“Como un carrito de golf”: un avión eléctrico logró completar un recorrido de 2200 km en Estados Unidos

La compañía BETA Technologies está impulsando avances tecnológicos importantes que, a largo plazo, contribuirán para reducir la contaminación y los altos costos de los viajes por aire. En últimos años, se ha insistido en la preocupación por la forma en que los millones de vuelos alrededor del mundo contribuyen al efecto invernadero, principalmente por la producción de dióxido de carbono como resultado de la combustión del queroseno.

Sin embargo, al ser un combustible difícil de reemplazar, una de las alternativas es la sustitución por aeronaves eléctricas. Una transición que no ocurrirá de la noche a la mañana, pero ya existen compañías haciendo pruebas para demostrar su viabilidad. Esta en específico no se enfoca en el transporte de personas sino en el traslado de mercancías.

El avión desarrollado por BETA y que han llamado ALIA es el mayor orgullo del fabricante aeroespacial. Recientemente completó un recorrido que, a decir de una de las especialistas involucradas en las pruebas, no se había visto antes. Se trató de una misión con ocho paradas para recargar a lo largo de seis estados en territorio estadounidense.

La misión de la aeronave, que requiere una carga de 30 minutos para completar su ciclo, emprendió el vuelo en el Aeropuerto Internacional de Plattsburgh (KPBG) de Nueva York el 23 de mayo y aterrizó el 30 de mayo en el Aeropuerto Municipal de Bentonville de Arkansas. El avión pasó un total de 11 horas, 44 minutos en el aire para completar el recorrido.

“Creo que con este tipo de vuelo, a un nivel muy alto, cambiamos la imagen de lo que es la aviación eléctrica”, dijo el fundador y director ejecutivo de Beta, Kyle Clark. Además, destacó que la prueba marcó un momento histórico para la aviación porque se realizó con las condiciones habituales de vuelo y no se limitó a una experiencia en despoblado. ¿El principal desafío? Demostrar la capacidad de transportar carga a lo largo de 2200 kilómetros.

Esta no es la primera vez que la aeronave experimental se enfrenta a una prueba de alto nivel. En marzo, fue tripulada por dos pilotos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos; Jonathan Appleby y George Griffiths, quienes cuentan con experiencia en este tipo de vuelos, fueron los encargados. La misión fue el cierre de una colaboración entre Beta y esta rama de servicio militar para “desarrollar y refinar el avión ALIA con el objetivo de hacer realidad la aviación eléctrica”, según comunicó el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea.

“Si conduces un coche eléctrico o incluso un carrito de golf en un campo de golf, en cuanto pisas el acelerador tienen una respuesta instantánea. Es exactamente lo mismo con esto, podemos ir de 0 a 100 de potencia instantánea”, Griffiths definió así la experiencia con relación a la capacidad de respuesta de la aeronave. El Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea apuntó que el desarrollo de ALIA ha sido un trabajo conjunto de tres años que garantiza cero emisiones operativas.

Por su parte, Kyle Clark agradeció la disposición de los pilotos, quienes recibieron capacitación especializada para hacerlo posible: “Este vuelo significa un hito importante, brindando la oportunidad de un futuro limpio para las fuerzas armadas de nuestra nación y un camino hacia la independencia de los combustibles fósiles”.

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