Guerra Rusia-Ucrania. En represalia, Rusia sancionó a Joe Biden y el presidente de EE.UU. anunció que viajará a Europa
Las medidas del gobierno de Putin también alcanzan a varios funcionarios norteamericano, y fueron aplicadas sobre la base de la “reciprocidad”; el jefe de la Casa Blanca irá a una cumbre extraordinaria de la OTAN el 24 de marzo y una reunión de la UE en Bruselas
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WASHINGTON.- En medio de los incesantes ataques de Rusia en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajará a Bruselas la semana próxima para una cumbre extraordinaria de la OTAN el 24 de marzo y la reunión de la Unión Europea (UE), el mismo día, dos encuentros que servirán para arraigar la unidad que han mostrado las potencias occidentales ante la ofensiva del presidente Vladimir Putin.
La cumbre de los aliados occidentales llegará en medio de una notable intensificación de los bombardeos rusos sobre blancos civiles en la tercera semana de una guerra que amenaza con seguir escalando.
“Su objetivo es reunirse cara a cara con sus homólogos europeos y hablar sobre dónde estamos en este punto del conflicto, en la invasión de Ucrania por parte de Rusia”, anticipó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. “Hemos estado increíblemente alineados hasta la fecha. Eso no sucede por accidente”, insistió.
Biden firmó además una ley de gastos aprobada por el Congreso que incluye un paquete de emergencia por 13.600 millones de dólares de asistencia para Ucrania para ayuda humanitaria, defensa y respaldo económico.
El anuncio del viaje ocurrió luego de que el Kremlin anunció represalias contra Biden; el secretario de Estado, Antony Blinken, y otras figuras políticas y funcionarios norteamericanos en respuesta a las sanciones impuestas contra Putin y su círculo de asesores más cercano por la invasión a Ucrania.
Rusia también impuso sanciones al hijo de Biden, Hunter; a la excandidata presidencial, Hillary Clinton; al jefe de la CIA, William Burns; a Psaki, y al jefe de Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, entre otros, prohibiéndoles la entrada a Rusia “sobre la base de la reciprocidad”. La Casa Blanca había sancionado a Putin y a varios de sus colaboradores cercanos, y las medidas del Kremlin sirven como una represalia “espejo” de las acciones de Washington.
“No nos negamos a mantener relaciones formales si responden a nuestros intereses nacionales, y si es necesario, resolveremos los problemas derivados de la condición de personas que aparecer en la lista negra para organizar contactos de alto nivel”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado.
“En un futuro próximo, seguirán nuevos anuncios para ampliar la lista de sanciones al incluir a altos funcionarios estadounidenses, militares, legisladores, empresarios, expertos y gente de los medios que son rusofóbicos o que contribuyen a incitar al odio contra Rusia y a la introducción de medidas restrictivas”, agregó la diplomacia rusa.
Paria internacional
Rusia ha ideado además un plan de unos 8000 millones de dólares para contrarrestar los efectos de las sanciones internacionales sobre su operación militar en Ucrania, dijo el primer ministro, Mikhail Mishustin. Desde la invasión a Ucrania, el blitzkrieg de sanciones occidentales, la salida del país de más de 300 empresas y el férreo puño de hierro de Putin para ahogar libertades aisló al país como en las épocas más duras de la Guerra Fría. Rusia se convirtió en un paria internacional.
“La implementación de todo el conjunto de medidas debería garantizar la máxima flexibilidad de la economía, eliminar las restricciones internas para los negocios y dar más libertad a los empresarios”, dijo Mishustin.
Las sanciones económicas transformaron a Rusia en una isla. Enviar o recibir dinero ahora es mucho más difícil, las tarjetas de crédito y los cajeros automáticos dejaron de funcionar, y el Kremlin debió prohibir la compra de divisas por seis meses, un “cepo” desesperado ante el bloqueo occidental al acceso de las reservas del Banco Central.
Los bonos rusos fueron degradados a la categoría de “basura” por S&P Global, Moody’s y Fitch Ratings. Un día después de invadir Ucrania, Rusia anunció el cierre de la bolsa de valores para impedir una masiva ola de ventas de inversores, que tarde o temprano ocurrirá. La bolsa continúa cerrada, más de dos semanas después del inicio de la invasión, y un nuevo default ruso podría llegar a ocurrir en los próximos días.
Rusia ha solicitado asistencia militar y financiera a China, que se ha negado hasta el momento a condenar de manera unívoca la invasión a Ucrania. Estados Unidos indicó que tiene “profundas preocupaciones” por el alineamiento de China con Rusia en el conflicto en el este de Europa, una postura que ha generado enorme alarma en Washington al avivar los temores de una escalada que derive en una nueva guerra mundial con dos potencias aliadas contra Occidente.
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