El hackeo de la campaña presidencial en EE.UU. ya empezó, pero esta vez desde Irán

NUEVA YORK.- Por tercera vez consecutiva, la campaña presidencial en Estados Unidos ya empezó a ser hackeada con toda la furia desde el extranjero. Pero esta vez la primera jugada importante no fue de los rusos, sino de los iraníes.

El viernes, Microsoft informó que un grupo de hackers dirigido por la unidad de inteligencia de la Guardia Revolucionaria de Irán había violado exitosamente la cuenta de un “ex alto asesor” de una campaña presidencial. Desde esa cuenta hackeada, ese grupo al que Microsoft identificó como Mint Sandstorm, envió emails falsos conocidos como “phishing selectivo” a “funcionarios de alto rango de una campaña presidencial” para a su vez intentar ingresar en las cuentas y bases de datos de la propia campaña.

El sábado a la noche, el expresidente Donald Trump salió a aclarar que Microsoft le había informado a su equipo de campaña que “uno de nuestros principales sitios web fue hackeado por el gobierno de Irán, ¿no tienen nada mejor que hacer?”, pero que los hackers solo habían obtenido “información públicamente disponible”. Trump atribuyó todo a lo que él llama, con sus subjetivas mayúsculas, la “Debilidad e Ineficiencia” del gobierno de Biden.

Los hechos son confusos y en realidad nadie parece saber qué obtuvo el grupo iraní, si es que obtuvo algo.

El equipo de campaña de Trump ya estaba culpando a “fuentes extranjeras hostiles a Estados Unidos” por una filtración de documentos internos que el sitio Politico informó haber recibido el sábado, aunque no está claro si esos documentos son realmente producto del hackeo iraní o fueron parte de una filtración no vinculada con el hecho y que se produjo desde dentro de la propia campaña republicana.

El diario The New York Times recibió lo que parece ser un conjunto de datos similares, si no idéntico, de parte de un informante anónimo que asegura haber enviado esos mismos documentos por email a Politico.

Como sea, los eventos de los últimos días presagian una intensificación de la interferencia extranjera en una campaña presidencial cuyos giros repentinos y cambios de candidatos podrían haber echado por tierra los planes iniciales de los piratas informáticos.

Según los investigadores y expertos en ciberseguridad, hasta ahora Rusia viene jugando un papel relativamente menor en el proceso electoral norteamericano, y ha concentrado sus esfuerzos cibernéticos en tratar de socavar el apoyo internacional a Ucrania y los Juegos Olímpicos París 2024, donde la participación del equipo ruso fue excluida. Aunque los espías norteamericanos tienen pocas dudas de que Rusia quiere a Trump de regreso en el poder. En cuanto a los piratas informáticos chinos no parece quedar claro de qué lado juegan en esta elección, porque tienen tantos motivos de desagrado contra Trump como contra Kamala Harris.

Para los investigadores, no hay duda de que los iraníes quieren una derrota de Trump. Cuando era presidente, Trump se retiró del acuerdo nuclear de 2015, volvió a imponerle sanciones económicas a Irán, y más tarde, en enero de 2020, ordenó el asesinato en Irak del mayor general Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds, el ala clandestina de la Guardia Revolucionaria responsable de las operaciones en el extranjero.

Cuatro años después, la Guardia Revolucionaria parece seguir decidida a vengar la muerte de Soleimani, y la semana pasada el Departamento de Justicia denunció penalmente a un paquistaní que recientemente había estado de visita en Irán, acusándolo de intentar contratar a un sicario para asesinar a políticos en Estados Unidos, incluido probablemente Trump. (No hay evidencia de que Irán esté detrás del intento de magnicidio de Trump el 13 de julio en Butler, Pensilvania).

Trump suele mencionar sus medidas contra Irán como evidencia de su determinación, por más que haberse retirado del acuerdo de 2015 haya sido precisamente lo que hizo posible que Irán reconstruyera su programa nuclear. De todos modos, la combinación del hackeo de cuentas y la noticia de los sicarios que iban por Trump y sus ex asistentes le regaló al expresidente un enemigo perfecto, y durante todo el fin de semana lo estuvo explotando para sostener que los iraníes preferirían una continuación del gobierno Biden-Harris.

Microsoft no llegó a decir que el hackeo detectado se centró en la campaña de Trump, aunque su propio equipo de campaña dijo que así había sido. En una entrevista, Tom Burt, jefe del equipo de seguridad y confianza del cliente de Microsoft, dijo que en junio, “el equipo iraní asociado con las operaciones de inteligencia de la Guardia Revolucionaria” había violado con éxito la cuenta de emails de un exasesor de campaña, a quien no nombró. Desde esa cuenta, dijo Burt, los iraníes enviaron un correo electrónico de phishing a un funcionario de una campaña presidencial.

Pero Burt aclaró que la empresa no pudo determinar si el esfuerzo tuvo éxito en penetrar en la campaña a la que apuntaba.

Los documentos enviados a Politico y a The New York Times incluían investigaciones y evaluaciones de posibles candidatos a la vicepresidencia, incluido el senador J. D. Vance, el finalmente elegido por Trump. Al igual que muchos documentos de investigación de este tipo, contenían material del pasado que podía resultar incómodo o perjudicial, como las insinuaciones y reparos de Vance sobre Trump.

Por David E. Sanger y Michael Gold

Traducción de Jaime Arrambide

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