Cinco cosas que deberías conocer sobre Henry Kissinger, una figura dominante en los asuntos globales en los años 1970
El exsecretario de Estado estadounidense fue una figura clave de la diplomacia en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial y hombre de confianza de Richard Nixon y Gerald Ford; falleció el 29 de noviembre a los 100 años
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El exsecretario de Estado Henry Kissinger murió el miércoles a los 100 años. Como diplomático, ejerció una influencia de gran alcance en los asuntos globales bajo las presidencias de Richard Nixon y Gerald Ford entre 1969 y 1977, lo que le valió tanto difamación como el Premio Nobel de la Paz. Este poderoso hombre falleció en su casa de Connecticut por causas aún desconocidas.
A continuación se enumeran cinco cosas que es necesario saber sobre su vida en el gobierno y la trascendencia del hombre que marcó la política exterior de los Estados Unidos durante medio siglo:
Su portafolio
Durante ocho agitados años, primero como asesor de seguridad nacional, luego como secretario de Estado y durante un tiempo como ambos, Kissinger desempeñó un papel dominante en la política exterior. Dirigió la primera actividad de intermediación, conocida en inglés como “shuttle diplomacy” en la búsqueda de la paz en Medio Oriente.
Asimismo, utilizó negociaciones secretas para restablecer los lazos entre Estados Unidos y China y también inició las conversaciones de París que, en última instancia, proporcionaron un medio para salvar las apariencias y sacar a Estados Unidos de la guerra en Vietnam. Fue el responsable de buscar una distensión con la Unión Soviética, lo que condujo a acuerdos de control de armas.
Su jefe
El poder de Kissinger creció durante la agitación del escándalo Watergate, cuando el diplomático políticamente sintonizado asumió un papel similar al de copresidente del debilitado Nixon. “Sin duda se despertó mi vanidad”, escribió más tarde Kissinger sobre su creciente influencia durante el Watergate. “Pero la emoción dominante fue una premonición de catástrofe”.
Kissinger dijo a sus colegas en la Casa Blanca que él era la única persona que impedía que Nixon, “ese lunático borracho”, hiciera cosas que “harían estallar el mundo”, según Walter Isaacson, quien escribió Kissinger, la biografía de 1992.
Su caché
Kissinger adquirió una reputación de mujeriego durante la administración de Nixon y de hecho consideraba a las mujeres como “una diversión o como un pasatiempo”. En su libro, Isaacson sostuvo que los ejecutivos de Hollywood estaban ansiosos por ponerlo en contacto con estrellas jóvenes, a quienes el diplomático invitaba a estrenos y restaurantes llamativos.
Entre las mujeres con quienes se relacionaban, se encontraban Jill St. John, Shirley MacLaine, Marlo Thomas, Candice Bergen y Liv Ullmann. En 1972, en una encuesta del club Playboy, el hombre apodado “Super-K” por Newsweek fue elegido como “el hombre con el que más les gustaría tener una cita”. De acuerdo con la explicación de Kissinger, “el poder era el afrodisíaco por excelencia”.
Sus críticas
Durante décadas, Kissinger luchó contra la idea de que él y Nixon habían llegado en 1972 a un acuerdo sobre los términos de la negociación de la paz en Vietnam, que habían estado disponibles desde 1969 y, por lo tanto, habían prolongado innecesariamente la guerra a costa de decenas de miles de vidas estadounidenses.
Fue castigado por autorizar escuchas telefónicas de periodistas y de su propio personal del Consejo de Seguridad Nacional para cubrir filtraciones de noticias en la Casa Blanca de Nixon. Fue denunciado en los campus universitarios por el bombardeo y la invasión aliada de Camboya en abril de 1970, con la intención de destruir las líneas de suministro de Vietnam del Norte a las fuerzas comunistas en Vietnam del Sur. Algunos culparon a esa “incursión”, como la llamaron Nixon y Kissinger, de contribuir a la caída de Camboya en manos de los insurgentes de los Jemeres Rojos.
Sus últimos años
Kissinger cultivó la reputación de un respetado estadista anciano, dando discursos, ofreciendo consejos a presidentes republicanos y demócratas por igual y administrando un lucrativo negocio de consultoría global mientras viajaba por el mundo.
Pero los registros de la era Nixon, publicados a lo largo de los años, trajeron consigo revelaciones que a veces lo arrojan bajo una luz dura. Kissinger fue perseguido por críticos dentro y fuera del país, que argumentaban que se le debería pedir cuentas por sus políticas en el Sudeste Asiático y su apoyo a regímenes represivos en América Latina.
Tuvo que pensarlo dos veces antes de viajar a ciertos países para estar seguro de que no sería citado por jueces que buscaban interrogarlo sobre las acciones de la Administración Nixon.
Con información de AP
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