Estuvo en California más de 40 años hasta que se enteró de una verdad familiar que le cambió la vida

Esta semana, un hombre se reencontró con su familia de origen, en Chile luego de vivir 42 años en California con sus padres adoptivos. Scott Lieberman se había enterado recientemente de que había sido arrebatado de su madre biológica en la nación trasandina cuando era un bebé, y comenzó con la búsqueda de sus verdaderas raíces, que lo llevó hasta América del Sur.

Lieberman voló hasta Concepción, Chile, donde se reunió con casi dos docenas de familiares que lo esperaban en el aeropuerto. Luego viajó a Cañete, la ciudad natal de su familia. El momento más emotivo de su llegada fue cuando abrazó a su hermana mayor, llamada Jenny Escalona Mardones, aseguró. “Todavía estoy procesando todo, y probablemente así será durante un tiempo, meses o incluso años”, relató el hombre al diario estadounidense USA Today. “Aquí es donde se suponía que yo debía vivir”, agregó.

Ni el hombre ni sus padres adoptivos tenían claro cómo había sido separado de su madre biológica. Lieberman comenzó a cuestionarse sobre este proceso luego de leer la historia sobre un bombero texano que había sido robado a una madre chilena cuando nació. Aseguró que los pocos detalles que sabía de su adopción eran similares a ese caso.

El hombre se puso en contacto con Nos Buscamos, una asociación que reúne a miles de personas chilenas que fueron separadas de sus familias en las décadas de 1970 y 1980. Unos días después, le confirmaron que había sido víctima de un traficante de menores que se hacía pasar por asistente social. Lo más probable, le dijeron, era que su madre lo hubiera entregado a base de engaños.

Susi Wortman, la voluntaria que trabajó en su caso, detalló que se usaron registros públicos y otros métodos confidenciales para llegar a esta conclusión. Los familiares de Lieberman fueron rastreados a través de redes sociales, posteriormente se les realizó un análisis de ADN y, al confirmar que tenían parentesco, organizaron la reunión.

El reencuentro con sus padres biológicos

El hombre se mostró feliz y emocionado de conocer su verdadera historia familiar, aunque no pudo ocultar la tristeza que le provocó la noticia de la muerte de su madre, Rosa Mardones Peña, quien falleció de un cáncer de huesos en 2015, cuando tenía 58 años. Días después de su aterrizaje, los hermanos fueron a visitar su tumba. “(Quería) hablar con ella, estar con ella”, relató Lieberman.

Los únicos recuerdos que el californiano tiene de Rosa es uno de sus viejos perfumes y una caja de mandalas que comenzó a fabricar antes de su muerte, objetos que le entregó ahora su hermana. “Me volví loco. Esta es la conexión más física que puedo tener con ella, el mero hecho de tener este perfume y saber cómo olía”, declaró.

Si bien Lieberman no conoció a su madre, pudo reunirse, en cambio, con su padre biológico. “Nunca había conocido a nadie que se pareciera a mí. Tengo 42 años y aquí estoy, mirando a mi padre. Estamos exactamente a la misma altura, tenemos las mismas orejas y la misma nariz. Lo miro a los ojos y me veo allí. Lloré mucho”, comentó, tras su reencuentro.

El californiano anticipó que volverá a EE.UU., pero que en agosto visitará a sus familiares nuevamente, y que tiene planes de comprar una casa en Cañete. “Esta ciudad tiene 36.000 habitantes. Es realmente pequeña, es hermosa. Es donde se suponía que tenía que estar. Aquí es donde se suponía que debía crecer”, concluyó, con emoción.

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