En Nueva Jersey, impulsan una nueva ley para bajar los precios de alimentos y bebidas
Busca fomentar la competencia en el sector minorista y otorgar beneficios fiscales a pequeños comerciantes para enfrentar la concentración corporativa y aliviar los costos que afectan a las familias
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Una reciente ley en el estado de Nueva Jersey promete traer alivio económico a las familias al reducir los costos de alimentos y bebidas mediante la ampliación de la competencia en el mercado minorista de comestibles.
La Ley de Reducción de Precios de Alimentos, presentada por la congresista Mikie Sherrill, propone otorgar incentivos fiscales a pequeños comerciantes de abarrotes (alimentos), lo que permitiría que nuevas tiendas ingresen a áreas con alta concentración corporativa y bajos niveles de competencia. Este cambio busca contrarrestar los efectos de la consolidación del sector, que contribuyó al aumento de sus precios en todo el estado.
Fomento a la competencia en un sector concentrado
La propuesta de Sherrill, respaldada por la congresista Jahana Hayes de Connecticut, busca abrir puertas para pequeños comerciantes en regiones donde las grandes cadenas de supermercados monopolizaron el mercado. El objetivo central de la ley es fomentar la competencia, un factor que, según estudios recientes, ayuda a mantener los precios más accesibles para los consumidores.
El ejecutivo del condado de Mercer, Dan Benson, expresó su apoyo a la medida y destacó cómo la legislación podría devolver a las comunidades la tradición de comprar en tiendas de comestibles independientes, como solía ocurrir en el pasado. Según Benson, la implementación de créditos fiscales a estos pequeños negocios contribuiría a la apertura de nuevas tiendas y se traduciría en una disminución de los precios de los alimentos para las familias del condado.
El impacto en las familias de Nueva Jersey
Los altos precios de los alimentos golpearon duramente a las familias de Nueva Jersey. Sobre todo, tras la pandemia de COVID-19, cuando los productos de primera necesidad aumentaron más del 25% entre enero de 2020 y julio de 2024. En 2024, los cuatro minoristas de alimentos más grandes controlaban más del 50% de las ventas nacionales en supermercados, lo que dejó a los consumidores con menos opciones y precios más elevados.
Ante esta situación, la congresista Sherrill hizo hincapié en la importancia de su propuesta al explicar que la Ley de Reducción de Precios de Alimentos ayudará a combatir la especulación con los precios y prácticas engañosas como la ‘shrinkflation’, donde las empresas reducen el tamaño de los productos sin ajustar el precio a la baja”.
La medida, también, busca aliviar la carga financiera que enfrentan las familias, para quienes el aumento del costo de los alimentos representa una elección difícil entre pagar la comida o cumplir con otras necesidades básicas, como el alquiler o la educación.
Incentivos fiscales para pequeñas empresas
El proyecto de ley presentado contempla una serie de incentivos fiscales destinados a las pequeñas empresas del sector minorista de alimentos. Entre los beneficios previstos, se incluyen la expansión del Crédito Fiscal de Rehabilitación para inversiones en la restauración de edificios históricos y el Crédito Fiscal de Oportunidades de Trabajo, que facilita la contratación de nuevos empleados.
Además, el proyecto introduce una nueva medida que ofrece un crédito fiscal del 15% sobre la inversión de capital para pequeños minoristas de alimentos durante sus primeros tres años de operación. Esta iniciativa tiene como objetivo facilitar la creación y el sostenimiento de nuevos negocios en zonas donde la competencia está limitada.
El proyecto de ley también amplía la Depreciación Bonificada, lo que permitirá a las pequeñas empresas recuperar parte de sus inversiones en equipos o propiedades nuevos o mejorados. Asimismo, la ley amplía la Deducción de Ingresos Comerciales Calificados. La idea es proporcionarles una deducción adicional para que logren establecerse y crecer.
La Ley de Reducción de Precios de Alimentos recibió el respaldo de varias organizaciones de defensa del consumidor, como la Federación de Consumidores de América, Consumer Action y Public Citizen. Estas organizaciones destacan la importancia de la ley para frenar el poder monopolístico que ha caracterizado al sector minorista de alimentos en los últimos años.
La concentración del mercado y sus consecuencias
Diversos estudios demostraron que la concentración del mercado minorista de alimentos está directamente vinculada al aumento de los precios. En áreas donde el índice Herfindahl-Hirschman (una medida utilizada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) es igual o superior a 1.400, se observó una concentración moderada a alta del mercado. Este fenómeno afecta principalmente a las comunidades que dependen de un número reducido de proveedores para obtener productos básicos.
Uno de los estudios mencionados en el comunicado oficial señala que la inflación de los precios de los alimentos tiende a disminuir cuando nuevos competidores ingresan a un mercado previamente controlado por grandes minoristas. Esta observación respalda la premisa de la Ley de Reducción de Precios de Alimentos.
Con la implementación de esta ley, Nueva Jersey podría convertirse en un ejemplo de cómo las políticas fiscales pueden contribuir a mejorar el acceso a alimentos más asequibles y a diversificar el mercado en beneficio de los consumidores.
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