Kamala Harris sale de las sombras: la estrategia para vencer las dudas de los escépticos en caso de que Biden se baje de la carrera electoral
Hace un año que la vicepresidenta norteamericana intenta despejar la desconfianza; ahora, con la candidatura de Biden en riesgo, los demócratas evalúan si estaría a la altura de la nominación
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SELMA, Alabama.- A principios de este año, cuando un fiscal norteamericano dijo que el presidente Joe Biden era “un anciano bienintencionado con mala memoria”, la vicepresidenta Kamala Harris entendió que había que cambiar algunas cosas.
Les dijo a sus aliados que dependía de ella distinguirse finalmente en su trabajo -algo que le venía costando desde hacía más de dos años- y tranquilizar a los votantes norteamericanos demostrando que la fórmula Biden-Harris seguía siendo una apuesta segura. Uno de sus asesores dice que en las primeras etapas de la campaña la vicepresidenta se sintió relegada y que quería tener un rol mayor.
Se escapó de la burbuja de Washington para iniciar un ambicioso itinerario que en lo que va del año ya implicó 60 viajes. Lanzó el debate sobre el derecho al aborto, la guerra en la Franja de Gaza y las cuestiones raciales. Habló más de su historia personal, como la influencia que tuvo su madre en su vida o el despertar de su vocación de llegar a ser fiscal.
Sus aliados enfatizan que el rol de Harris viene creciendo desde hace tiempo -sobre todo desde hace dos años, cuando la Corte Suprema anuló el fallo Roe v. Wade-, y con misiones de alto perfil en el extranjero. Sus allegados dicen que Harris ya venía buscando la forma de reforzar la candidatura de Biden desde tiempo antes de que surgieran dudas sobre la avanzada edad y la agudeza mental del presidente norteamericano.
Pero ahora que la candidatura de Biden pende de un hilo y que los demócratas están evaluando seriamente que la vicepresidenta lo reemplace en la fórmula, todos esos esfuerzos de Harris por volver a la palestra han alcanzado un momento crítico.
Y aunque en la frenética semana posterior al penoso desempeño de Biden en el debate Harris mostró un férreo apoyo al presidente, sus aliados insisten en que si Biden da un paso al costado, Harris es la única opción lógica para encabezar la fórmula.
El representante demócrata James Clyburn, a quien se le atribuye el mérito de haber revivido la campaña de Biden para las elecciones de 2020, dijo esta semana en una entrevista que en caso de que el presidente se retirara, él apoyaría a Harris. Y descartó de plano cualquier otra alternativa.
“El partido no debe de ninguna manera intentar esquivar a Kamala Harris”, dijo Clyburn.
Harris no quiso hacer comentarios para este artículo.
Pero muchos demócratas reconocen que tenerla encabezando la fórmula entraña enormes riesgos. Su campaña presidencial para 2020 se desmoronó rápidamente, lo que generó dudas sobre su arrastre electoral. Hasta Biden, al principio de su presidencia, la describió como un “trabajo en marcha”, y en ocasiones los demócratas manifestaron preocupación por la dificultad de Harris para demostrar que está en control de la situación.
“Sus perspectivas mejoraron”, dice el veterano estratega político demócrata Robert Shrum. “Ahora la van a mirar con otros ojos, y ella tiene que estar a la altura de esa segunda mirada”.
Aunque una encuesta de CNN reveló que Harris aventaja a Biden por dos puntos porcentuales en una hipotética contienda contra el expresidente Donald Trump, de todos modos en la encuesta igual pierde frente al republicano.
“¡Es otra Kamala!”
La senadora demócrata Laphonza Butler, amiga cercana de Harris, dice haber notado un cambio en ella este año.
“Creo que llegó a ese punto al que llegan la mayoría de las mujeres afroamericanas cuando las críticas son implacables y las expectativas siguen creciendo”, dice Butler. “Y ella simplemente aceptó que no puede dejar contentos a todos ni complacer a todo el mundo todo el tiempo, y decidió que su tarea es ser la mejor vicepresidenta posible y enfocarse en eso”.
En febrero, durante una reunión con pastores afroamericanos en Carolina del Sur, Christopher Richardson, uno de los asistentes, notó la diferencia. Richardson, hijo de uno de los pastores presentes en la sala, había visto a Harris en otras ocasiones y siempre le había parecido que la vicepresidenta “interpretaba el guion de otro”.
Pero Richardson dice que en ese evento vio a Harris interactuar con el grupo de manera mucho más auténtica y que “realmente conectó con la gente” cuando habló de la necesidad de volver a unir a un país polarizado.
“Recuerdo que me di vuelta y le dije a mi prometida: ¡Es otra Kamala!”, cuenta Richardson.
Por esa época, Harris justamente estaba intentando cambiar la narrativa sobre su vicepresidencia. Según sus allegados, los detractores la habían caricaturizado tanto que se había vuelto demasiado cautelosa y temerosa de cometer cualquier error que les diera más material, dijeron asistentes y aliados.
Y si bien sabía que podía llegar a cruciales grupos de votantes a los que Biden no tenía acceso, uno de sus asesores dice que Harris sentía que solo la mandaban a hablar sobre cuestiones raciales o de las mujeres, y que eso no la dejaba satisfecha.
Recurrió al consejo de viejos amigos, quienes le recordaron que ella tenía un poder que el estrecho círculo íntimo de Biden, compuesto predominantemente por hombres blancos, no tenía. Una amiga le recordó que ella era la única a la que Biden no podía echar.
It was a joy to stop by Smize & Dream today for a treat with my nieces. Thank you for having us, Tyra. I look forward to seeing your continued investment in the ambition and aspirations of the DC community. pic.twitter.com/Vir4yp8ZGA
— Vice President Kamala Harris (@VP) July 20, 2024
Sus amigos dicen que entonces empezó a bajar la guardia, hablando más de su historia personal y recordándole a los votantes que ella había hecho historia, por ser la primera mujer, la primera afroamericana y la primera asiático-norteamericana en ocupar el cargo de vicepresidenta.
El camino a noviembre
El martes pasado, después de un evento de recaudación de fondos de campaña en California, Harris volvió a dejar en claro que apoyaba al presidente, y cuando le preguntaron sobre los pedidos para que Biden se baje, respondió: “Biden es nuestro candidato. Ya le ganamos una vez a Trump y vamos a volver a ganarle. Punto”.
Y cuando le preguntaron si estaba lista para dar un paso al frente de ser necesario, Harris dijo: “Estoy orgullosa de ser la compañera de fórmula de Biden”.
Aun así, muchos miembros del Partido Demócrata tienen profundas reservas sobre su arrastre electoral. Y los republicanos no perdieron el tiempo y arrancaron rápidamente la campaña para desprestigiarla.
“Kamala Harris es una incompetente”, lanzó Karoline Leavitt, vocera de campaña de Trump. “Ha demostrado ser la peor y más débil vicepresidenta de la historia, y apoyó al 100% a Joe Biden en cada una de las desastrosas políticas que implementó en los últimos cuatro años”.
Harris también enfrentó duras críticas por su manejo del tema de la inmigración, una de las principales preocupaciones de los votantes.
Aunque Biden le encargó la tarea de enfrentar las causas de fondo de la migración -y no específicamente “asegurar la frontera”-, Harris se convirtió en el blanco favorito a quien se responsabiliza de uno de los mayores problemas pendientes de este gobierno.
“La principal responsabilidad de la vicepresidenta Kamala Harris era asegurar la frontera”, escribió el mes pasado el senador republicano Tom Cotton en las redes sociales. “Qué desastre. Harris es, por lejos, la vicepresidenta más incompetente, desinformada e inepta de la historia”, añadió.
La Casa Blanca, por su parte, se volcó de lleno a defender a Harris y manifestarle su confianza.
“El presidente confía en ella, cuenta con ella, y respeta su criterio, y todo eso no ha hecho más que profundizarse y afianzarse”, dijo Jeff Zients, jefe de gabinete de Biden.
Erica L. Green
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
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