Es millennial, compró una casa flotante a un sorprendente precio y motiva a otros para que hagan lo mismo

Su amor por el agua llevó a Kate Fincham, una millenial de Toronto, Canadá, a tomar la decisión más importante de su vida: dejar todo en tierra firme y trasladarse a Bluffers Park Marina, un puerto deportivo que se encuentra a solo 20 minutos del centro de la ciudad, donde compró la casa flotante de sus sueños a solo US$255 mil. A partir de ese momento, aprendió a disfrutar del estilo de vista minimalista, rodeada de algunos patos y de hermosos amaneceres y atardeceres.

“No sabía nada sobre esta casa flotante específica o la comunidad o lo que yo haría”, contó la mujer de 35 años en entrevista con Bussines Insider. La egresada de estudios universitarios en marketing, había trabajado antes a bordo de yates y pasó casi un año en un velero, por lo que vivir en un lago no sería algo completamente nuevo ni descabellado, pero ella dice que ni siquiera lo tenía planeado.

Cierto día, la mujer se encontró con un anuncio donde se ponían a la venta tres casas flotantes, así que se animó a visitarlas, pero en un primer momento dudó que pudiera vivir ahí. Mientras pasaba el tiempo y pensaba si sería idóneo mudarse a una propiedad sobre el lago, se enteró de que había más personas interesadas, y fue en ese momento cuando supo que una de las casas sería suya.

Fincham dejó a los amigos con los que compartía la renta de un departamento en Toronto, tomó a sus dos gatos y compró la casa en noviembre de 2020, en plena crisis sanitaria de la pandemia por Covid-19. “Nunca en mi vida había estado tan segura de nada”, rememoró. Tras casi cuatro años de vivir en el agua, la mujer intenta inspirar a otros a través de redes sociales, donde publica algunas de sus vivencias a través de la cuenta de Instagram @mylittlehouseboat.

En un video que publicó en su canal de YouTube, Fincham explica que la experiencia de vivir en una casa-bote le ha dejado muchas enseñanzas, entre ellas, a vivir con lo indispensable. Además, comenta que despertar cada mañana rodeada de agua es lo mejor que tiene. Algunas de las funciones de la casa las controla por medio de una aplicación en su dispositivo móvil y cuenta con internet de alta velocidad.

La casa flotante tiene una cocina totalmente equipada, y aunque no es de gas, la mujer señala que le funciona perfecto al momento de cocinar. También tiene refrigerador con espacio para guardar alimentos y un lugar para lavar los platos. También en la parte de abajo está un baño con jacuzzi, una biblioteca y una suerte de chimenea. En la parte superior se ubica su habitación, que tiene vista panorámica.

“El puerto deportivo en el que estamos es el único abierto durante todo el año, que puede tener casas flotantes, incluso durante todo el invierno”, señaló Fincham. En cuanto a los gastos de mantenimiento, la mujer reveló que paga aproximadamente US$600 mensuales por el servicio de amarre, pero también le da acceso al muelle, a una bomba séptica para los desechos y al servicio de correo.

Otro de los gastos fijos es la luz, que varía según la temporada. “La electricidad es adicional y cuesta alrededor de US$30 en los meses más cálidos, y alrededor de US$132 dólares en el invierno”. La mujer contó que otra de las bondades de vivir ahí es que la comunidad de vecinos es muy fuerte y que comparten tiempo en las tardes, para juegos o para disfrutar de la proyección de una película.

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