La mansión del crimen: el destino incierto de la casa de Griselda Blanco en Miami
La lujosa propiedad, que alguna vez perteneció a la colombiana, pasó por manos de varios compradores; la residencia se ubicaba en el corazón de Miami-Dade
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La exitosa serie biográfica de Netflix, Griselda, desató una ola de reacciones en las redes sociales al mostrar la vida de Griselda Blanco, la mujer traficante de drogas más importante de Colombia. Protagonizada por Sofía Vergara, la narrativa se sumerge en la fascinante vida de esta figura en diversos lugares, como Miami, California e incluso Colombia, centrándose en las mansiones opulentas que capturan la atención del público.
El epicentro del drama se sitúa en la mansión de “la viuda negra” en Miami, Florida, una extensa propiedad que no solo albergó a los Blanco, sino también a su séquito de inmigrantes y mujeres traficantes de drogas.
Esta residencia, ubicada en el corazón del condado de Miami-Dade, se convirtió en un símbolo de excesos, conocida por sus infames orgías y una estatua de bronce de la misma Griselda, que representaba un amuleto de buena suerte para sus leales seguidores. Tras el lanzamiento de la serie en Netflix, la pregunta que muchos espectadores se preguntan dónde está ubicada realmente la mansión y cuál es su estructura verdadera.
Según informes, la mansión de Griselda estaba estratégicamente ubicada en Miami Beach, en un refugio costero conocido por su lujo, situado en islas barrera entre el Océano Atlántico y la Bahía Biscayne, que guardaba secretos del comercio de drogas. Este lugar también era refugio de otras figuras criminales, incluido el temido Pablo Escobar.
La vivienda de Griselda fue incautada y vendida posteriormente. En 2014, Christian de Berdouare, fundador de Chicken Kitchen, la adquirió por US$9.650.000, solo para demolerla en busca de una obra maestra moderna. El terreno vacío se ofreció finalmente en 2020 por US$10.995.000.
Las recreaciones de las mansiones de Griselda Blanco en Netflix
La producción de la serie de Netflix recreó ingeniosamente las mansiones, utilizando múltiples ubicaciones para capturar la esencia de cada escenario. Desde una casa en Pomona, California, que anteriormente fue un asilo y hospital, hasta una residencia en Benedict Canyon en Los Ángeles. La atención al detalle da vida al mundo de la serie, recreando la majestuosidad y el glamour de los inmuebles de Griselda.
En los últimos años de vida de la narcotraficante, sus propiedades se expandieron a Colombia, donde resalta una mansión de 1500 metros cuadrados en la urbanización Lombardía de Medellín. Su vida de lujos y numerosas viviendas son un testimonio del imperio que construyó, dejando una marca indeleble en las páginas del mundo criminal.
La historia de la mansión de Blanco, desde su apogeo hasta su destino actual, refleja los giros y vueltas de una vida marcada por el narcotráfico y la riqueza desmesurada. A través de la serie de Netflix y la realidad que rodea estas mansiones, el legado de la narcotraficante perdura, manteniendo el interés del público en una de las figuras más controvertidas de la historia criminal.
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