Cómo son los aviones F16 sin puntos ciegos con los que Estados Unidos interceptó a los bombarderos rusos cerca de Alaska

Un comunicado del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) encendió las alarmas luego de que detectaran a dos bombarderos rusos volando en las proximidades de Alaska. Las aeronaves, utilizadas como portamisiles y con fines de vigilancia aérea fueron identificados como Tu-95 Bear-H, un modelo de bombarderos utilizados desde 1952.

El informe detalla que fueron detectados, rastreados e identificados mientras “ingresaban y operaban dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska”. En esta zona, por temas de interés nacional todas las aeronaves deben estar identificadas y con control de plan de vuelo. Así que no ingresaron a territorio canadiense o estadounidense.

“La actividad rusa reciente en la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Norteamérica no se percibe como una amenaza ni como una provocación”, aclararon en el comunicado. Dejaron claro que, ante cualquier alerta, despliegan equipamiento como radares terrestres, radares aerotransportados y aviones de combate para dirigir las acciones adecuadas.

En este caso, utilizaron dos aeronaves F-16 para la intercepción, las mismas que en algún momento se contemplaron para enviar como apoyo a Ucrania, pero hasta el momento no sucedió debido a las implicaciones que pueden generar para los Estados Unidos, en lo que Vladimir Putin podría clasificar como acción directa.

Conocido como F-16, pero llamado F-16 Fighting Falcon, el avión es un monomotor cuyo diseño data de 1970 y estuvo a cargo de General Dynamics. Inicialmente fue hecho para la Fuerza Aérea estadounidenses y cuatro países miembro de la OTAN, Bélgica, Dinamarca, Noruega y los Países Bajos.

Posteriormente ha servido como aeronave anti-bombarderos en las fuerzas armadas de 25 países y se han fabricado aproximadamente 4600 unidades. Entre los operadores, se encuentran Dinamarca, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Grecia, Italia, Noruega, Polonia, Portugal, Tailandia, además de los países latinos Chile y Venezuela.

De acuerdo con especialistas en naves de combate, se usó en los grandes conflictos bélicos desde su producción a mediados de los años 70. Además, lo destacan por ser un avión que ha podido ser objeto de actualizaciones pese al paso del tiempo, una cualidad que lo hace flexible a las necesidades de sus operadores.

Las aeronaves F-16 y las F-15 Eagle fueron las primeras que lograron soportar varios G de fuerza, la unidad que mide la fuerza de gravedad con la que somos atraídos a la tierra. Sin embargo, esto lo convierte en un anti-bombardero que requiere pilotos calificados para controlarlo.

Entre sus características destacables desde su fabricación, está la cúpula de la cabina fabricada con policarbonato y que permite una visión completa de todos los ángulos al piloto. Una ventaja en momentos de necesidad debido a que elimina los puntos ciegos que pudieran vulnerar su seguridad.

De acuerdo con especialistas en naves de combate, su precio oscila entre 14 y 18 millones de dólares, dependiendo de las variantes en los modelos.

Entre las últimas adiciones tecnológicas, se distinguen: pantallas multifunción de cristal líquido, cámara de video para grabar el panorama del piloto en la pantalla frontal, sistema digital del terreno y un módem de datos mejorado para transmitir a un observador en tierra.

Cuenta con nueve puntos duros para cargas de armas, ubicados en cada punta del ala, tres debajo de ellas y una línea debajo del fuselaje.

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