El análisis de una experta de Harvard sobre por qué es tan difícil cumplir las metas de Año Nuevo
Al parecer, las personas solo miran de cerca la situación sin comprender todo el panorama que influye y que va más allá de la determinación de fijar un propósito
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Los seres humanos tienen un cierto rechazo innato al cambio. De forma sorprendente, esta aversión podría manifestarse en la vida de muchos al intentar cumplir con ciertas metas en 2023, señala en sus premisas la experta de la Universidad de Harvard Lisa Lahey. Con los deseos y propósitos de Año Nuevo puestos en marcha, la especialista analizó por qué muchos fracasan a pesar de su determinación inicial.
La investigación de Lahey se basa en el hecho de que cuando los médicos les dicen a sus pacientes que tienen problemas cardíacos y que deben mejorar sus hábitos para sus propias vidas, solo uno de cada siete realmente hace algo. A los ojos de la experta, las personas son demasiado críticas consigo mismas cuando no alcanzan sus objetivos: “Realmente necesitas darte más espacio”, consideró en declaraciones consignadas por CNBC Make it.
Según la especialista, cuando no se llega a la meta, las personas empiezan a sentir que hay algo malo con ellas. A pesar de que hay fuerzas que no están bajo su control y que dificultan el cambio.
Si bien ciertos propósitos de Año Nuevo pueden ser más fáciles de cumplir, a veces hace falta mucho más. Por ejemplo, cuando se decide hacer dieta y perder peso durante el año. En este caso, se pierde de vista que hay cierta edad en la que el metabolismo se ralentiza. Lo mismo ocurre con otros cambios, como cuando las personas dicen: “Este año dejo de fumar”.
Se podrían enumerar un sinfín de situaciones. Por eso, Lahey desarrolló una hoja de ruta para superar la “inmunidad al cambio”. Para ello, enlistó una serie de pasos.
Romper la resistencia
En primer lugar, se debe identificar cuál es el objetivo que se desea alcanzar y también fijar el plan para conseguirlo. Hasta aquí, parece un análisis básico. No obstante, a continuación también habrá que poner en la ecuación los comportamientos actuales que podrían jugar en contra.
Esto lleva al siguiente paso: identificar aquellos pensamientos o factores que son competidores ocultos e impulsan la resistencia. Estos no siempre se relacionan con el anterior. Por ejemplo: alguien que decide hacer más ejercicio en las etapas iniciales de la hoja de ruta, en esta parte se da cuenta de que el pensamiento subyacente que se interpone en su “éxito” es un sentimiento de culpa cada vez que deja a sus hijos. Por lo tanto, Lahey sugiere desaprender este tipo de suposiciones, lo que también conlleva un análisis sobre las creencias.
En esa misma situación, la persona podría empezar con pequeños pasos mientras alguien más cuida a sus hijos. Esta ya es una solución que la acerca al objetivo. Identificar la raíz lleva a tomar acciones concretas.
Una vez superado el entorno, se podrá ver mejor el panorama y saber si el temor se cumplió o solo estaba en la mente. “Esa es la clave de todo este trabajo. Todo el mundo se sentirá mucho mejor y potencialmente seguirá adelante con los cambios que ha estado intentando si empieza por ser mucho más tolerante consigo mismo”, añadió Lahey.
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