La isla de Florida considerada un “oasis recreativo” que se vende por US$31,5 millones, pero esconde una polémica

El mercado de bienes raíces de Miami, en Florida, vibró con la puesta a la venta de una impresionante isla paradisíaca en la Bahía de Biscayne, entre Miami Beach y la parte continental de la ciudad del sudeste de Estados Unidos. El terreno, ubicado a medio kilómetro de la costa del Upper Eastside, fue publicado hace tres semanas y piden US$31,5 millones. La decisión generó una enorme polémica y preocupación ambiental por su relevancia en el ecosistema silvestre de la zona.

El propietario, Finlay Matheson, de una de las familias más antiguas de Miami, la había comprado junto a un socio por solo US$36.000 a mediados de la década de 1980 y la mantuvo en su poder durante alrededor de cuatro décadas. Ahora, en conversación con el medio local Miami New Times, aseguró: “Hay mucha actividad en el mercado; ahora es el momento (de venderla)”. Además, el empresario reveló que desde su publicación muchas personas han mostrado interés, pero que todavía no hay nada concreto.

Así es la isla paradisíaca a la venta en Miami

Matheson presentó a la propiedad como una “oportunidad de oro para un desarrollador o un individuo muy afortunado”. Se trata de una isla deshabitada de más de 16.000 metros cuadrados, con vista privilegiada de la Bahía de Biscayne. “¡La única isla de propiedad privada, dividida en zonas residenciales con vistas del horizonte de Miami, en medio de las claras, hermosas y azules aguas de la Bahía, sin tráfico ni gente, está a la venta!”, escribió el vendedor en la publicación.

La isla natural tiene forma de franja y posee una abundante vegetación. Además, entre su vida silvestre se encuentran aves como pelícanos pardos, garzas y cormoranes de doble cresta, según describió la prensa local.

La venta de la isla reabrió una vieja polémica ambiental

La publicación de venta de la propiedad de Matheson generó una enorme preocupación entre los defensores del medio ambiente en Florida, ya que la isla es un importante refugio para las aves autóctonas, que encuentran en ese espacio un lugar ideal para poner sus nidos y descansar, por lo que cualquier tipo de construcción en esa tierra podría poner en peligro el ecosistema de la bahía, lo que incluye la vida marina.

De hecho, desde hace décadas el terreno está apuntado por el condado de Miami-Dade para el Programa de Tierras Ambientalmente En Peligro (EEL) de la jurisdicción, en conjunto con la organización internacional sin fines de lucro Nature Conservancy. Según informó la alcaldesa Daniella Levine Cava a Miami New Times, el condado le hizo una oferta el año pasado a Matheson, pero el propietario la rechazó.

“La Bahía de Biscayne es a la vez un oasis recreativo y un motor económico para nuestro condado, pero también es el hogar de algunas de las especies más emblemáticas de Florida, incluidas aves, vida marina y manglares que reducen las tormentas”, aseguró la funcionaria, y agregó: “Mi administración siempre considerará la oportunidad de restaurar nuestra bahía y proteger su vida silvestre mediante la adquisición de tierras. Estamos ansiosos por encontrar alternativas, incluido el apoyo estatal o federal, para comprar esta propiedad y ampliar la huella de nuestros programas de protección de la Bahía de Biscayne”.

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