¿Es Nueva York segura? Las cifras que muestran un aumento de la violencia en los últimos años

NUEVA YORK.— Los tiroteos en la ciudad de Nueva York aumentaron durante el primer trimestre en comparación con el mismo período del año pasado, incluso cuando los homicidios disminuyeron, en lo que parece la continuación de un aumento de la violencia que surgió a principios de la pandemia.

Los tiroteos aumentaron a 296 en el primer trimestre en comparación con los 260 durante el mismo período del año pasado, según las últimas estadísticas del Departamento de Policía, que incluyen los primeros tres días de abril.

La tendencia refleja “violencia continua y completamente inaceptable en nuestras calles”, dijo la semana pasdada el comisionado de policía Keechant Sewell.

La sesión informativa en One Police Plaza fue la primera vez desde el inicio de la pandemia de coronavirus que los funcionarios de la ciudad se reunieron colectivamente para lo que alguna vez fue un ritual para la policía, los reporteros y el público. En los dos años transcurridos desde la última sesión informativa completa del Departamento de Policía sobre estadísticas criminales, zonas de Nueva York han visto aumentos en tiroteos y asesinatos, lo que subraya la preocupación de que la seguridad en la ciudad más poblada de Estados Unidos pueda retroceder.

El alcalde Eric Adams ha hecho de revertir esa tendencia el objetivo central de su administración.

“La policía de Nueva York utilizará todos los recursos y oportunidades para asegurar esta ciudad”, dijo Sewell, pero “revertir los años no llevará semanas”.

Sewell atribuyó la disminución de las tasas de homicidios a un aumento de los arrestos. En marzo, dijo, los oficiales realizaron más de 4000 arrestos por delitos graves, más del doble de los realizados en la misma época el año pasado.

Pero sus comentarios se produjeron cuando la ciudad enfrenta una serie de tiroteos que atraparon a los transeúntes en fuego cruzado. La semana pasada, Kade Lewin, de 12 años, murió en Brooklyn cuando una andanada de balas alcanzó un automóvil estacionado en el que estaba comiendo con familiares. Días después, una mujer de 61 años murió tras ser alcanzada por una bala perdida en el Bronx. Y, el mes pasado, un niño de 3 años recibió un disparo en el hombro frente a una guardería de Brooklyn. Y esta mañana, un tiroteo sacudió una estación de subte de Brooklyn.

A medida que una ciudad cansada emerge de más de dos años de limbo pandémico, se ha abierto una brecha entre las percepciones del crimen y las realidades de la ciudad. Esta Nueva York es más peligrosa según algunas medidas que aquella en la que vivían muchos residentes al comienzo de la pandemia, en la primavera de 2020. Sin embargo, sigue siendo mucho más segura que en años anteriores y el crimen es menor que en muchas de las ciudades más grandes del país.

La violencia armada alcanzó mínimos históricos en 2018 y 2019. Incluso con los aumentos recientes, las tasas de tiroteos, agresiones por delitos graves y delitos mayores en general son similares o inferiores a los niveles de finales de la década de 2000 y principios de la de 2010. Ha habido nueve asesinatos menos este año en comparación con el mismo período del año pasado.

Los primeros tres meses de este año también han visto aumentos en delitos como robos, robos y hurtos mayores en comparación con los mismos períodos en 2020 y 2021, aunque los expertos advierten contra las comparaciones a corto plazo, particularmente durante la pandemia de sesgo estadístico.

Nueva York no es la única ciudad que lucha por frenar el crimen después de la pandemia. En Houston se registraron al menos 473 homicidios el año pasado; Nueva York vio solo 15 más, con casi cuatro veces la población total. Y solo 90 minutos al sur, Filadelfia vio 559 asesinatos en 2021, en una ciudad con solo 1,5 millones de habitantes.

Pero nuevas ansiedades han generado advertencias sobre un regreso a los “malos viejos tiempos” de Nueva York, cuando hubo muchos años con más de 2000 asesinatos. Para algunos, el parecido entre los períodos no radica en el delito o los datos, sino en la cobertura.

“Me recuerda a la década de 1990, en el sentido de que cada incidente de violencia se convierte en una noticia importante”, dijo Jeffrey Butts, director del centro de investigación y evaluación del John Jay College of Criminal Justice. “Algunas de estas cosas son simplemente impactantes. Pero también es importante recordar que estas cosas siempre han sucedido y siguen siendo incidentes bastante infrecuentes. Pero se quedan contigo durante tanto tiempo y se quedan en tu memoria”.

Algunos tipos de delitos han aumentado significativamente desde que comenzó la pandemia.

Los tiroteos son el doble que en los años anteriores a la pandemia, y la carga recae principalmente en los vecindarios negros y latinos. Se reportaron más de 1800 tiroteos anualmente en los últimos dos años después de caer a menos de 900 en 2018. Los ataques contra los neoyorquinos asiáticos se han disparado, con más de 130 denuncias de crímenes de odio reportadas a la policía el año pasado, luego de solo una en 2019.

El sistema de subte también se ha vuelto más peligroso, con asaltos y otros delitos mayores significativamente durante la pandemia, cuando se ajusta a la cantidad de pasajeros entre semana por debajo del 60% de los niveles anteriores. Y no todos los tipos de eventos aterradores, como los encuentros agresivos en la calle o el acoso en un tren, son fáciles de rastrear.

Aún así, Adams y Sewell han realizado una serie de cambios en el Departamento de Policía, incluida la restitución de las unidades anticrimen vestidas de civil que se disolvieron en 2020 por acusaciones de brutalidad y fuerza excesiva. Las nuevas unidades se han reinventado para incluir capacitación sobre derechos constitucionales y los oficiales ahora usan un uniforme modificado en lugar de ropa de calle, dijo el Departamento de Policía.

Desde su redistribución en marzo, las unidades han realizado 121 arrestos, 25 de los cuales fueron por posesión ilegal de armas, dijo el el Departamento de Policía.

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