EE.UU. rechazó una exigencia clave de Rusia, pero busca una “vía diplomática” por Ucrania
En una carta a Moscú, la Casa Blanca se negó a cerrarle la puerta de la OTAN a Ucrania y ofreció un canal de diálogo para apaciguar la tensión; Washington cree que el ataque ruso podría darse antes de mediados de febrero; compromiso para mantener un alto el fuego
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PARÍS.– En su respuesta escrita al Kremlin en plena escalada, Estados Unidos rechazó con firmeza una de las principales exigencias de Moscú: cerrarle las puertas de la OTAN a Ucrania. No obstante, Washington, así como los dirigentes europeos, proponen al mismo tiempo “el camino de la diplomacia” para evitar una guerra.
Esa respuesta “formula un camino diplomático serio, en caso de que Rusia acepte”, declaró el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en una conferencia de prensa. El documento también plantea las preocupaciones de la Casa Blanca “sobre las acciones rusas que amenazan nuestra seguridad” y plantea “nuestras propias propuestas en áreas en las que podríamos hallar un terreno común”, agregó.
Esa esperada respuesta de Estados Unidos, entregada por el embajador norteamericano, John Sullivan, en forma de carta al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, se produce en momentos de extrema tensión militar en torno de Ucrania. Rusia prosigue con sus masivos movimientos de tropas y múltiples maniobras militares, mientras que la OTAN pone en estado de alerta sus contingentes en Europa y los occidentales amenazan a Moscú con masivas y dolorosas sanciones en caso de ataque.
Washington, justamente, anunció posibles ataques de fuerzas rusas antes de mediados de febrero.
“Todo indica” que Vladimir Putin “hará uso de la fuerza militar en algún momento, entre ahora y mediados de febrero”, declaró la vicesecretaria de Estado norteamericana, Wendy Sherman. La diplomática señaló, sin embargo, que la apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, a los cuales asistirá el jefe del Kremlin, podría “influir en ese calendario”.
Nada indica, en todo caso, que la respuesta norteamericana vaya a provocar una distensión de la situación. El Kremlin exige un compromiso escrito de Estados Unidos, no solo de que la OTAN no aceptará la adhesión de Ucrania, sino también el retiro de tropas y armamento de la Organización Atlántica de aquellos países que se incorporaron a partir de 1997, poco después de la dislocación de la URSS.
Por el contrario, Estados Unidos dejó muy en claro que “está determinado a mantener y defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, así como el derecho de los Estados a escoger sus propias disposiciones de seguridad y sus alianzas”, insistió Blinken.
“Defenderemos el principio de la puerta abierta a la OTAN”, dijo con energía, al agregar que la respuesta enviada al Kremlin fue “totalmente coordinada con Ucrania y con los socios europeos de Estados Unidos”.
La administración estadounidense propone, en cambio, reactivar negociaciones formales sobre “el control de armamentos”, en particular sobre misiles estratégicos y armas nucleares estacionadas en Europa. También evoca “la posibilidad de medidas de transparencia recíprocas” en lo que atañe a “nuestras posiciones militares”, así como medidas “para mejorar la confianza en cuanto a los ejercicios militares y las maniobras en Europa”, detalló Blinken, que espera hablar con su par ruso, Serguei Lavrov, en los próximos días, subrayando que, entre tanto, confía en que “el Kremlin no divulgue las propuestas recibidas”.
“Escuchar preocupaciones”
Por su parte, la OTAN también envió su propia respuesta escrita a Moscú, entregada a la embajada de Rusia en Bruselas. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, confirmó que la alianza militar “al mismo tiempo que Estados Unidos”, llamó a Rusia a retirar sus fuerzas de Ucrania, Georgia y Moldavia. Stoltenberg agregó que, al mismo tiempo, la misiva expresó la disposición de la organización atlántica a “escuchar las preocupaciones rusas e iniciar un auténtico diálogo que mantenga y refuerce los principios de la seguridad europea”.
La carta de la OTAN también propuso “medidas prácticas”, incluidos briefings mutuos sobre ejercicios militares, e invitó a Moscú a “restablecer nuestras respectivas sedes en la OTAN y Bruselas” ya que –agregó– la decisión unilateral de Moscú el año pasado de “cortar relaciones diplomáticas con la Alianza, hizo nuestro diálogo más difícil.
Por el momento, el Kremlin parece decidido a continuar con la gesticulación militar insistiendo, al mismo tiempo, en que no tiene intenciones de invadir Ucrania. Hablando ante el Parlamento ruso (la Duma), Lavrov afirmó que su país “no se quedará con los brazos cruzados” mientras los occidentales entregan toneladas de armas letales a Kiev. El canciller se refería, en efecto, a unas 80 toneladas de armamento, enviadas por Estados Unidos a Ucrania.
“Sería suficiente mencionar las provocativas maniobras que se realizan cerca de nuestra frontera, el acercamiento del régimen de Kiev a la órbita de la OTAN, la entrega de armas letales y el aumento de las provocaciones contra la Federación de Rusia”, dijo Lavrov.
Convencidos de que el único camino posible es la diplomacia, los europeos redoblan sus esfuerzos para obtener una desescalada de la tensión. El presidente francés, Emmanuel Macron, reunió desde por cuatro días en París a un grupo de expertos constituido por funcionarios rusos, ucranianos, franceses y alemanes, y piensa además mantener una conversación telefónica con Putin el viernes. Al término de esa primera jornada, rusos y ucranianos “apoyan el cumplimiento incondicional del alto el fuego [...] independientemente de las diferencias sobre otras cuestiones relacionadas con la aplicación de los acuerdos de Minsk”, señaló un comunicado publicado por la presidencia francesa.
El esfuerzo de conciliación francés intenta recrear, justamente, el mecanismo que permitió en 2015 los llamados acuerdos de Minsk, que lograron un alto el fuego inmediato en el este de Ucrania, aunque fue de corta duración. En poco más de siete años, el conflicto, que enfrenta el gobierno de Kiev con dos grupos separatistas prorrusos en la región del Donbas, en el este ucraniano, ha provocado más de 13.000 muertos.
“Es muy alentador que los rusos hayan aceptado participar en este formato diplomático”, estimó la presidencia francesa, que juzgó que estas reuniones darán “una indicación clara de la posición del Kremlin”.
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