El misterioso castillo de Miami que esconde un secreto de amor no correspondido y se sienten “energías extrañas”
Hace casi un siglo, un enamorado edificó al sur de la ciudad una edificación en la cual esperó eternamente a una novia que nunca llegó; la construcción de semejante obra por solo un hombre sorprende todavía
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Al borde de la US 1 con destino a los Cayos, aparece un jardín sobre el que se erige un “castillo”. A 40 kilómetros al sur de Miami, Edward Leedskalnin, un inmigrante de Letonia, edificó Coral Castle, el hogar donde recibiría a su amada, una mujer que nunca llegó. Pero no se trata de una historia solo de amor, es una verdadera proeza de la ingeniería si se pone en contexto la magnitud de esta obra atribuida únicamente a un solo hombre. Además, esconde varios misterios, ya que en el perímetro los teléfonos celulares se paran y luego los mensajes de texto entran todos juntos como una ráfaga de viento.
Leedskalnin comenzó la construcción en 1912, cuando llegó a Estados Unidos. Previamente, estuvo comprometido con Agnes Scuffs, diez años menor que él. El día antes de la boda, y sin motivo aparente, la joven canceló el compromiso de manera inesperada.
Los misterios acerca del letonio y su obra, hecha completamente en coral, se narran en El misterio de Ed Leedskalnin y su Stonehenge estadounidense, de Rusty McLure y Jack Heffron. Hasta el momento, nunca se supo si Agnes se enamoró de alguien más y lo abandonó, pero lo que sí se conoció es que el hombre jamás volvió a su tierra natal.
Bajo la creencia de construir un hogar para su amada, esculpió unas raras piezas de coral agrupadas en lo que hoy es el museo Coral Castle, ubicado en Homestead, Florida.
De acuerdo con BBC, Leedskalnin nació en 1887 en una familia granjera, no terminó la escuela y trabajó como albañil. Cuando tenía 25 años zarpó desde Europa con rumbo a Estados Unidos. Inicialmente, se desempeñó como obrero de construcción en Nueva York y Oregón, pero una enfermedad respiratoria lo obligó a parar.
En algunos artículos periodísticos, se mencionó que contrajo tuberculosis, razón por la cual los médicos le recomendaron el clima cálido de Florida. Con más de una década como inmigrante en el país, en febrero de 1923, compró unos 8000 metros cuadrados de terreno en Florida City, a 48 kilómetros al sur de Miami, por 10 dólares.
Aquella área era rica en roca de coral, y fue con ese material con el cual Edward esculpió las piezas del castillo en el que, según él, recibiría a Agnes cuando volviera.
Lo primero que construyó fueron sillas. Una para él, otra para su amada y una tercera para cuando su suegra viniera de visita. De acuerdo con Patricia Paredes, investigadora y guía del museo Coral Castle, esta última era incómoda para que la mujer “se fuera rápido”.
Además, instaló una mesa de coral para que los “representantes de Florida se sentaran a discutir cómo aumentar los impuestos”, señaló Paredes. Asimismo, entre otra de las esculturas destaca el “obelisco”, de 12 metros de largo. McLure y Heffron calcularon que pesaba unas 18 toneladas, pero investigaciones más recientes señalaron que rozaría las 30.
¿Cómo pudo un hombre construir semejantes esculturas él solo?
Esa es solamente una de las tantas preguntas alrededor de este hogar de coral. Actualmente, se conservan todas las estructuras del castillo, y juntas suman cerca de 1100 toneladas.
Según la gente que lo conoció, Leedskalnin era un hombre amable, aunque otros lo definieron como esquivo, tímido y callado. Al parecer, no le gustaba que lo vieran trabajar, por lo que construyó su castillo en horas de la noche. Cuando se le preguntaba cómo lo había logrado, él contestaba que “conocía los secretos de las pirámides” de Egipto.
A fines de la década de 1920, Coral Castle, entonces conocido como Rock Gate, ya recibía visitantes, y Edward cobraba US$0,10 por verlo y por escuchar su historia de amor, la cual contaba una y otra vez de manera incansable.
De acuerdo con El Nuevo Herald, en ese campo florido, de sillas de piedra, mesa en forma de corazón y fuentes de agua que sirven como escenario a fiestas de boda y celebraciones de enamorados, se sienten energías extrañas. Por si fuera poco, otros refirieron que no tienen señal en el celular una vez que entran al parque. Además de esculpir, al parecer, Leedskalnin también hacía experimentos de radio y magnetismo.
Además de los misterios, el lugar también tuvo su parte oscura con la construcción de la “esquina del arrepentimiento”. En una pared, abrió dos espacios con forma de cerillas de fósforo. Por la parte más abultada podía entrar la cabeza de una persona. De acuerdo con BBC, cuando los hijos o esposa del letonio se “portaran mal”, los obligaría a quedarse con el cuello ensartado en estas aberturas, como una forma de castigo.
Edward murió el 7 de diciembre de 1951 a causa de una uremia. Existen discrepancias acerca del destino del castillo. Algunos reseñaron que lo heredó un sobrino lejano, quien luego lo vendió a Julius Levin, un joyero jubilado de Chicago, Illinois en 1953. No obstante, para otros, el hombre compró el terreno sin saber que existía semejante construcción.
En lo que sí existió consenso fue en el destino de las obras. Luego de la compra, Coral Castle pasó a llamarse Gate Park y lo convirtieron en una atracción turística. En 1984, la propiedad se incluyó en el Registro Nacional de Lugares Históricos, y en 2011 cambió nuevamente a Coral Castle.
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