EE.UU. da marcha atrás con una decisión que afectaba a millones de vehículos defectuosos

La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) decidió suspender temporalmente su solicitud para retirar casi 50 millones de infladores de bolsas de aire y optaron por llevar a cabo investigaciones adicionales luego de que la industria automotriz planteara dudas sobre la supuesta peligrosidad de esta pieza.

El anuncio, realizado por la entidad encargada de la seguridad automotriz en Estados Unidos a la agencia AP, marca un cambio significativo respecto de su postura de julio pasado. En aquel momento, la NHTSA había declarado que los infladores fabricados por ARC Automotive Inc., con sede en Tennessee, presentaban defectos graves y debían ser reemplazados.

Según el medio, los infladores instalados en aproximadamente 49 millones de vehículos de 13 fabricantes podrían explotar y lanzar fragmentos de metal hacia los ocupantes del vehículo, un problema que ya ha causado dos muertes y al menos siete heridos en Estados Unidos y Canadá desde 2009.

Sin embargo, la NHTSA explicó que tomó en cuenta los comentarios técnicos presentados por la industria automotriz respecto de su decisión inicial de julio. Estos comentarios señalaban diferencias en el diseño y la ingeniería de los infladores de ARC en vehículos de diferentes fabricantes, así como variaciones en los procesos de fabricación entre las distintas plantas que producían los infladores.

“Dado el impacto potencial de estas cuestiones en nuestras decisiones, incluida la amplitud de cualquier retiro, es necesario llevar a cabo una investigación más exhaustiva”, afirmó la NHTSA en el documento presentado a AP News.

Se intentó obtener declaraciones de ARC, propiedad del grupo chino Yinyi Group, pero hasta el momento no han respondido, informó la agencia de noticias.

La NHTSA también sostuvo que continuará evaluando cuidadosamente los comentarios recibidos y que en las próximas semanas enviará nuevas solicitudes de información a ARC, a los fabricantes de vehículos y a las empresas responsables de los módulos de bolsas de aire.

En su decisión de julio, la NHTSA había identificado que siete infladores explotaron en vehículos de Estados Unidos, dejando en evidencia fallas como soldaduras deficientes o presiones excesivas en los contenedores que deben soportar la explosión para inflar las bolsas de aire. Además, 23 infladores estallaron en pruebas controladas, mientras que cuatro fallaron fuera de Estados Unidos, causando la muerte de al menos una persona.

Las razones de la marcha atrás en el retiro

Aunque la agencia reconoció que la mayoría de los infladores en cuestión no fallarán durante su uso, insistió en que el riesgo no puede ser ignorado. Según los reguladores, todos los infladores afectados comparten un vínculo común: fallas en el proceso de soldadura por fricción que podrían causar explosiones.

No obstante, varios fabricantes de automóviles han argumentado públicamente que, tras años de investigación, no se ha identificado un defecto de diseño generalizado. Algunos señalaron que ninguno de los infladores instalados en sus vehículos ha fallado debido a las causas señaladas por la NHTSA.

La agencia ha subrayado que no existe una forma de predecir qué infladores podrían fallar, ya que esto solo sería evidente en el momento de un choque. Según la ley federal de seguridad automotriz, cualquier defecto de este tipo debe ser corregido, enfatizó la NHTSA.

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