De periodista cercano a Daniel Ortega a “traidor vendepatrias”: quién es Arturo McFields, el embajador rebelde de Nicaragua
El representante de Managua ante la OEA brindó ayer un fuerte discurso en el organismo en el que denunció la “dictadura” en su país; “Tengo miedo porque sé de lo que son capaces”, dijo después
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BOGOTÁ.- El video que hizo famoso a Arturo McFields forma parte de la memoria colectiva de los nicaragüenses. Data de la Navidad de 2006, pocas semanas después de que el Frente Sandinista recuperase el poder en las elecciones de noviembre. Toda una exclusiva: la única vez que una señal de televisión, en este caso el Canal 12, “invadió”, como dijo el propio periodista, la famosa casa presidencial de El Carmen en medio de las fiestas familiares. Un búnker recargado de los símbolos religiosos y esotéricos de Rosario Murillo.
“Muy bonito todo, ¿verdad?”, señaló el joven McFields, hijo del poeta afrocaribeño David McFields, amigo en su día de la supuesta poetisa Murillo. “Los ángeles representan esos seres de luz”, repitió la actual copresidenta, mientras el caudillo sandinista ofrecía cordero al estilo que le enseñó el presidente libio Muammar Khadafy.
Dieciséis años después, el periodista, tan cercano a la pareja presencial que incluso se abrazó a ambos durante su reportaje navideño, y que hizo carrera diplomática en Estados Unidos, se ha convertido en un “traidor vendepatrias” para el oficialismo. La propia Murillo, que ordena y dirige a los diplomáticos nicaragüenses, llamó por teléfono a McFields a los pocos minutos de su ya histórico discurso. En esta ocasión, por fin, él no contestó la llamada.
La rebelión y renuncia de Arturo McFields en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde fungía desde el año pasado como representante permanente con rango de embajador extraordinario y pleniponteciario, y sus palabras ante el Consejo Permanente son tan inéditas como aquel reportaje que le dio fama. Una fuerte sacudida en contra de un régimen rechazado por la mayor parte de la comunidad internacional, pero que mantiene bajo su yugo inflexible y sangriento a sus ciudadanos.
“Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible, es imposible. Tengo que hablar aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos. Tengo que hablar porque si no lo hago, las piedras mismas lo harán por mí”, recitó el periodista, que ha heredado de su padre la armonía de las palabras. Autor de Dios es negro, David McFields está considerado como uno de los autores imprescindibles de la etnia creole.
Palabras del Embajador de #Nicaragua Arturo McFields Yescas al Consejo Permanente de la #OEA pic.twitter.com/cMNiv69CIh
— OEA (@OEA_oficial) March 23, 2022
De la comunicación a la diplomacia
Fue precisamente su padre quien le marcó el camino de la diplomacia a Arturo, tras encabezar varias embajadas en África durante la década de gobierno sandinista en el siglo pasado. Tras graduarse en Comunicación Social con los jesuitas (Universidad Centroamericana/UCA) y trabajar en varios medios, el embajador nica formó parte del Cuerpo de Paz de Noruega, su puente a la diplomacia junto a un máster de relaciones internacionales en España.
De esta forma, en 2011 llegó a la Embajada en Washington como consejero de información y desde allí escaló posiciones hasta dar el salto a la OEA en 2018. El gobierno de Ortega intentó durante todo el día de ayer negar que McFields estuviera ejerciendo como embajador ante el organismo panamericano. No lo consiguió: su nombramiento figura en los documentos oficiales, incluso medios sandinistas le citaron como tal esta misma semana. Luis Almagro, secretario general de la OEA, le ha otorgado protección.
La ruptura del embajador fue total con el gobierno de Managua, incluso aprovechó para sumarse a la condena de la invasión rusa en Ucrania. La ofensiva sandinista en redes sociales también acusa a McFields de ser un agente de la CIA.
“Tengo miedo”
“Si regreso a Nicaragua me espera una celda en el Chipote (cárcel de los presos políticos)”, señaló el embajador rebelde al Canal 100%. “Tengo miedo porque sé de lo que son capaces. Los que están enfermos pudriéndose en una cárcel no se lo merecen”, prosiguió el también periodista, quien incluso confesó que el testimonio de la prisionera política Tamara Dávila le hizo llorar.
La activista de la Unidad Nacional Azul y Blanca es sobrina de la dirigente también presa Ana Margarita Vijil y tiene una hija de cinco años (la misma edad que la hija de McFields) a la cual no permiten que la visite en prisión. Ambas, junto a la exguerrillera Dora María Téllez y Suyén Barahona, conforman el grupo de mujeres que durante sus nueve meses de encarcelamiento han sufrido la ira sin límites de la pareja presidencial.
“Hay cosas que no tienen justificación, eso no es justicia, es otra cosa. Sus errores son peores, no se puede defender lo indefendible. Es imposible”, repitió el diplomático, quien desveló que aprovechó la oportunidad para hacer la denuncia porque “me debo a los que no tienen voz”.
McFields asegura que un buen número de funcionarios públicos están abandonando de forma silenciosa a la pareja presidencial. “Pero yo le dije a mi esposa que no me iba a ir calladito, si voy a cometer un error lo voy a hacer en grande”, concluyó.
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