Joe Biden, debilitado: entre los demócratas crece la sensación de que su liderazgo no esta a la altura
La falta de avances contundentes respecto del aborto, el control a las armas o la economía comienza a generar frustración en la coalición gobernante
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WASHINGTON.- Hace un año, Joe Biden celebró su primer Día de la Independencia como presidente de Estados Unidos anticipando el “verano de la alegría”. La vacunación contra el coronavirus y la economía avanzaban a paso firme, el país volvía a la normalidad, Biden era popular y su administración pulía una agenda ambiciosa y transformativa. Un año después, Biden transita el verano de la supervivencia. La inflación, los precios récord de la nafta, la guerra en Ucrania, los tiroteos y los fallos de la Corte Suprema han jaqueado su gestión y han demolido el aura original de su gobierno, que comienza a exasperar hasta a los propios demócratas.
El fallo de la Corte Suprema que revocó la protección constitucional que tenía el derecho del aborto pareció marcar un punto de quiebre. A pesar de que la Casa Blanca recibió a la par del país el anticipo de la nueva decisión del máximo tribunal con dos meses de antelación luego de que el sitio Politico filtrara el borrador del dictamen, la falta de contundencia que ha mostrado hasta el momento la respuesta oficial dejó inconformes a los activistas.
“Hay una situación profundamente frustrante para los defensores del derecho al aborto. El partido a favor ocupa la Casa Blanca y una mayoría en el Congreso y sin embargo no hemos visto ningún movimiento para legalizar el aborto a nivel federal, o un plan claro sobre cómo vamos a enfrentar esta crisis”, dijo Amanda Allen, directora de The Lawyering Project, una organización que busca defender el acceso al aborto. “Eso es increíblemente frustrante para nosotros”, afirmó.
Una parte de la frustración que se palpa en la base se debe al enfoque minimalista con el cual la Casa Blanca ha enfrentado algunas de las crisis más urgentes que recorren al país, como la epidemia de violencia armada o la inflación, el principal flagelo de la economía. No son pocos quienes ven una crisis política inédita en el país, que demanda un liderazgo mucho más asertivo del que, para muchos, ha brindado Biden hasta el momento.
Biden prometió tejer puentes no solo dentro de su propio partido, sino también con los republicanos, una actitud persistente a favor de la búsqueda de la unidad que una fracción de los demócratas también cree que está destinada al fracaso ante el marcado giro hacia el trumpismo que dio la oposición, que termina por bloquear o aguar cualquier iniciativa, tal como ocurrió con la ley bipartidista para hacer frente a la violencia armada, que quedó muy lejos de las aspiraciones de los activistas o de la Casa Blanca.
Los esfuerzos de la administración por contener el precio de la nafta o la inflación tampoco han dado resultados visibles, y Biden ha dejado en claro que la principal responsable de domar el alza del costo de vida es la Reserva Federal, una postura tradicional que algunos creen desentona con los tiempos actuales.
Además de la oposición de los republicanos, una gran barrera que ha enfrentado la Casa Blanca para impulsar su agenda ha surgido de la propia tropa: el senador de Virginia Occidental, Joe Manchin, ha frenado las reformas más ambiciosas de Biden para luchar contra el cambio climático o ampliar los programas sociales del gobierno federal. Manchin también se opuso a principios de este año a respaldar una ley que legalizaba el aborto.
Los demócratas cuentan con 50 senadores en la Cámara alta, la mitad, y necesitan el respaldo de toda la bancada para conseguir aprobar cualquier iniciativa.
Limitaciones de la presidencia
La Casa Blanca ha sido bastante abierta con las limitaciones de la presidencia de Estados Unidos, y descargó la atención de los problemas principalmente en el Congreso. La vocera presidencial, Karine Jean-Pierre, dijo que Biden hará todo lo que esté “dentro de su autoridad legal” para garantizar el derecho al aborto.
Algunas figuras demócratas más combativas, como Alexandria Ocasio-Cortez o Elizabeth Warren, han presionado por una postura más decidida del gobierno federal, y han insistido, por ejemplo, en que se instalen clínicas en tierras federales en los estados que prohíban el procedimiento o se garantice el acceso a las píldoras para los abortos con medicamentos.
Jean-Pierre ha tenido que defender abiertamente el liderazgo de Biden en sus últimos encuentros con los periodistas que cubren la Casa Blanca. Una de las preguntas que debió responder fue si Biden se sentía “opacado” por otras figuras demócratas, como el gobernador de California, Gavin Newsom, férreo defensor del derecho al aborto, o el gobernador de Illinois, Jay Robert Pritzker, que brindó un duro discurso luego de la última masacre, el 4 de julio, en un suburbio en las afueras de Chicago.
“El presidente ha hablado muy alto y ha estado muy enfocado en esos dos temas”, respondió Jean-Pierre, que ya ha tenido que reafirmar que Biden buscará su reelección. “Y no nos olvidemos que este presidente ha firmado la mayor cantidad de decretos sobre reformas de armas que cualquier otro presidente en su tiempo”, remarcó.
La popularidad de Biden se mantiene en el piso de su presidencia, y los demócratas se encaminan a perder el control del Congreso en las próximas elecciones legislativas.
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