La desgarradora historia de una de las migrantes del camión de Texas que ansiaba reencontrarse con su familia
Tenía 28 años y hace un mes había iniciado la travesía desde Honduras con destino a Estados Unidos; el calor extremo que atraviesa el estado se maneja como una de las causas de muertes de 53 personas; hay cuatro sospechosos detenidos
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En la frontera sur de Estados Unidos se respira una mezcla de miedo, esperanza y dolor. Para muchos, cruzar el muro, el río o el desierto significa dejar atrás una vida llena de carencias y abrirse a nuevas oportunidades. El lunes, las autoridades identificaron un camión abandonado al borde de una ruta en San Antonio, Texas, donde yacían los cadáveres de 53 migrantes que intentaron ingresar al país de manera ilegal. Con el avance de las investigaciones, se conoció la identidad de algunos de los fallecidos, entre ellos, Adela Ramírez, una joven de 28 años que soñaba con reencontrarse con su familia, según consignó CNN.
La joven quiso seguir los pasos de su madre y hermanas, quienes consiguieron llegar a Estados Unidos y esperaban por ella. De nacionalidad hondureña, decidió emigrar desde Cuyamel, al norte del país.
Entre el enojo, el dolor y la impotencia, su abuela, Adela Aguilar, manifestó que su nieta “no tenía necesidad de andar sufriendo”, según reseñó la cadena de noticias. Asimismo, contó que le había pedido que reconsiderara su decisión de migrar. “Le dije no te vayas... Pero uno dice ‘voy a buscar la vida allá’”, expresó la mujer.
Adela es recordada como “una hermana” para su amiga Claudia Vallecillo, quien manifestó que la conocían en todo el pueblo. Añadió que pidió ayuda al Gobierno de Honduras para repatriar el cuerpo de Ramírez para enterrarla allí “y verla por última vez”.
En ese sentido, explicó que Adela había emigrado hace un mes y desde aquel momento se habían mantenido en contacto. El lunes -el mismo día que se encontró el camión-, le envió un mensaje de texto a Vallecillo para contarle que ya estaba en suelo norteamericano. “Ya voy a reunirme con mi mamá y hermanas”, recordó sobre el mensaje de su amiga.
La noticia de la muerte de Ramírez se conoció a través de los medios de comunicación. El martes, la Cancillería de Honduras emitió un comunicado en el cual figuró como una de los cuatro hondureños que murió en condiciones sofocantes dentro del camión. Según consignó El Comercio, entre el más de medio centenar de fallecidos también había mexicanos y guatemaltecos.
El costo de poner la vida en riesgo para llegar a Estados Unidos
Este lunes se encontraron al menos 46 migrantes muertos dentro de un camión abandonado al borde de la carretera en San Antonio, Texas. Se trata de una zona donde es común que los “coyotes” liberen a las personas luego de cruzar la frontera de forma ilegal.
Con el paso de los días, el número de migrantes aumentó a 53. De acuerdo con el jefe de la policía de San Antonio, William McManus, se alertó por primera vez a las autoridades a las 17.50 (hora local). “Un empleado de uno de los edificios detrás de mí oyó un grito de auxilio”, manifestó a los periodistas.
Cuando el efectivo partió a investigar, encontró el vehículo en una carretera de San Antonio, cerca de la autopista I-35, que portaba un contenedor con las puertas parcialmente abiertas y, al dar un vistazo, “halló varios individuos fallecidos”. En principio, 16 personas –12 adultos y cuatro niños– fueron trasladadas al hospital.
Las autoridades consideran que la tragedia fue fruto de la desesperación y probablemente del calor abrasador que sufre el estado. Ese día, la temperatura superó los 40°C. Si bien se trataba de un camión refrigerado, no había evidencia de que hubiese una unidad de aire en funcionamiento.
Según reseñó CNN el martes, las personas fueron rociadas con polvos de especias para ocultar el olor humano de los perros que, junto a los funcionarios de migración, inspeccionan los vehículos en la frontera entre México y Estados Unidos.
Hasta el momento hay cuatro arrestados por la muerte de estas personas, pero se desconocen los cargos. De ser encontrados culpables, podrían enfrentar cadena perpetua e incluso la pena de muerte, una de las sanciones que contempla el estado de Texas.
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