La inflación en Estados Unidos llevó a Tesla a tomar una decisión que perjudica a sus consumidores

Elon Musk, cofundador y líder de Tesla, ya había advertido sobre los altos costos de la producción mientras Estados Unidos atraviesa una inflación con cifras récord desde los primeros meses del año. El litio, metal blanco necesario para la electrificación del transporte, sufre un incremento vertiginoso en sus precios que ha llegado al 80%, lo que ha obligado a tomar medidas que afectan a los consumidores y esta no es la primera vez en el año.

“¡El precio del litio ha subido a niveles demenciales! Tesla podría tener que entrar en la minería y el refinado directamente a escala, a menos que los costos mejoren”, escribió a través de su red social favorita, Twitter, en abril. Sin embargo, varios especialistas criticaron la sugerencia que hace parecer que la extracción o el procesamiento del metal es cosa sencilla y anticiparon que podría convenirle más la compra de una empresa ya dedicada a este trabajo.

Mientras en Tesla resuelven este conflicto para satisfacer sus necesidades no solo de litio, también de níquel, publicaron nuevos precios para sus automóviles con un aumento del 5% en Estados Unidos. Por ejemplo, el Modelo Y, con batería de autonomía mayor, pasó de 62.990 a 65.990 dólares. Esta medida también afecta al Modelo X, vehículo que promete una recarga de hasta 282 km en 15 minutos, y que hasta el miércoles podía comprarse por 114.990 dólares y hoy requiere el pago de 120.990 dólares.

El aumento ya había sucedido este año y también en el anterior. Cuando en mayo de 2021 los clientes le reclamaron en Twitter por esta decisión, Elon Musk respondió el motivo: “Los precios aumentan debido a la gran presión de precios de la cadena de suministro en toda la industria. Materias primas especialmente”. Ante la preocupación de los compradores, el CEO de Tesla dijo entonces que no se trataba de un problema a largo plazo, sino de una situación similar a la que ocurrió con la alta demanda de papel higiénico “pero a una escala épica”.

Pero es innegable que no solo Tesla se ha visto afectada tanto por los altos costos del litio como de la escasez de chips: esta última ha impactado hasta en la fabricación de teléfonos, consolas, computadoras portátiles y electrodomésticos.

La empresa estadounidense está lejos de la oferta que hizo Musk en 2017 respecto a la accesibilidad de al menos un modelo de sus vehículos eléctricos, en beneficio de la tan anhelada transición al uso de energías más limpias en el transporte. En ese entonces, aseguró que el Model 3 Standard Range estaría disponible a partir de 35.000 dólares. Tras el anuncio, la versión fue llamada popularmente “Tesla económico” y “Tesla para las masas”, pero poco después del lanzamiento aparecieron las quejas porque el precio no era el prometido ni en Estados Unidos ni en otras partes del mundo, hasta que desapareció de los catálogos.

Hace unas semanas, en plena incertidumbre en el país, Elon Musk redactó un correo, que después se filtró a los medios, en el que expresó “un presentimiento supermalo sobre la situación económica” y la posibilidad de despedir al 10% de los empleados de Tesla. Una medida que tomaría tras meses de caída en las acciones de la empresa.

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