Es estadounidense, estuvo presa en Rusia pero dice que quiere volver allí porque su país natal es “una pesadilla”
Sarah Krivanek, quien fue extraditada a EE.UU., aseguró que está dispuesta a renunciar a su ciudadanía con tal de volver al país de Vladímir Putin
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Sarah Krivanek, una mujer estadounidense, estuvo presa en Rusia por un incidente doméstico que protagonizó en un momento de los cinco años que vivió allí. Pasó un año en la cárcel, pero ni eso logró que su amor por este país disminuyera. Ahora que la deportaron a Estados Unidos, aseguró que desea volver a Moscú porque residir en territorio norteamericano ya no es como recordaba, y no le gusta en lo absoluto.
Krivanek consideró que su regreso a Estados Unidos significa uno de los mayores retrocesos de su vida. No solo porque “había dejado un país diferente”, sino también porque estaba completamente adaptada a la forma de vida rusa y tenía un entorno ya asimilado: “Aquí, saldré libre y habrá amigos esperándome. En ese EE.UU., ¿quién me necesita? Mi corazón llora. Veo la vida en los EE.UU. en la TV rusa y me parece que allí está ocurriendo una especie de pesadilla”, relató para el medio ruso Moskovskij Komsomolets.
La mujer trabajaba como maestra y vivía lo que siempre soñó, hasta que todo se complicó. Fue en 2021 cuando atacó con un cuchillo a su pareja y las autoridades del gobierno de Vladímir Putin de inmediato le impusieron una sanción. Intentó escapar, pero la policía la detuvo en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú.
Sarah permaneció en la cárcel por un año. Entonces declaró que era peor de lo que cualquiera hubiera imaginado, pero al ser liberada sorprendió con sus declaraciones de amor hacia Rusia. Sarah regresó a EE.UU. como parte de un acuerdo de intercambio de convictos, en el que también se liberó a Brittney Griner. Lejos de alegrarse, para ella no representó una buena noticia.
La mujer intentó por todos los medios permanecer en el país que ahora considera su hogar. Habló con un activista de derechos humanos, Ivan Melnikovk, para que la asesorara sobre su proceso. Sin embargo, no se pudo hacer nada por mantenerla en ese territorio: “Dime, ¿es realmente imposible cancelarlo o posponerlo de alguna manera? Realmente quiero quedarme en Rusia, amo Rusia”, le dijo al hombre en ese momento.
Piensa volver
La ley le permite a la mujer regresar a Rusia dentro de tres años, una oportunidad que, dijo, no planea desaprovechar: “Yo extraño. Muchas personas me ayudaron allí y espero volver a visitarlos algún día”, aseveró. En la misma entrevista para el medio ruso, la norteamericana admitió que cuando recién llegó a ese país tenía mucho miedo. No obstante, ese sentimiento se esfumó al comprender lo bien que se vivía allí.
“‘¿Cambiarías Estados Unidos por Rusia?’, me preguntaba. No pude responder durante aproximadamente un año, pero luego me arriesgué y fui a un país que no conocía en absoluto”, mencionó. Además, consideró que ahora es una persona diferente y que hasta encontró a Dios: “No dudé ni por un segundo que Dios también ama a los rusos, y los ama mucho. Un día me paré en la calle, miré al cielo y finalmente dije ‘Dios, si tuviera que elegir, elegiría [quedarme en] Rusia, aunque para eso tuviera que renunciar a la ciudadanía y emigrar’”, concluyó en Moskovskij Komsomolets.
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