Cuál es el verdadero impacto en la salud de caminar después de cenar
Expertos analizan los efectos de moverse tras la última comida del día y revelan cómo este hábito puede influir en la digestión, el control de la glucosa y el bienestar general
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El hábito de salir a caminar tras la cena ganó popularidad en los últimos tiempos. Sobre todo, en redes sociales como TikTok, donde se promueve como un sencillo truco para mejorar la salud. Pero surge la pregunta: ¿es realmente bueno o es solo una moda pasajera? Según expertos en salud, los beneficios de esta práctica son reales.
En diálogo con el portal con Delish, especialistas como la nutricionista Salma Alsibai afirman que caminar después de las comidas produce, por un lado, una sensación de bienestar, pero también tiene un impacto positivo en la salud metabólica.
Alsibai explica que, al caminar, “los músculos actúan como imanes de azúcar” y extraen “glucosa directamente del torrente sanguíneo sin necesidad de tanta ayuda de la insulina”. Esto, agrega, es particularmente ventajoso para personas con resistencia a la insulina, ya que ayuda a reducir los picos de azúcar en sangre y a mantener niveles de insulina estables.
Ideal para quienes tienen problemas de insulina
La doctora Richa Mittal, propietaria y fundadora de Radiant Health Dallas en Texas, sostiene que todos pueden beneficiarse de esta práctica, pero es especialmente importante para quienes tienen preocupaciones sobre la sensibilidad a la insulina, como personas con prediabetes, diabetes o síndrome de ovario poliquístico (SOP). En Estados Unidos, aproximadamente entre el 12 y el 14% de la población tiene diabetes, y el 38% se encuentra en riesgo de prediabetes.
Mittal afirma que caminar “ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina”. En esa misma línea, señala que realizar paseos cortos después de las comidas, ya sea tras el desayuno, el almuerzo o la cena, contribuye a reducir los niveles de azúcar en sangre y ofrece la oportunidad de mantenerse más activo durante el día.
Control de antojos y metabolismo
Al mantener equilibrado el nivel de azúcar en sangre, se evitan bajones de energía y esos antojos de carbohidratos que suelen aparecer más tarde, señala Alsibai. “Hacerse un tiempo para caminar después de comer no es solo una cuestión de estar en forma; es una estrategia inteligente para mantenerse con energía, alerta y controlar los antojos”, añade.
Según la doctora Bernadette Anderson, médica de familia en Columbus, Ohio, caminar después de cenar también puede estimular el metabolismo. Dice que esta actividad ayuda a quemar calorías y a prevenir el almacenamiento excesivo de grasa. Además, reduce la grelina, la hormona que estimula el apetito, lo que facilita resistir la tentación de consumir tentempiés nocturnos adicionales.
Reducción del estrés y mejora del descanso
Realizar movimientos suaves tras la cena ayuda a disminuir las hormonas del estrés, algo que colabora a que el cuerpo se relaje y descanse. “Una caminata corta puede preparar el terreno para una noche más tranquila, facilitando conciliar el sueño y permanecer dormido durante toda la noche”, comenta Anderson. Sin embargo, recomienda esperar al menos una hora y media entre la caminata y la hora de acostarse para evitar dificultades al dormir.
Más allá del control del azúcar en sangre, caminar después de comer mejora la circulación al incrementar el flujo sanguíneo. Esto ayuda al cuerpo a suministrar oxígeno y nutrientes a las células de manera más eficiente, explica Anderson.
Con el tiempo, esta práctica regular puede reducir la presión arterial al fortalecer el corazón y mantener las arterias sanas. Así, disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otros problemas relacionados con el corazón. Por lo tanto, caminar también ayuda a mantener niveles saludables de colesterol.
Momento ideal para salir a caminar después de cenar
En cuanto al momento ideal para comenzar a caminar después de cenar, Alsibai sugiere que cuanto antes, mejor. Una investigación de 2023 publicada en la revista Sports Medicine indica que un paseo rápido pocos minutos después de terminar la comida ayuda al cuerpo a controlar el azúcar en sangre de inmediato.
“Incluso una caminata de cinco minutos puede marcar la diferencia, y las caminatas más largas de 30 minutos amplifican los beneficios”, destaca Alsibai. “Lo ideal es comenzar a caminar dentro de una hora después de comer, ya sea inmediatamente o un poco más tarde, pero cuanto más rápido puedas moverte, más dramático será el impacto”.
En lo que respecta al movimiento después de las comidas, caminar es realmente la mejor opción, asegura Mittal, ya que trotar puede resultar perturbador para el sistema digestivo. El término “paseo de los pedos” es una forma lúdica de referirse a esta caminata ligera tras las comidas para estimular la digestión y liberar gases, lo que ayuda a que el intestino funcione de manera eficiente, explica Alsibai.
Al promover la digestión, estos paseos ayudan a prevenir la hinchazón, favorecen los movimientos intestinales regulares y mejoran la motilidad intestinal.
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