La mudanza que convirtió a un edificio neoyorquino en un infierno
Cuando los empleados de una compañía transportaban un sofá desde el sexto piso, golpearon un rociador de incendios y causaron una espectacular fuga
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Lo que parecía una tarea ordinaria para transportar un viejo sofá de un departamento al camión de mudanza, se convirtió en un desastre de enormes proporciones en un edificio de Nueva York. Ahora, se desarrolla una complicada discusión legal sobre los términos de las aseguradoras, que buscan evitar la cuenta de los daños millonarios ocasionados por el incidente.
Todo empezó cuando un residente del sexto piso del condominio conocido como Textile Building, ubicado en el popular vecindario de Tribeca, quería deshacerse de un mueble. Para ese fin, eligió a la compañía Kaiyo (también conocida por el nombre de la empresa matriz Furnishare), que promueve un servicio de compra, restauración y venta de segunda mano. “Nosotros nos encargaremos de todo, desde la recogida hasta la entrega y todo lo demás es gratis, fácil y le enviaremos una oferta en efectivo de inmediato”, detalla su sitio web.
Aunque el proceso parecía sencillo, cuando los empleados de la compañía llegaron, se enfrentaron con una complicación: las estrechas escaleras del edificio construido en 1900. Aun así, los expertos en mudanzas comenzaron a descender, pero “el sofá golpeó accidentalmente un dispositivo del rociador contra incendios, lo que dio como resultado una liberación sustancial de agua”, según consignó una demanda judicial, cuyos detalles fueron publicados por el periódico local New York Post.
Pasaban los meses y nadie respondía
En instantes, las escaleras del condominio quedaron inundadas, los techos y pasillos del lugar se llenaron de humedad y varios departamentos de las plantas inferiores también tuvieron cuantiosos daños. Se necesitaron más de ocho meses para terminar con los trabajos de reparación, pero el problema no terminó ahí, dado que la cuenta a pagar asciende todavía a varios millones de dólares que Furnishare exige a las aseguradoras en los tribunales.
Según el reporte del diario, en el edificio histórico de 14 pisos, los departamentos se venden entre los US$3 y $5 millones y allí vivieron personalidades reconocidas, pero que ya fallcieron, como Sylvia Weinstock, diseñadora de pasteles, y la novelista Toni Morrison, ganadora del Pulitzer y el Nobel de Literatura.
Los pretextos de la aseguradora para no pagar
La empresa de mudanzas Furnishare confiaba en que podía enfrentar la responsabilidad de la reparación de daños en el Textile Building a través de su contrato con la compañía de seguros Travelers. No obstante, el conflicto legal se extendió por más de un año y medio sin que parezca tener una solución.
Ahora, todo el caso depende de la definición de las etapas que implican los procesos de mudanzas. “Un accidente en la escalera de un sexto piso no se produce en el curso de la carga o descarga de un camión aparcado fuera del edificio”, se expuso como parte de los documentos judiciales presentados en nombre de la empresa.
Furnishare tenía otro contrato con la compañía State Farm para asegurar todo lo relacionado con sus camiones. Sin embargo, en este caso, la empresa dejó en claro que no tenía responsabilidad alguna, dado que ningún vehículo de motor estuvo implicado.
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