La encuesta que revela el nivel de aprobación de Claudia Sheinbaum a dos meses y medio de asumir la presidencia de México
La ciudadanía manifiesta en una encuesta de Enkoll para El País su confianza en el desempeño de la presidenta para afrontar una difícil relación con Donald Trump
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La popularidad de la presidenta Claudia Sheinbaum se mantiene en niveles altísimos. Dos meses y medio después de su llegada al poder, un 76% de la población aprueba su gestión, sin diferencias significativas por edad, sexo o nivel de estudios de los consultados. Esta encuesta de Enkoll para El País y W Radio se ha efectuado entre el 12 y el 14 de diciembre y aunque no han faltado polémicas políticas antes de esas fechas, no han lastimado la imagen de la mandataria mexicana. De la continuidad con el gobierno anterior parece haber heredado también la aprobación que la ciudadanía dispensó a Andrés Manuel López Obrador, quien recababa porcentajes semejantes de satisfacción entre los mexicanos. Su sucesora cuenta incluso con mayor confianza, como revela la pregunta sobre la efectividad que desplegará para tratar con Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos: un 34% cree que desempeñará mejor ese cometido y un 47% dice que, al menos, igual que el entonces presidente.
Los primeros días de López Obrador en el cargo, en 2018, Enkoll hizo encuestas parecidas a esta y el mandatario conseguía un apoyo del 71%, algo menos que Sheinbaum ahora. Pero la encuesta se repitió a los 100 días de gobierno y el presidente ya había escalado a un 85%. Pronto se sabrá si la sucesora lo alcanza o no cumplido ese plazo. “En todo caso, no son datos comparables por completo, porque entonces la toma de protesta era en otro mes, y los 100 días de Sheinbaum llegarán en enero, que es un mes donde la población suele mostrarse descontenta”, entre otras cosas por los gastos que ha tenido en vacaciones, explica Heidi Osuna, directora de Enkoll.
El arrastre de la nueva presidenta se extiende también entre quienes muestran afinidad con los partidos de la oposición. Un considerable 31% de quienes se identifican con Acción Nacional (PAN), el partido conservador más opuesto ideológicamente al Gobierno, aprueba el trabajo de la presidenta, quien aún suscita mayor apoyo entre los seguidores de Movimiento Ciudadano (57%) y del PRI (51%). Osuna explica que, en realidad, esos porcentajes que pueden sorprender no son tan significativos, dada la irrelevancia porcentual de quienes se dicen afines a estos partidos. En todo caso, no descarta que algunos de los seguidores del PAN apruebe la gestión de Sheinbaum. “En elecciones, el PAN decía que no creía en los datos que mostraban las encuestas, pero Sheinbaum ganó en lugares tradicional o actualmente conservadores, como Querétaro, Guanajuato, Chihuahua”, afirma. Por esa razón ve lógicos los apoyos que recaba y considera muy alto el 98% de aceptación que tiene en su propio partido, Morena.
En general, de Sheinbaum tiene una buena opinión entre el 70% y el 80% de la población, más alta cuanto mayor es la edad, de 65 años en adelante. Ello quizá se deba al bienestar conseguido con las ayudas recibidas en este tiempo, las pensiones universales, por ejemplo. Un promedio del 40% de los consultados dice percibir en su familia algún apoyo social por parte del gobierno, pero entre los mayores de 65 años lo reconoce el 58%. De modo que Morena sigue siendo el partido más valorado, con un 50% de aceptación. “El sistema de bienestar todavía se atribuye a Andrés Manuel López Obrador, antes no era tema”, asegura Osuna. Habrá de pasar tiempo para que las pensiones se consideren un derecho consolidado con independencia de quien gobierne.
Ese es uno de los lastres para la oposición, que no levanta cabeza. Solo un 13% se identifica con el PAN y un 9% con el PRI, el mismo porcentaje que recaba Movimiento Ciudadano, incluso unas décimas más. La simpatía por estos partidos se mantiene en parecidos niveles al momento de las elecciones, cuando el movimiento de López Obrador arrasó.
Sheinbaum ha completado la controvertida reforma judicial que inició en el anterior sexenio con enorme contestación en la calle y en la opinión pública, sin embargo, el mensaje de los morenistas parece haber calado en la mayoría de los ciudadanos y un 70% considera que los ministros de la Suprema Corte deben ser elegidos por el pueblo, frente al 26% que prefiere que sea el Senado quien se encargue de esas designaciones. Entre quienes manifiestan afinidad por alguno de los partidos de la oposición también se registran porcentajes notables de aceptación por el nuevo modelo de selección de jueces del Supremo: el 46% de quienes se identifican con el PAN dan su visto bueno a la elección popular, lo mismo que los afines al PRI y un 65% entre los partidarios de Movimiento Ciudadano.
A juzgar por los resultados, los mexicanos confían en que la elección de jueces, magistrados y ministros mediante voto popular contribuirá a mejorar el sistema judicial: lo creen así tres de cada cuatro consultados en este sondeo y entre los que tienen de 35 a 44 años el porcentaje alcanza el 80%. De nuevo, entre los afines a los partidos opositores se recaban altos porcentajes de conformidad con esta idea.
La administración de justicia en México es algo que preocupa a la ciudadanía por los altos niveles de impunidad y los defectuosos procesos, desde las investigaciones policiales, hasta el papel de las fiscalías y los jueces. En este sondeo, son las tres instituciones que salen peor paradas: la policía estatal solo encuentra la aprobación del 30%, con la Fiscalía General se muestra descontento el 57% y reprueba al poder judicial un 54%. A Osuna no le extraña que ese malestar se traduzca en la necesidad de un cambio en el sistema, por el que se posicionan los mexicanos. “A Morena le fue fácil vender la reforma judicial porque ya arrastraba una mala imagen entre la gente, que no sabe si el cambio será mejor o peor, pero quiere cambiarlo. El resto de partidos estaba de acuerdo en que el sistema fallaba, pero no hicieron propuestas tan claras como Morena”, explica la directora de Enkoll.
Esta encuesta, con 1.200 entrevistas personales, se efectuó cuando aún no se conocía la desunión de dos líderes morenistas, Adán Augusto López, jefe de las filas en el Senado, y Ricardo Monreal, su homólogo en la Cámara de diputados, que se han acusado de corrupción. Los malos manejos con los fondos públicos preocupan a los ciudadanos, un 14% así lo manifiesta, solo por detrás de las cuestiones económicas y del bloque de inseguridad y violencia, que señala el 45% de los interrogados. Entre los miembros del gabinete de la presidenta, el titular de Seguridad, Omar García Harfuch, y el de Economía, Marcelo Ebrard, son de los más conocidos (72% y 78%, respectivamente) y que mejor opinión merecen. Sorprende en este capítulo que a la titular de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, que se desempeñó en altos cargos en el sexenio anterior, solo diga conocerla el 37% de los encuestados, menos que al nuevo secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, que sí logra ubicar un 45% de la población. Todos ellos tendrán que abordar con buen tino los asuntos que más preocupan a la población para seguir manteniendo los niveles de aprobación que ahora tiene el Gobierno.
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