Histórico: un fabricante de armas de EE.UU. indemnizará a familiares de víctimas de la matanza de Sandy Hook
Es la primera que una empresa admite responsabilidad en un tiroteo masivo; la masacre en la escuela de Newton, Connecticut, dejó 26 muertos, incluidos 20 niños de entre seis y siete años
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WASHINGTON.- Por primera vez, un fabricante de armas de Estados Unidos aceptó una responsabilidad en una masacre. Remington llegó a un acuerdo con un grupo de familias de víctimas de la matanza de la escuela de 2012 en la escuela Sandy Hook, en Newtown, Connecticut. La compañía, que produce el rifle semiautomático Bushmaster XM15-E2S que utilizó Adam Lanza para matar a 26 personas, incluidos 20 niños de entre seis y siete años, el peor tiroteo en una escuela de la historia del país, pagará 73 millones de dólares.
El histórico acuerdo puso punto final a una batalla legal iniciada contra Remington por un sobreviviente y familiares de nueve víctimas de la matanza. La demanda se enfocó en la estrategia de marketing de la empresa, a la cual las familias acusaron de comercializar sus armas a hombres jóvenes, que podían representar un riesgo, y de promocionar sus productos en videojuegos violentos. Las familias y un sobreviviente de la matanza sostenían que Remington nunca debió vender y promocionar un arma tan peligrosa al público, una estrategia que buscó exponer las tácticas de la industria armamentista de Estados Unidos y prevenir futuras masacres.
“Estas nueve familias han compartido un solo objetivo desde el principio, hacer todo lo posible para ayudar a prevenir el próximo Sandy Hook”, dijo Josh Koskoff, el abogado de las familias, en un comunicado. “Es difícil imaginar un resultado que logre mejor ese objetivo”, agregó.
Los abogados de las familias dijeron que Remington también acordó divulgar miles de páginas de documentos internos de la compañía, incluidos posiblemente los planes acerca de cómo vender el arma que fue utilizada en la masacre. Las familias acusaron a la empresa de promocionar el rifle Bushmaster, un fusil semiautomático estilo AR-15 similar a la que utiliza el ejército, como un arma de guerra, con eslóganes y campañas en videojuegos que invocaban la violencia de combate. Uno de los espacios publicitarios de Remington muestra al rifle con la leyenda: “Ahora sí tienes renovado tu carnet de hombre”.
Conmoción nacional
La matanza de Sandy Hook conmocionó al país. Días antes de la Navidad de 2012, Estados Unidos vio como un pueblo apacible de Nueva Inglaterra quedó mudo, teñido de sangre y quebrado ante el episodio más brutal –hasta ese momento– de la epidemia de violencia armada que sufre el país. El entonces presidente Barack Obama lanzó una ofensiva política para imponer más controles a las armas de fuego, pero los esfuerzos de la Casa Blanca chocaron en el Congreso contra el muro del lobby de la industria armamentista, la Asociación Nacional del Rifle (NRA, según sus siglas en inglés), y la devoción cultural norteamericana a las armas, vistas por medio país como un símbolo de libertad.
“Nos reunimos aquí en memoria de veinte hermosos niños y seis adultos extraordinarios”, dijo Obama en Newton, días después del tiroteo. “Perdieron la vida en una escuela que podría haber sido cualquier escuela; en un pueblo tranquilo lleno de gente buena y decente que podría ser cualquier pueblo de Estados Unidos”, continuó.
A la masacre de Sandy Hook le siguieron otras peores, pero ninguna dejó una conmoción tan profunda como el asesinato de niños en una escuela. En 2016, Omar Mateen mató a 49 personas e hirió a otras 53 en la discoteca Pulse en Orlando, Florida, utilizando un arma similar a la de Lanza. En 2017, Stephen Paddock abrió fuego contra una multitud desde una suite de un hotel en Las Vegas. Mató a 60 personas y dejó más de 400 heridos. Otros tiroteos masivos que dejaron un saldo menor de víctimas apenas recibieron atención de la prensa.
Remington argumentó que no había evidencia alguna de un vínculo entre su estrategia de comercialización y la matanza perpetrada por Lanza. La compañía había dicho también que la demanda debía ser desestimada debido a una ley federal que otorga amplia inmunidad a los fabricantes de armas. Pero la Corte Suprema de Connecticut falló que Remington sí podía ser demandada bajo las leyes estatales por su manera de promover las ventas del fusil, avalando la estrategia legal que siguieron las familias. La compañía apeló a la Corte Suprema de Estados Unidos, que declinó escuchar el caso.
Remington es uno de los más antiguos fabricantes de armas de Estados Unidos. La empresa fue fundada en 1816, se declaró en bancarrota en el 2020 y sus activos fueron vendidos a varias compañías. Había quedado en problemas financieros por las numerosas demandas y restricciones después de la matanza en Newtown.
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