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Heredó de sus padres un viejo jarrón que podía valer 7.500 dólares, pero casi lo vende por monedas

En uno de los épicos capítulos de Antiques Roadshow de 2009 una mujer descubrió el alto precio que poseía la pieza que formaba parte del legado familiar y había sido producida a inicios del siglo XX

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"Lo recibí de mi madre, y es un objeto que siempre admiré y quise", contó la mujer (Captura de video)
"Lo recibí de mi madre, y es un objeto que siempre admiré y quise", contó la mujer (Captura de video)

Antiques Roadshow lleva casi 50 años cautivando a familias de EE.UU. Desde su debut en PBS en 1979, el programa se ha dedicado a tasar millones de objetos, generando asombro al revelar historias desconocidas sobre piezas cotidianas y sorprender a sus propietarios con valuaciones inesperadas. Actualmente, además de los capítulos de 2024 se pueden ver episodios “vintage”, especialmente seleccionados por sus momentos épicos.

Recientemente, The Sun recordó un especial capítulo emitido en 2009 donde una mujer de Denver descubrió el gran valor que poseía un jarrón que le habían heredado sus padres y por el que hasta la llegada del programa solo le habían ofrecido unos pocos dólares. El tasador a cargo de la revelación fue el inefable David Lackey, que desde 1996 forma parte de Antiques Roadshow y se especializa en cerámica y porcelana.

En el capítulo del recuerdo se ve como la mujer al llegar frente al experto tenía algunos datos inconexos sobre la pieza y la devolución de Lackey la dejan sin palabras, por su capacidad de encontrar en solo pocos minutos detalles que ella nunca había advertido aunque el jarrón había estado en su familia desde la década de 1950.

Heredó de sus padres un viejo jarrón que valía más de 7.500 dólares

La mujer le contó al tasador que había recibido el jarrón de su madre, a quien se lo habían obsequiado unos amigos en la década de 1950. También le confesó que siempre lo había admirado y querido, aunque no tenía demasiada información precisa sobre la pieza, excepto que era un producto fabricado por la empresa de cerámica Rookwood.

Lo recibí de mi madre, y es un objeto que siempre admiré y quise, le contó la protagonista al tasador. Créditos: PBS
Lo recibí de mi madre, y es un objeto que siempre admiré y quise, le contó la protagonista al tasador. Créditos: PBS

“Lo recibí de mi madre, y es un objeto que siempre admiré y quise. Ella me dijo que era un jarrón de Rookwood, pero más allá de eso, realmente no sabía nada”, le relató la mujer a Lackey.

El diseño de peces, que el tasador calificó como “fantástico”, el color verde mar, que generaba un efecto por el cual parecía que los peces estaban nadando, fueron algunos de los puntos que Lackey le fue enseñando a la propietaria como constituyentes de lo grandioso del jarrón.

Las tres V

También confirmó su autenticidad por las marcas RP. grabadas en la base, que eran las que utilizaba Rookwood de manera usual en sus productos. En ese grabado también encontró Lackey un signo que permitió datar el jarrón: las iniciales estaban rodeadas de llamas, algo que implicaba que había sido producido en los albores del 1900. El 5 en números romanos (V) le permitió precisar que había sido producido en 1905.

Un signo similar, aunque ya no se trataba de un número, sino de la letra V, fue por su parte lo que lo llevó a concluir que la pintura del jarrón era vitela, por eso su combinación brillante y mate en el acabado. Finalmente, las iniciales F.V. le permitieron identificar al artista que realizó la obra: “Albert Valentine”.

Un precio inusual

Luego de la descripción y el análisis pericial del experto llegó el momento del veredicto. Si bien ante tanto “fantástico”, “único” y “auténtico”, la mujer supuso que la tasación inicial que había recibido de unos pocos cientos de dólares no era correcta, realmente se sorprendió con el número que Lackey le lanzó: “Esta pieza, en una subasta, probablemente se vendería por al menos 5.000 o 7.500 dólares”, dijo el experto.

“¡Oh, wow, eso es maravilloso!”, solo atinó a exclamar la mujer emocionada al descubrir el tesoro que le habían legado. Para romper el momento emotivo, el tasador le aconsejó que la próxima vez lo limpie antes de presentarlo.

Si bien se desconoce si la propietaria decidió o no volverlo a subastar luego de conocer el valor de la pieza, una reciente retasación de Antiques Roadshow colocó el valor en unos cuantos dólares menos que en 2009 fijándolo en US$4000.

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