Cómo recalentar un pollo asado de Costco después de congelarlo
Este producto tiene un precio muy accesible en la cadena de supermercados y existen algunas recomendaciones para que se mantenga en buen estado dentro del refrigerador
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El pollo asado de Costco es famoso por su excelente relación entre calidad-precio y sabor. Por solo US$4.99, se puede adquirir un pollo asado entero y para maximizar su utilidad, es importante saber cómo congelarlo correctamente para que se mantenga en óptimas condiciones.
Antes de congelar el pollo asado de Costco, hay que asegurarse de dejarlo enfriar por completo. Como señala Chowhound, este paso es crucial para reducir el riesgo de contaminación bacteriana. Primero hay que dejar el pollo a temperatura ambiente por un máximo de dos horas y después enviarlo al refrigerador para que continúe enfriándose.
Una vez frío, se debe colocar el pollo en un recipiente hermético apto para congelador. No hay que olvidar etiquetar el recipiente con la fecha para llevar un control adecuado y, para obtener la mejor calidad, utilizarlo en lo posible dentro de los cuatro meses.
¿Cómo manejar piezas más pequeñas?
Si se prefiere congelar partes del pollo en lugar de congelarlo entero, el proceso es sencillo. Hay que dividir el pollo en porciones individuales o desmenúzalo según las necesidades. Utilizar bolsas de plástico con cierre hermético aptas para congelador para almacenar las porciones.
Es importante también asegurarse de exprimir todo el aire de las bolsas antes de sellarlas y no olvidar colocar la fecha. Estas porciones se conservarán en buen estado hasta por tres meses.
Formas de recalentar
La clave para mantener la calidad del pollo asado congelado es recuperar la humedad durante el recalentamiento. Si se toma la decisión de recalentar el pollo directamente del congelador, hay dos opciones disponibles para el proceso.
Una es en el horno: colocar el pollo en una bandeja para hornear y agregar un poco de agua al fondo. Debe cubrirse con papel de aluminio y ser horneado a temperatura baja. Esto ayudará a que el pollo absorba la humedad y mantenga su jugosidad.
La otra opción es en la olla de cocción lenta. Similar al horno, hay que agregar un poco de agua en el fondo y cocinar a temperatura baja para que se mantenga húmedo y sabroso.
Si se opta, en cambio, por descongelar el pollo antes de recalentar, puede hacerse desde el propio refrigerador, dejándolo entre 24 y 48 horas, dependiendo del tamaño, y luego calentarlo en una freidora de aire para obtener una piel crujiente.
Como alternativa, el microondas cumple la misma función, aunque en este caso es recomendable cubrir el pollo con una toalla de papel húmeda para ayudar a mantener la humedad.
LA NACION
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