Devastadora radiografía sobre la escuela en Estados Unidos: la pandemia borró dos décadas de progreso en matemáticas y lectura
Los resultados de las pruebas a nivel nacional muestran cómo cayeron los niveles de los niños de 9 años, especialmente entre los estudiantes de menor rendimiento y entre quienes enfrentaron cierres de colegios más prolongados
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NUEVA YORK.- Los resultados de las pruebas nacionales de Estados Unidos publicados este jueves mostraron en crudos términos los efectos devastadores de la pandemia en los estudiantes escolares. El rendimiento de los niños de 9 años en matemáticas y lectura cayeron a los niveles de hace dos décadas.
Este año, por primera vez desde que las pruebas de Evaluación Nacional del Progreso Educativo comenzaron a rastrear el rendimiento de los estudiantes en la década de 1970, los niños de 9 años perdieron terreno en matemáticas y las calificaciones en lectura cayeron por el mayor margen en más de 30 años.
Los descensos abarcaron casi todos los niveles de ingresos y fueron marcadamente peores para los estudiantes con el rendimiento más bajo. Mientras que los mejores en el percentil 90 mostraron una caída modesta -tres puntos en matemáticas-, los estudiantes en el percentil 10 inferior cayeron 12 puntos en matemáticas, cuatro veces más.
“Me sorprendió el alcance y la magnitud de la caída”, dijo Peggy G. Carr, comisionada del Centro Nacional de Estadísticas Educativas, la agencia federal que administró el examen a principios de este año. Las pruebas se realizaron en una muestra nacional de 14.800 niños de 9 años y se compararon con los resultados de las pruebas realizadas por el mismo grupo de edad a principios de 2020, justo antes de que la pandemia se apoderara de los Estados Unidos.
Los estudiantes de alto y bajo rendimiento habían estado divergiendo incluso antes de la pandemia, pero ahora, “los estudiantes de abajo están cayendo más rápido”, dijo Carr.
En matemática, los estudiantes negros perdieron 13 puntos, en comparación con cinco puntos entre los estudiantes blancos, ampliando la brecha entre los dos grupos. La investigación documentó el profundo efecto que tuvo el cierre de escuelas en los estudiantes de bajos ingresos y en los estudiantes negros e hispanos, en parte porque era más probable que sus escuelas continuaran con el aprendizaje remoto durante períodos más largos.
Las disminuciones en los puntajes de las pruebas significan que, si bien muchos niños de 9 años pueden demostrar una comprensión parcial de lo que están leyendo, menos pueden inferir los sentimientos de un personaje a partir de lo que leyeron. En matemática, los estudiantes pueden saber operaciones aritméticas simples, pero menos pueden sumar fracciones con denominadores comunes.
Consecuencias
Los contratiempos podrían tener poderosas consecuencias para una generación de niños que deben ir más allá de lo básico en la escuela primaria para prosperar más adelante.
“Los puntajes de los exámenes de los estudiantes, incluso a partir de primero, segundo y tercer grado, son realmente muy predictivos de su éxito más adelante en la escuela y de sus trayectorias educativas en general”, dijo Susanna Loeb, directora del Instituto Annenberg de la Universidad de Brown, que se enfoca en desigualdad educativa.
“La principal razón para preocuparse es el menor rendimiento de los niños que ya tenían un menor rendimiento”, agregó. Estar tan atrasados, dijo, podría conducir a la desconexión en la escuela, lo que haría menos probable que se gradúen de la escuela secundaria o asistan a la universidad.
La Evaluación Nacional del Progreso Educativo se considera un gold standard en las pruebas educativas. A diferencia de las pruebas estatales, está estandarizado en todo el país, se ha mantenido constante a lo largo del tiempo y no intenta responsabilizar a las escuelas individuales por los resultados, lo que, según los expertos, lo hace más confiable.
Los resultados de la prueba ofrecieron una foto para solo un grupo de edad: niños de 9 años, que generalmente están en tercer o cuarto grado. (Más resultados, para los alumnos de cuarto y octavo grado, se publicarán a finales de este otoño boreal a nivel de estado por estado).
“Esta es una prueba que puede hablar descaradamente a los líderes federales y estatales de una manera clara sobre cuánto trabajo tenemos que hacer”, dijo Andrew Ho, profesor de educación en Harvard y experto en pruebas educativas que anteriormente se desempeñó en la junta que supervisa el examen.
Con el tiempo, los puntajes en lectura, y especialmente en matemáticas, generalmente han tenido una tendencia al alza o se han mantenido constantes desde que se administró la prueba por primera vez a principios de la década de 1970. Eso incluyó un período de fuerte progreso desde finales de la década de 1990 hasta mediados de la década de 2000.
Pero durante la última década más o menos, los puntajes de los estudiantes se estabilizaron en lugar de aumentar, mientras que las brechas se ampliaron entre los estudiantes de bajo y alto rendimiento.
Luego vino la pandemia, que cerró escuelas en todo el país casi de la noche a la mañana. Los maestros impartieron lecciones a través de Zoom y los estudiantes se sentaron en casa, luchando por aprender de manera remota.
En algunas partes del país, la peor de las interrupciones fue de corta duración, y las escuelas reabrieron ese otoño boreal. Pero en otras áreas, particularmente en las grandes ciudades con grandes poblaciones de estudiantes de bajos ingresos y estudiantes de color, las escuelas permanecieron cerradas durante muchos meses y algunas no reabrieron por completo hasta el año pasado.
Las pruebas nacionales, dijo Ho, cuentan la historia de una “década de progreso”, seguida de una “década de desigualdad” y luego el “shock” de la pandemia, que vino con un doble golpe. “Borró el progreso y exacerbó la desigualdad”, dijo Ho. “Ahora tenemos nuestro trabajo por delante”.
Calculó que perder un punto en el examen nacional se traduce aproximadamente en unas tres semanas de aprendizaje. Eso significa que un estudiante de alto rendimiento que perdió tres puntos en matemáticas podría ponerse al día en tan solo nueve semanas, mientras que un estudiante de bajo rendimiento que perdió 12 puntos necesitaría 36 semanas, o casi nueve meses, para recuperar terreno, y todavía estar detrás de sus pares más avanzados.
Hay indicios de que los estudiantes, que ya regresaron por completo a la escuela, comenzaron a aprender a un ritmo normal una vez más, pero los expertos dicen que se necesitará más que un día escolar típico para compensar las brechas creadas por la pandemia.
Los resultados deberían ser un “grito de guerra” para enfocarse en hacer que los estudiantes vuelvan a encarrilarse, dijo Janice K. Jackson, quien dirigió las Escuelas Públicas de Chicago hasta el año pasado y ahora es miembro de la junta de Chiefs for Change, que representa la educación estatal y líderes distritales. Llamó al gobierno federal a dar un paso al frente con grandes ideas, invocando el Plan Marshall, la iniciativa estadounidense para ayudar a reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
“Así de dramático es para mí”, dijo, y agregó que los políticos, los líderes escolares, los sindicatos de maestros y los padres tendrían que dejar de lado los muchos desacuerdos que surgieron durante la pandemia y unirse para ayudar a los estudiantes a recuperarse.
Por Sara Mervosh
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