¿EE.UU. entró en recesión? Cómo es el comité de ocho expertos que tiene la palabra final
Un grupo de prestigiosos economistas se reúne regularmente a puertas cerradas y todos esperan su veredicto; solo declara la recesión cuando la evidencia es abrumadora
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WASHINGTON.- Aunque el dato oficial se conoció este jueves, los demócratas y republicanos ya se peleaban desde antes: ¿La economía norteamericana está o no en recesión? Pero, en definitiva, el pronunciamiento oficial se reduce a lo que determine el Comité de Fechado de Ciclos Económicos, un grupo poco conocido de economistas elegidos por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), que suele tomarse su tiempo y hace todo lo posible por blindarse de interferencias político-partidarias o de cualquier intento de tergiversar sus conclusiones.
Pero la definición que salga de ese grupo de economistas es crucial y delicada, en parte por la situación económica totalmente inusual que atraviesa Estados Unidos apenas dos años después de la última recesión, en los primeros meses de la pandemia. Durante los dos primeros trimestre de este año la economía norteamericana se contrajo, y muchos republicanos proclaman que la recesión ya llegó. Pero desde el presidente Joe Biden hacia abajo y pasando por todos los estamentos del gobierno, los funcionarios prefieren resaltar los otros indicadores que muestran que la economía sigue fuerte y que el comité se equivocaría si declarara al país en recesión.
Se supone que la disputa política no influye en la decisión de esos ocho economistas sobre el momento a partir del cual puede decirse que el país está en recesión. Además, y suponiendo que eso ocurra, el dictamen recién se conocería dentro de mucho tiempo: el Comité de Fechado de Ciclos Económicos suele esperar bastante desde que empieza una recesión para declararla oficialmente, y solo lo hace cuando la evidencia es abrumadora. De hecho, la declaración oficial del comité a veces llega cuando la recesión ya terminó… O sea que los tiempos de la institución y su misión de dar un dictamen empírico incuestionable chocan de frente con las presiones que sufre desde afuera para que emita rápidamente un veredicto sobre uno de los asuntos que más preocupan a los planificadores de política económica.
Como resultado, la que parecería una pregunta simple y directa –¿está en recesión Estados Unidos?– en parte es respondida sobre una base subjetiva y a posteriori, cuando ya ni resulta relevante, y por expertos de un selecto comité reunido a puertas cerradas.
“Lo más importante que hay que transmitir es que el comité no se ocupa de determinar en tiempo real cuándo estamos en recesión”, dijo en una entrevista James Poterba, profesor de economía del MIT, presidente del NBER y miembro del Comité de Fechado. “Es una respuesta que despierta un enorme interés y mucha gente la espera, pero la tarea de nuestro comité es generar un registro histórico consistente de los puntos de giro de los ciclos económicos en Estados Unidos”.
Y los cálculos del comité serán fruto de controversia creciente a medida que pasen los meses, con una economía de cifras desconcertantes que desafían las definiciones fáciles. Las consecuencias políticas para el Comité podrían ser graves: por un lado, crece el malestar popular con Biden por la inflación y el mal manejo de la economía; por el otro, los legisladores republicanos también están al acecho, a la espera de un dictamen que declare oficialmente al país en recesión para intentar capitalizar el descontento del electorado antes de las cruciales elecciones de medio mandato, previstas para antes de fin de año.
Campaña oficial
El lunes, Biden desmintió que la recesión fuera inminente, como parte de una campaña más amplia de su gobierno durante las últimas semanas para refutar las afirmaciones del Partido Republicano de que la recesión ya empezó. Altos funcionarios del gabinete económico, incluida la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Brian Deese, se mostraron en televisión el domingo y el lunes para reiterar su opinión de que la economía no está técnicamente en recesión, y que tampoco lo estaría si las nuevas cifras del PBI mostraran un segundo trimestre consecutivo de contracción, como pasó.
Sin embargo, esta estrategia tiene sus riesgos, porque si más tarde Estados Unidos entrara efectivamente en recesión, sus actuales afirmaciones parecerían erradas, sobre todo después de que el año pasado la Casa Blanca desestimara equivocadamente la amenaza de inflación.
El núcleo del desafío que enfrenta el comité de economistas es que para medir cuándo comenzó una recesión se basa en más de media docena de criterios. La noción general que tienen muchos estadounidenses y algunos analistas es que una recesión se define como dos trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo. Pero para el NBER y la mayoría de los economistas la cosa no es tan sencilla, sino que al realizar una evaluación integral se deben sopesar factores, como los niveles salariales, las ventas minoristas, la producción industrial y los ingresos personales. En su sitio web, el comité destaca que “no hay una regla fija sobre qué mediciones aportan información al proceso o el peso que tienen en nuestras decisiones”.
Como declaró Deese a la CNN: “Según la definición técnica, no estamos en una recesión; la definición técnica considera un espectro mucho más amplio de datos”.
Modelos trastocados
Por lo general, todas esas variables económicas distintas se mueven en conjunto y en un mismo sentido: cuando el crecimiento decae, también lo hacen el empleo, el consumo minorista y otras señales de salud económica. Pero desde el comienzo de la pandemia la economía trastocó todos los modelos anteriores y puede volver a hacerlo.
Predecir la decisión del comité es todavía más difícil por la forma en que funciona. Como parte de NBER, el Comité de Fechado de Ciclos Económicos está dirigido por un grupo privado sin fines de lucro, no por el gobierno federal ni por la oficina nacional de estadísticas.
Las reuniones del comité no se publican y se llevan a cabo a puertas cerradas en el tercer piso de la sede del NBER en Cambridge, Massachusetts. No tienen horarios y días fijos, y el responsable de convocar las reuniones es Bob Hall, presidente del NBER y economista de la Universidad de Stanford. Cuando hay largos períodos de crecimiento económico constante, la junta no tiene nada que discutir y puede pasar años sin reunirse. De hecho, ni siquiera confirma la existencia de reuniones pasadas.
“El comité no anuncia su calendario de reuniones, y sobre eso no hacemos declaraciones”, dijo Poterba. Los ocho economistas que integran el comité son de los más prestigiosos en su campo. Algunos han cumplido funciones en gobiernos demócratas, pero en composiciones anteriores también incluyó a personas designadas por el Partido Republicano. Además de Poterba y Hall, los demás miembros son Christina Romer y David Romer, de la Universidad de California, en Berkeley; James Stock, de Harvard; Robert Gordon, de la Universidad de Northwestern; Valerie Ramey, de la Universidad de California, en San Diego, y Mark Watson, de Princeton.
El último pronunciamiento público del comité fue el 19 de julio de 2021, cuando dictaminó que el país estuvo en recesión entre febrero y abril de 2020, la más breve en la historia del país.
Jeff Stein
Traducción de Jaime Arrambide
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