La crisis del fentanilo en EE.UU.: el controvertido origen de la droga que llevó a Trump a anunciar una decisión radical
El presidente electo propuso un arancel del 25% a las importaciones de México y Canadá y un 10% adicional a las de China como medida para exigir que se tomen medidas contra la producción del opioide; la eficacia de esos impuestos está en duda
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El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la semana pasada que cuando asuma impondrá un arancel del 25% a las importaciones de Canadá y México, además de un impuesto adicional del 10% para los productos provenientes de China, para que tomen medidas drásticas con respecto a las drogas, en particular el fentanilo, y los migrantes que cruzan la frontera.
Las reacciones no se hicieron esperar: la embajada de China en Washington calificó la propuesta como “arbitraria” y advirtió que estas sanciones deterioran la cooperación entre ambos países. Por su parte, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, le escribió una carta a Trump en la que defendió la necesidad de trabajar juntos en lugar de recurrir a amenazas comerciales y al día siguiente hablaron por teléfono. “No es con aranceles como se resolverá este problema, que es de consumo y salud pública en su país”, afirmó.
Es que la crisis del fentanilo se infiltró en las entrañas de Estados Unidos: en las bases de la industria farmacéutica, en los laboratorios clandestinos y en las dinámicas de consumo de millones de personas. Este polvo blanco y barato que se inyecta, se fuma o se toma en pastillas mata a más de 200 personas al día, según los últimos datos oficiales, de 2022. Algunos expertos apuntan que el problema es el consumo descontrolado, otros la producción y distribución ilegal.
¿Qué es el fentanilo y por qué es tan problemático para Estados Unidos?
El fentanilo es un opioide sintético hasta 50 veces más potente que la heroína. Originalmente, se desarrolló como un analgésico para tratar dolores extremos, pero pronto se infiltró en el mercado negro, con consecuencias devastadoras. Michael Brown, exagente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y actual director global de tecnología contra narcóticos en Rigaku, explicó a LA NACION que la raíz de esta crisis está en el auge de los opioides recetados.
“Todo comienza con Purdue Pharma, la compañía que producía Oxycontin, un potente analgésico opioide recetado para tratar dolores crónicos. Durante casi 25 años, distribuyeron este analgésico, esencialmente heroína sintética, a millones de personas. El resultado fue una ola de adicción masiva y muertes por sobredosis”, relató Brown, en relación a una crisis que también fue retratados en series y películas, como El negocio del dolor y Dopesick.
A medida que las autoridades controlaron el acceso a Oxycontin, muchos adictos recurrieron a la heroína, y luego al fentanilo, que llegó desde China y más tarde fue producido en México.
Los cárteles mexicanos encontraron una oportunidad en esta crisis. “Con China restringiendo la venta directa de fentanilo, los cárteles comenzaron a importar precursores químicos para fabricarlo en México”, señaló Brown. Estos mismos cárteles inundaron el mercado norteamericano con pastillas falsas que se parecen a medicamentos como el Oxycontin o Adderall. Las víctimas, muchas veces sin saberlo, consumen estas píldoras, que en ocasiones contienen dosis letales de fentanilo -más de dos miligramos pueden ser suficientes para causar la muerte-.
Además, muchos consumidores de sustancias pueden acceder a fentanilo y otros narcóticos a través de aplicaciones móviles encriptadas. Según Brown, existe incluso una especie de “Rappi” o “DoorDash” para drogas, donde los usuarios hacen sus pedidos con un simple emoji y reciben los productos directamente en la puerta de su casa en pocas horas.
¿Cuál es el rol de China y México?
Gran parte del suministro ilegal comienza con precursores químicos provenientes de China, que son enviados a México, donde los cárteles, como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación (CJNG), fabrican el producto final antes de introducirlo en Estados Unidos.
Un informe bipartidista de la Cámara de Representantes de Estados Unidos emitido en abril señaló a China como la “fuente principal” de la crisis, con laboratorios en Wuhan produciendo precursores químicos y el gobierno tolerando actividades vinculadas al narcotráfico fuera del país.
México, por su parte, actúa como la fábrica y el puente. Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación han establecido laboratorios clandestinos para producir fentanilo a gran escala. Estos utilizan los precursores importados de China y luego introducen el producto final a través de la frontera con Estados Unidos, en camiones de carga, entre medio de latas de frijoles y neumáticos.
¿Funcionarán los aranceles?
Para Robert Evan Ellis, profesor investigador en el Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos y quien trabajó en la Oficina de Planificación de Política de Trump bajo Mike Pompeo, el impacto de los aranceles en China será limitado. “China no cederá fácilmente a estas presiones y buscará alternativas comerciales, como ya lo hizo durante la primera administración de Trump. Redirigirá su comercio hacia países de América Latina para asegurar productos clave como maíz y soja, una tendencia que ya comienza a observarse”, explicó a LA NACION.
Ellis destaca que la relación entre Estados Unidos y China carece de confianza mutua, lo que complica la cooperación. “Cualquier progreso requiere una presión constante. No es una relación de colaboración activa, sino una dinámica de exigencias diplomáticas con resultados limitados. China entrega información o accede a ciertas demandas, pero no toma un rol proactivo en resolver el problema”, afirma.
Incluso estas tensiones podrían escalar a una guerra comercial más profunda, con consecuencias imprevisibles. “La posibilidad de que estas medidas lleven a un colapso de las relaciones entre Estados Unidos y China no es descartable. Aunque estas fricciones también podrían beneficiar a terceros países como la Argentina, que ya se han posicionado como proveedores clave para China en ciertos sectores”, concluye.
En cuanto a México, el experto señala que Sheinbaum parece más dispuesta a cooperar que López Obrador, aunque advierte que este es “un momento muy peligroso” para el Tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC),
Brown afirma que la clave es enfocarse en el contrabando transfronterizo de vehículos comerciales. “Los cárteles pueden producir toda la droga que quieran, pero si no pueden moverla de México a Estados Unidos, se vuelve inútil”, explicó. El exagente de la DEA propone permitir la entrada a Estados Unidos sólo de un número de vehículos que puedan ser inspeccionados al 100%, utilizando tecnología avanzada como sistemas de tomografía para detectar drogas ocultas. Aunque esto repercutiría en el comercio bilateral, afirmó, “es el costo necesario para salvar vidas”.
Según el Banco de México, en 2023, el intercambio total de bienes y servicios entre ambos países alcanzó los 745.623 millones de dólares, lo que representa el 66% del comercio exterior total de México. Por lo que un arancel del 25% sería de gran impacto.
Ahora bien, para algunos analistas, las medidas propuestas por Trump podrían ser contraproducentes. Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de política y gobierno en la Universidad de George Mason, cuestiona el enfoque. “Si se encarecen los precursores y las drogas importadas, los laboratorios norteamericanos podrían comenzar a producir fentanilo internamente para suplir la demanda”, advirtió a LA NACION.
Esto, lejos de resolver el problema, solo lo trasladaría al interior del país.
Correa-Cabrera también señaló que las investigaciones de la DEA dejan de lado la posibilidad de que las farmacéuticas norteamericanas también participen, directa o indirectamente, en el suministro de precursores. “La narrativa oficial asume que ‘los malos’ vienen únicamente de Asia, pero no investiga si el problema podría estar también dentro de Estados Unidos”, afirmó.
Aplicar aranceles a México afectaría gravemente su economía, dependiente del comercio con Estados Unidos, y también perjudicaría a las empresas para las que México es su principal socio comercial.
Los expertos aseguran que el anuncio de Trump puede ser también un guiño hacia ambos países para empezar una negociación con ventaja. De igual forma, tendrá que demostrar si sus medidas pueden abordar la crisis más letal del país sin generar mayores tensiones diplomáticas ni consecuencias económicas perjudiciales.
Por Ilaria Landini
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