Es venezolana, emigró a Miami y revela cuánto cuesta criar un hijo: “Más de US$25 mil solo por la escuela”
Ehilin Andrea Cuadro es venezolana y se instaló en el Estado del Sol tras dejar su país natal; poco a poco, fue ganándose el corazón de los usuarios en las redes sociales, donde detalla los costos que enfrentan las familias migrantes que llegan en busca del “sueño americano”
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Criar a un hijo en Miami no es tarea sencilla y Ehilin Andrea Cuadro, una venezolana radicada en esta ciudad, lo sabe de primera mano. En una entrevista con LA NACION, la joven compartió detalles sobre este desafío del cual nadie le había hablado previamente. “Criar a un hijo aquí es un reto constante”, afirma.
Cuadro emigró desde Venezuela, donde creció en una familia que valoraba el esfuerzo y la perseverancia. La decisión de mudarse no fue fácil. Al llegar, tuvo que enfrentarse a la incertidumbre y al miedo que genera vivir en un lugar desconocido. “El idioma, la cultura y el ritmo de vida eran muy distintos a lo que conocía. Tuve que aprender desde cero cosas tan simples como manejar las compras del supermercado o entender las costumbres locales”, cuenta a LA NACION.
Con el tiempo, logró adaptarse. Hacer amigos y construir un hogar en un país nuevo fueron pasos importantes. A pesar de las dificultades iniciales, destaca que esta experiencia la ayudó a ser resiliente. Ahora, como madre, dice que su objetivo principal es brindarle a su hijo un entorno seguro.
El costo real de criar a un hijo en Miami
Cuadro, que hoy vive de las redes sociales, dio un desglose detallado de cuánto cuesta criar un hijo en Miami. En él se ven las diferencias entre criar a un hijo en Estados Unidos y en Venezuela.
En cuanto a la educación, señala que las escuelas privadas pueden costar entre US$10 mil y US$25 mil al año. Aunque las escuelas públicas no tienen matrícula, hay otros gastos, como uniformes y materiales escolares, que también representan un esfuerzo económico.
El acceso a la salud también es un tema complejo. Un seguro médico infantil puede costar entre US$200 y US$500 al mes, pero sin seguro cualquier consulta o emergencia se vuelve inalcanzable. Las actividades extracurriculares, como clases de natación o música, tienen un costo mensual promedio de US$100 a US$200. A esto se le suma el gasto en alimentos, que oscila entre US$300 y US$500 al mes, dependiendo de las necesidades específicas del niño. Finalmente, los artículos esenciales, como ropa, juguetes y pañales, suman unos US$200 más al mes.
Con estos números, el costo total de criar un hijo en Miami podría llegar a superar los 40 mil dólares anuales.
Crianza entre dos culturas
Uno de los mayores retos para la venezolana fue encontrar un equilibrio entre la cultura venezolana y la estadounidense. “Quiero que mi hijo crezca entendiendo y valorando sus raíces venezolanas, pero también que pueda integrarse plenamente en la sociedad estadounidense”, explica. Este balance incluye fomentar el bilingüismo en casa, donde el español es el idioma predominante, y mantener tradiciones familiares a través de la comida y las celebraciones.
En casa, prepara platos típicos venezolanos como arepas, tequeños y pabellón, y celebra fechas importantes como el Día de la Independencia de Venezuela o la Navidad con hallacas y aguinaldos. Además, enseña canciones y cuentos tradicionales que reflejan sus raíces culturales. Estas prácticas buscan que su hijo mantenga un vínculo emocional con su identidad venezolana, incluso viviendo lejos de su país de origen.
Al comparar ambas culturas, Cuadro menciona que en Venezuela la crianza suele estar influenciada por la cercanía de la familia. “Siempre tienes a los abuelos, tíos y primos cerca, y todos participan activamente en la vida del niño”, precisa. En cambio, en Estados Unidos, esa red de apoyo no siempre está disponible. Esto obliga a muchas madres inmigrantes a enfrentar solas los desafíos de la maternidad. Además, destaca que “mientras en su cultura natal se valora la protección, en Estados Unidos se fomenta la independencia desde edades tempranas”.
La joven también reflexiona sobre cómo la sociedad estadounidense podría ser más inclusiva con las madres inmigrantes. “Estamos construyendo una vida desde cero en un entorno completamente nuevo. Es importante que existan programas comunitarios y políticas que faciliten el acceso a la educación y la salud para nuestros hijos”, señala. También destaca la importancia de fomentar la diversidad en los espacios escolares y laborales para que las historias de las madres inmigrantes sean más visibles y valoradas.
El apoyo de la comunidad latina
Para Cuadro, el respaldo de otras madres latinas fue muy importante en su experiencia de crianza. “Compartimos consejos, experiencias y, sobre todo, empatía. Muchas veces recibo mensajes de mujeres que me dicen que mis videos les hacen sentir menos solas o que les recuerdan lo importante que es mantener nuestras tradiciones”, dice.
El intercambio con otras madres le permitió superar momentos difíciles y sentirse parte de una comunidad que entiende los retos de ser inmigrante. “El apoyo emocional que nos damos unas a otras es invaluable”, agrega.
A pesar de los desafíos, la venezolana dice estar agradecida por la oportunidad de criar a su hijo en Miami. “Creo que cada desafío es una lección y una oportunidad para crecer”, concluye.
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