Es enfermera y cometió un error imperdonable con la comida en el trabajo: “Tuve que mentir”
Una mujer contó lo que le ocurrió después de ir en busca de alimentos sobrantes de una fiesta; lo que parecía una buena oportunidad terminó mal
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Robar comida de algún compañero en el trabajo es una “travesura” que muchos confesarían haber cometido alguna vez. Sin embargo, no siempre ese inofensivo acto termina bien y la historia que reveló una enfermera es una perfecta prueba de ello.
Jen Hamilton es enferma y tiktoker y en su cuenta, suele compartir anécdotas laborales de todo tipo. La que se volvió viral puede servir de lección para pensar dos veces los impulsos relacionados a la comida.
“Tuve que mentirle a mis amigos en el trabajo porque no podía soportar admitir lo que había hecho”, así comenzó su relato. Después contó que un colega le dijo que pasara a la sala de descanso porque había sobras de comida de una fiesta y el hambre la llevó a ir en busca de un bocadillo.
La enfermera encontró algunos sándwiches de Chick-fil-A (conocida cadena norteamericana de sándwiches) y unos frijoles horneados en una olla de barro, así que los calentó y se los comió. “Delicioso. Todo. Delicioso”, dijo sobre la comida. Pero no esperaba que esa noche pagaría por su elección.
Al día siguiente, y tras una muy mala noche a causa de esa comida, una amiga le preguntó: “¡Jen! ¿Te llevaste tu olla de barro?”, sin embargo, ella fue incapaz de recordar a qué se refería en un primer momento. “Bueno, estaba en la sala de descanso, estaba llena de frijoles horneados. La encontré encima de la nevera”, agregó su colega.
En ese momento, Jen Hamilton se dio cuenta de lo que había pasado y comenzó a reírse. Esa reacción generó curiosidad en su amiga, quien le preguntó: “No los comiste, ¿verdad?”. Por la vergüenza ante el infortunio, la enfermera prefirió no aceptar la equivocación que le ocasionó una diarrea en la noche anterior.
Sin embargo, en ese momento todo tuvo sentido y recordó que efectivamente dejó la olla en la sala de descanso. “Me comí mis propios frijoles horneados que había llevado a una barbacoa hace como un mes”. Por fortuna, después del impacto en su salud, lo tomó con humor.
Además de las risas, la anécdota de Jen generó mucha curiosidad entre sus seguidores. “Las preguntas más importantes: “¿Quién no la limpiaría antes de ponerla en el refrigerador?, ¿y quién sacó la olla de frijoles de hace un mes y la puso junto a la comida gratis?”. Pero ella aclaró que todo fue su culpa porque la olla estaba encima de la nevera, justo en donde la había dejado.
Pero también hay dudas sobre cómo es que la enfermera ni siquiera se dio cuenta del estado de la comida: “No puedo creer que no tuvieran moho”, “Había pasado un mes... ¡¿No había olores extraños ni moho ni nada?!”, “Después de un mes, a esos frijoles les debió de haber crecido pelaje y tendrían que moverse por su cuenta”.
Una seguidora decidió ver el lado positivo: “Es así como creamos nuevos antibióticos. Es un triunfo para mí”, dijo con humor. La manera en la que contó la historia provocó que varios preguntaran si en su lugar de trabajo están contratando porque parece un lugar divertido.
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