El gesto de un millón de dólares de James Cameron con Guillermo del Toro cuando secuestraron a su padre
Durante una charla para el Festival de Cannes, el cineasta mexicano recordó el hecho que cambió su vida y la principal motivación para dejar de vivir en México; en qué tuvo que ver el director de Titanic
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Guillermo del Toro es uno de los personajes más queridos en México, por sus películas con inquietantes monstruos que han marcado época en el cine, pero también por su cariño manifiesto al país y su sencillez. Pese a que desde hace tiempo no reside allí, el cineasta se mantiene cerca del día a día a través de sus redes sociales, una vía que ha sido el punto de encuentro con fanáticos que igual publican fotos junto a él o le piden ayuda económica, solicitudes a las que él ha respondido de forma positiva cada vez que pudo.
Durante una entrevista publicada en las redes sociales del Festival de Cannes, a propósito de la edición que terminó hace unos días, Del Toro recordó un hecho que le hizo modificar su rumbo: “Me hubiera quedado en México toda mi vida, pero el secuestro de mi padre en 1998 cambió mi vida”. Federico Del Toro fue secuestrado en Guadalajara, su ciudad natal, poco después del estreno de Mimic, filme que significó su debut en Hollywood, y los captores le pidieron un millón de dólares como rescate.
En el momento, después de haber hecho una importante inversión para dicha película, Guillermo no contaba con la cantidad que le solicitaban. La liberación de su padre después de 72 días cautivo fue posible gracias a la ayuda del cineasta estadounidense James Cameron, a quien conoció durante el rodaje de La invención de Cronos en 1993 y formaron una amistad sólida gracias a la afinidad de sus intereses.
Así como Cameron retrata héroes en sus películas, se convirtió en uno cuando, al saber del gran problema que preocupaba al mexicano, le entregó el dinero necesario en efectivo. No solo eso, le recomendó a un negociador que lograría el rescate sin nada que lamentar. Un hecho que afianzó la amistad que mantienen hasta ahora.
Todo salió bien y Federico Del Toro se reunió con su familia. Sin embargo, es un hecho que se mantiene fresco en la memoria del cineasta y no es la primera vez que recuerda este episodio. Tras los ataques terroristas en París en 2015, en un momento de reflexión, Guillermo relató más detalles sobre lo sucedido años atrás: “Durante el secuestro de mi padre dos policías vinieron a vernos. Ellos tenían dos propuestas: por cinco mil pesos, nos dejarían en una habitación con los secuestradores atados a una silla, nos darían un tubo de plomo y 15 minutos solos. Por diez mil pesos, se asegurarían de que cuando rescataran a mi padre, los secuestradores fueran asesinados y nosotros recibiríamos unas fotografías”. En una muestra de que “la violencia alimenta la violencia” añadió: “Dije que no (a la propuesta de los policías). Sentíamos odio y dolor, pero no podíamos ser parte de este ciclo de violencia”.
El cineasta multipremiado vive en Los Ángeles, California, en Estados Unidos, desde ese penoso suceso. Pero en esta última edición de Cannes mencionó que se encuentra trabajando en el guion de su próxima película para filmar en México; luego de que sus colegas y amigos Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón lo hicieron con los filmes Bardo y Roma.
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