La captura de un capo narco mexicano desata una espiral de violencia cerca de la frontera con EE.UU.

CIUDAD DE MÉXICO.- La captura del hombre fuerte del crimen organizado en los límites entre el estado norteño de Tamaulipas (México) y Texas (Estados Unidos), en una zona económicamente estratégica del nordeste mexicano, llevó a la zona a una espiral de violencia.

Los choques violentos que sacudían la región por la que transita el 80% de las mercancías que México exporta a Estados Unidos se descontroló en los últimos tres días a raíz del arresto de Gerardo Treviño (alias “El Huevo”), sobrino de dos exjefes del temido grupo Los Zetas, llamados el Z-40 y el Z-42.

Los Zetas, formados con antiguos miembros de grupos de élite del Ejército mexicano y “kaibiles” (fuerzas especiales) del Ejército de Guatemala, eran el brazo armado del Cartel del Golfo, que dominó las actividades criminales entre la última década del siglo pasado y la primera del presente, pero luego se independizaron.

Al arreciar los enfrentamientos sobre todo en Nuevo Laredo, vecina de Laredo, Texas, y ciudades adyacentes por parte de facciones del Cartel del Noreste (CDN), liderada por “El Huevo”, en busca de heredar la silla que dejó vacante, el gobierno de Estados Unidos autorizó el cierre del consulado local.

El Departamento de Estado permitió la salida de todos los empleados de la sede diplomática y sus familias, a excepción del personal de emergencias, y dijo que las actividades no se reanudarán hasta nuevo aviso, es decir, se mantendrán suspendidas por tiempo indefinido.

Incendios y bloqueos

El lunes pasado, un día después de la captura y deportación de “El Huevo”, que tenía pasaporte estadounidense, hombres armados incendiaron vehículos, bloquearon calles y avenidas y dispararon contra edificios diversos, entre ellos el consulado, obligando a la gente a atrincherarse en sus viviendas.

“Me refugié con mi mamá en la cocina como dos horas o más” después de que “no se dejaban de oír balazos, gritos y se veían llamas por todos lados. Fue un verdadero infierno”, relató Magaly, una vecina de Nuevo Laredo, citada por el diario local Reforma.

El pasado 16 de marzo, el Departamento de Estado estadounidense emitió una nueva alerta de viaje sobre Tamaulipas, en la cual subrayó que “debido a las condiciones de seguridad” no se aconseja los ciudadanos estadunidenses viajar a Tamaulipas bajo el riesgo de ser secuestrados o atacados a balazos.

El “amo y señor” de la frontera de Tamaulipas fue detenido por militares y expulsado del país en una operación de pinzas que resultó rápida y eficaz, por parte de distintas fuerzas del orden.

Sin embargo, a Gerardo Treviño las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, así como las policías de Tamaulipas, le pisaban los talones desde muchos meses atrás y sólo se esperaba la oportunidad para dar el “golpe final”.

Treviño, de 39 años, nacido en Nuevo Laredo, se convirtió en jefe del CDN en 2015, luego que fueron capturados sus tíos Miguel Angel Treviño, conocido como “El Z-40″, en julio de 2013 y Omar Treviño, “El Z-42, en marzo de 2015.

El sucesor de Los Zetas, a los que luego transformó en una nueva organización igual de sanguinaria, ya había sido arrestado en junio de 2012, en el estado de Nuevo León, vecino a Tamaulipas, pero fue liberado en septiembre de 2013 de la prisión de máxima seguridad del Altiplano, cerca de la capital, por razones desconocidas.

Bajo el mando de “El Huevo”, el nuevo cartel se alió con el mafioso conocido como “El Chapo Isidro”, jefe de la organización de los Beltrán Leyva, para declarar una guerra a muerte contra el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el más poderoso del país, que intentaba apoderarse de Tamaulipas.

En 2018, las autoridades de Tamaulipas ofrecieron una recompensa de dos millones por “El Huevo” y una cifra similar para su lugarteniente Martín Rodríguez.

Tras la captura de Gerardo Treviño por parte de elementos del Ejército, la Fiscalía General de la República (FGR) lo entregó a autoridades estadounidenses en el puente Tijuana-San Ysidro, en la frontera noroeste del país.

Treviño, que es ciudadano estadounidense, enfrenta un proceso en una corte federal de Texas por conspiración para traficar drogas y lavar dinero.

Agencia ANSA

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