El mensaje de Javier Milei en el Congreso: cómo es el rito en Estados Unidos, un modelo que el Presidente pretende imitar
El “Discurso del Estado de la Unión” se transmite en vivo, en horario prime time, y tiene una amplia cobertura mediática; el presidente aprovecha para hacer un balance de su gestión y marcar la agenda del año
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WASHINGTON.- El rito, sagrado, se repite todos los años. El Sargento de Armas de la Cámara de Representantes camina por el pasillo central de la cámara baja, frena, y anuncia con un grito al presidente, que ingresa en el recinto bajo aplausos y recorre el tramo hasta el atril repartiendo apretones de manos y sonrisas de lado a lado entre los legisladores ante la mirada de todo el gobierno federal: congresistas, senadores, los jueces de la Corte Suprema, el Estado Mayor Conjunto, y todo el gabinete menos uno de sus miembros, el “Sobreviviente Designado”, aislado para garantizar la continuidad del gobierno ante una catástrofe. El presidente se para detrás del atril, flanqueado por los teleprompters, y brinda el discurso más importante del año, el “Estado de la Unión”.
En Estados Unidos, ese discurso ante las dos cámaras del Congreso, el equivalente a la Asamblea Legislativa en la Argentina, es un evento político, mediático y social. El presidente aprovecha para hacer un balance de su gestión, y marcar la agenda para el resto del año. Y, sobre todo en los últimos tiempos, también para marcar la grieta con la oposición. En los años electorales, el discurso sirve también para marcar el tono de la campaña. Los medios hacen una cobertura especial durante toda la noche, con anchos paneles para la previa, y el análisis posterior. Y abundan las reuniones sociales. En Washington, un bar de Capitol Hill, Union Pub, ofreció el año pasado un paquete especial que incluía tres opciones: dos baldes de Bud Light, ocho shots de whiskey, o una botella de espumante.
La decisión del Presidente Javier Milei de mover su discurso de apertura del período de sesiones ordinarias del Congreso del horario tradicional de las 12 al horario del prime time de las 21 replica el modelo norteamericano, algo que Milei ya hizo cuando juró, y habló afuera del Congreso, ante la gente, tal como es tradición en Estados Unidos.
“Con este cambio de horario se busca que la mayor cantidad de argentinos puedan escuchar al presidente después de su horario de trabajo”, justificó el vocero presidencial, Manuel Adorni. “Entendemos que es el mejor horario para que la mayor cantidad de gente pueda estar tranquila escuchando el mensaje del presidente”, agregó.
Para la administración de turno, el mensaje del presidente al Congreso ofrece la mejor oportunidad para capitalizar la atención de la opinión pública. Es el momento del año en el cual los ojos del país –y también de rincones del resto del mundo– están puestos en el presidente. Por eso, la Casa Blanca realiza un puntilloso trabajo para instalar temas: suele haber llamadas con periodistas en la previa para anticipar los temas del mensaje, se reparte extractos del discurso horas antes de la exposición, y luego el presidente suele hacer una pequeña gira por el país para reforzar los puntos principales del discurso. Y los aliados de la administración salen en tropa a remarcar las líneas centrales del mensaje oficial en los medios.
La oposición también aprovecha la atención: luego del mensaje presidencial, hay una respuesta oficial a cargo de una figura, elegida por la cúpula partidaria del Congreso, para mostrar la otra cara de la moneda. Esa réplica, que también es transmitida en vivo, suele recibir bastante menos atención que el mensaje presidencial.
Invitados
Además del discurso, la Casa Blanca también buscar remarcar su agenda con invitados. La Primera Dama ocupa uno de los balcones de la Cámara baja, y cada de una de las personas que se sienta junto a ella son elegidas puntillosamente. El presidente suele mencionarlas en su mensaje, y los invitados reciben aplausos. En 2022, el discurso ocurrió poco después de la invasión de Rusia a Ucrania, y la invitada principal fue la embajadora de Ucrania, Oksana Markarova, quien recibió una ovación de pie. Otro invitado que recibió una ovación de pie: Joshua Davis, de 13 años, diabético tipo 1, quien junto con su familia ha hecho campaña para bajar el costo de la insulina, una de las políticas del gobierno de Biden.
Al igual que la apertura de sesiones ordinarias en la Argentina, el discurso está contemplado en la constitución de Estados Unidos, que exige un mensaje anual del presidente al Congreso sobre la coyuntura del país. El mensaje ha sufrido varios cambios con el paso de los años. El principal: la extensión. El primer presidente, George Washington, brindó el mensaje más corto de todos: lo entregó por escrito, y tuvo tan sólo 1089 palabras. Franklin Delano Roosevelt brindó la mayor cantidad: 12 discursos. Y Harry Truman dejó una de las innovaciones más trascendentales: fue el primer presidente que dio su discurso por televisión, en 1947.
La mayoría de los discursos sobre el “Estado de la Unión” han pasado al olvido –hay analistas políticos que cuestionan la enorme atención que se le da–, pero algunos han quedado grabados en los anales de la presidencia norteamericana. En 1983, Ronald Reagan se refirió a la Unión Soviética como un “imperio maligno” en medio de la Guerra Fría. George W. Bush utilizó el discurso para identificar a Irán, Irak y Corea del Norte como el “eje del mal”.
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