La herencia que no fue: la decisión que tomó Steve Jobs antes de morir

Cuando se escucha el nombre de Steve Jobs es porque se está hablando de una persona que se ha convertido en sinónimo de innovación y de creatividad en el mundo de la tecnología. Fallecido el 5 de octubre de 2011, el fundador de Apple y de Pixar marcó un nuevo rumbo para la industria tecnológica. Y así también dejó una impactante fortuna.

Es que el empresario, que murió a los 56 años debido a un cáncer de páncreas, fue un pionero audaz y un visionario que cambió la forma de interactuar con la tecnología gracias a sus exitosos productos, algo que también se vio reflejado en el impresionante capital que tenía en el momento de su muerte: 10.200 millones de dólares.

Esta suma podría asegurar el futuro de varias generaciones, pero Steve Jobs sorprendió al mundo al decidir que sus cuatro hijos no tuvieran el privilegio de la herencia. A pesar de que Lisa Brennan-Jobs, Eve Jobs, Reed Paul Jobs y Erin Sienna Jobs son los descendientes de uno de los magnates tecnológicos más importantes de la historia, ninguno de ellos vive de la fortuna de su padre.

Antes de morir, el creador de Apple dejó todos sus bienes en manos de su esposa, Laurene Powell Jobs, en lugar de heredarlos a sus hijos. Ella fue quien acompañó a Steve Jobs desde que se casaron el 18 de marzo de 1991 hasta sus últimos días. Luego de las especulaciones generadas por la decisión del genio creativo de dejarle la herencia a su mujer, finalmente Laurene rompió el silencio en 2020 para explicar las razones de uno de los últimos movimientos económicos de su marido.

“No me interesa construir sobre el legado de una herencia y mis hijos lo saben. Steve tampoco estaba interesado en eso. Si vivo lo suficiente, se termina conmigo”, aseguró Laurene Powell. De ahí que la viuda del empresario afirmara que, en lugar de buscar mayores riquezas, invirtiera el dinero en causas filantrópicas, algo que da cuenta del decrecimiento de su fortuna.

Laurene Powell Jobs ha invertido en diversas empresas y causas benéficas, incluyendo una franquicia deportiva de la NBA, medios de comunicación como The Atlantic, una empresa de podcasting y estudios cinematográficos. Su objetivo con estas acciones no es acumular riqueza, sino contribuir a una sociedad mejor. En 2021, por ejemplo, fundó la Waverley Street Foundation para luchar contra el cambio climático, comprometiéndose a donar 3.500 millones de dólares en la próxima década.

A la madre de los hijos de Steve Jobs no le interesan los rankings. Es que Laurene podría haber sido una de las 30 personas más ricas del mundo en caso de haber conservado los 5.5 millones de dólares en acciones de Apple y los otros 138 millones de acciones de Disney, con un total de 41.700 millones de dólares.

No obstante, en la actualidad, mientras las acciones de Apple se multiplican por diez, la fortuna de Laurene Powell Jobs decrece todos los años: mientras que en 2022 tenía 19 mil millones, este año acumula 14 mil millones. A su vez, estas cifras implican que sólo cuenta con 3.800 millones de dólares más que hace doce años, un número que demuestra que no ha buscado invertir ni generar más dinero.

Mientras tanto, los hijos de Steve Jobs han seguido caminos profesionales independientes. Lisa Brennan-Jobs, su hija mayor, se dedica a la escritura. Reed Jobs es médico y se especializa en oncología, Erin Jobs estudió arquitectura y diseño, y, la más pequeña, Eve Jobs, a pesar de su título en ciencias y tecnología, se dedica al modelaje.

La única excepción que habría hecho el magnate tecnológico habría sido con su hija mayor, Lisa, que tiene 45 años y es fruto de una relación que tuvo Steve Jobs con una novia de la secundaria. Según Fortune, la decisión de dejarle parte de su herencia se relacionaría con el hecho de que él la negó durante años y cuando la reconoció quiso compensarla por su ausencia.

Aunque el visionario decidió no dejarles una herencia monetaria, sus hijos han logrado iniciar sus caminos profesionales y han buscado sus propias fuentes de ingresos, demostrando que, a pesar de su legado y de que podrían haber vivido sin tener que esforzarse, valoran la independencia y el logro personal sobre la riqueza heredada.

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