización plena llegó luego de una larga batalla legal que llegó hasta la Corte Suprema. En 1973, el histórico fallo “Roe vs. Wade” determinó que el derecho de las mujeres a elegir continuar con un embarazo o no estaba amparado por la Constitución, y forzó a los estados donde aún estaba prohibido a aceptar su legalización. La guerra cultural continuó, y continuará ahora aun si se formaliza la nueva postura del máximo tribunal. La nueva realidad ante la que quedó el país desató un vendaval político que profundizará la grieta que caracteriza a la historia y el presente de Estados Unidos. La próxima batalla será la campaña para las elecciones legislativas de noviembre, en las que el aborto será –otra vez– un tema excluyente.
La victoria que consiguió el movimiento que desde hace décadas pelea para desterrar el aborto comenzó a gestarse en 2014, cuando los demócratas perdieron el control del Senado en las elecciones legislativas de ese año. Dos años más tarde, la muerte del juez Antonin Scalia, ícono del ala conservadora de la Corte, le dio a Barack Obama la oportunidad de dejar un tribunal con cinco jueces progresistas. Pero los republicanos bloquearon el pliego de Merrick Garland, el juez elegido por Obama para reemplazar a Scalia, con el argumento de que era un año electoral. Donald Trump ganó la elección presidencial en noviembre de 2016, y en solo cuatro años logró un viejo anhelo de la derecha de Estados Unidos: nombró tres jueces en la Corte, y dejó una mayoría de seis jueces conservadores.
Neil Gorsuch ocupó la silla de Scalia. Brett Kavanaugh reemplazó a Anthony Kennedy, famoso por ser el juez que dirimió durante años las disputas ideológicas entre el ala progresista y el ala conservadora de la Corte. Pero el golpe final llegó en septiembre de 2020, cuando murió Ruth Bader Ginsburg, ícono cultural y feminista del país. Años antes, Obama había intentado sin éxito convencerla de que se jubilara para reemplazarla por otro juez progresista. Los republicanos se olvidaron de su propia regla, y, poco antes de las elecciones que Joe Biden le ganó a Trump, llevaron a Amy Coney Barrett a la Corte. Gorsuch, Kavanaugh y Barrett respaldaron ahora la revocación de Roe vs. Wade, según reveló Politico.
Si el fallo de la Corte se concreta, la pelea por el aborto descenderá a los estados. La histórica puja entre el movimiento “a favor de la elección” y el movimiento “a favor de la vida” será puramente territorial. El derecho a abortar no correrá peligro en las costas demócratas, pero desaparecerá en el centro del país, en estados republicanos como Oklahoma, Utah, Alabama, Mississippi, Kansas o Indiana. En cada elección local, el aborto será protagonista. Las divisiones que caracterizan a Estados Unidos se profundizarán.
“El aborto es y seguirá siendo legal en Pensilvania”, tuiteó el gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, apenas salió la revelación de Politico. “Voy a vetar cualquier legislación en contra de la elección que llegue a mi escritorio”, prometió.
Abortion is and will remain legal in Pennsylvania.
— Governor Tom Wolf (@GovernorTomWolf) May 3, 2022
3 things to keep in mind:
1️⃣ An official ruling has not yet been made
2️⃣ Once #SCOTUS does rule, it’s up to states to pass legislation to change abortion laws
3️⃣ I’ll veto any anti-choice legislation that lands on my desk https://t.co/kbBGadiMMS
Gavin Newsom, gobernador de California, dijo que propondrá una enmienda para “consagrar el derecho a elegir” en la Constitución del estado.
Pero es casi seguro que más de 20 estados férreamente republicanos se moverán rápidamente para restringir o directamente prohibir el acceso al aborto. Varios ya lo han hecho. En 2021, Texas se había convertido en el primer estado que logró implementar una de las leyes más restrictivas para el aborto luego de que otros intentos de otros estados republicanos fueron bloqueados por la Justicia. Con el fallo de la Corte, podrán avanzar. Muchas mujeres deberán viajar, o intentar acceder clandestinamente a medicamentos o a un médico para poder abortar, tal como ocurría en el siglo pasado.
El fallo de la Corte tendrá un impacto político y social que, por ahora, es incalculable. Aun cuando la decisión final no está confirmada, Biden sacó un comunicado horas después de la revelación de Politico ratificando su respaldo al derecho de las mujeres a elegir, y llamó a la decisión “radical”. Y dijo que la defensa de ese derecho recaerá en los funcionarios de todos los niveles de gobierno, pero también en los votantes.
JUST IN: The Supreme Court confirms the authenticity of the draft opinion revealed last night by Politico. The chief justice has ordered an investigation into the leak. pic.twitter.com/XZweHdyhCG
— SCOTUSblog (@SCOTUSblog) May 3, 2022
El presidente norteamericano señaló que necesitarán más senadores y congresistas para lograr algo que parece poco menos que imposible: aprobar una ley que legalice el aborto, tal como se hizo en la Argentina. La inflación llevaba a los demócratas a una derrota segura en las elecciones legislativas, y a perder el control del Congreso. La Corte puede darles el salvavidas que buscaban. Esa será próxima batalla en una guerra sin fin.
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