Carolina Barrero, activista cubana: “No puede haber un acercamiento con una dictadura que tiene más de 1000 presos políticos”
La historiadora y disidente, exiliada de la isla, viajó a Los Ángeles y dijo en una entrevista con LA NACION que Cuba no puede ser un paradigma de la izquierda porque lo que hay detrás de eso es el dolor de muchísimas familias durante demasiadas décadas
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LOS ÁNGELES.- Carolina Barrero es historiadora y curadora de arte, y una de las pocas activistas cubanas que logró traer su voz a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles. En 2021, Barrero sufrió un acoso permanente del régimen de Miguel Díaz-Canel luego de las históricas protestas que sacudieron a la isla, brutalmente sofocadas y reprimidas. Estuvo seis meses bajo prisión domiciliaria, y terminó expulsada a principios de este año bajo la estrategia “cárcel o exilio”.
En Los Ángeles, Barrero pidió la liberación de los presos políticos de Cuba –más de 1000, dijo, más que cualquier otro país de la región y muchos de ellos jóvenes o menores de edad– y criticó a los gobiernos que respaldan a los regímenes de América Latina, Cuba, Nicaragua y Venezuela, que fueron excluidos por Estados Unidos de la cumbre.
“La complacencia y la tolerancia con los regímenes autoritarios lo único que ha probado dar como resultado es que estos regímenes ganen tiempo, que se crean con la impunidad para poder continuar perpetrando crímenes”, dice Barrero, 35 años, en una entrevista con LA NACION. “Los intereses políticos y económicos no pueden estar por encima de los valores democráticos y los principios de la democracia”, completó.
La ausencia de las tres dictaduras de América latina en Los Ángeles fue un tema que nunca abandonó la cumbre. El régimen de Miguel Díaz-Canel impidió que viajaran activistas de la isla a Estados Unidos, pero varios activistas exiliados, como Barrero, llevaron su lucha y sus reclamos al foro más importante de la región. Las diferencias por la defensa de los derechos humanos quedaron expuestas: mientras el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no quiso venir en solidaridad con los excluidos, y el presidente Alberto Fernández criticó la exclusión, otros mandatarios, como Iván Duque, de Colombia, fustigaron a viva voz los abusos cometidos por Díaz-Canel, Daniel Ortega, en Nicaragua, y Nicolás Maduro, en Venezuela.
“La cumbre no ha cedido a las presiones de otros gobiernos de la región como México, Honduras, Guatemala, que han dicho que si no invitaban a los dictadores no vendrían. Eso nos parece un chantaje, una presión injustificable porque además la razón no puede ser invitar a los tiranos que no cumplen además con la carta fundacional de la Cumbre de las Américas que demuestra que no somos nosotros los que no los invitamos, son ellos los que se autoexcluyen”, dijo Barrero.
Barrero elogió la resistencia ucraniana. “La resistencia ha probado tener un inmenso poder transformador”, indicó. “Eso se ve en el caso de Ucrania. A pesar de que todo el mundo les daba tres días para que los rusos entraran y tomaran Kiev, han pasado cuatro, cinco meses y eso no ha sucedido. Probó ser más eficiente la resistencia y el no sin reservas a la influencia de los autoritarismos que la complacencia, la postura abierta al diálogo, la postura del silencio”, afirmó.
La activista, quien fue curadora en la bienal de arte en La Habana, también ensayó una defensa de la política de sanciones y el embargo. Su postura cambió. “Hasta hace un año y medio me parecía que el embargo no le servía a nadie que no fuera al propio regimen. Era una justificación narrativa para el gran relato épico de la revolución que necesitaba de un enemigo y que se alimentaba y se alimenta del sentimiento anticapitalista de la izquierda global que tiene este sentimiento anticapitalista y el régimen lo ha detectado muy bien como parte de su propaganda y de su relato. Se posiciona como ese David contra ese gran imperialismo, ese David contra ese Goliat. Y eso le ha funcionado muy bien desde el punto de vista narrativo”.
Barrero dice ahora que las sanciones deben seguir, pero no de cualquier manera. Tienen que ser multilaterales, y quirúrgicas, “no pueden ser para el pueblo, tienen que ser para los perpetradores.
“Cuba es una aliada de Putin en las Américas. Por eso no puede tener el mundo una postura de sancionar a Putin y no sancionar a sus aliados latinoamericanos. No puede haber un acercamiento con una dictadura que tiene más de 1000 presos políticos, no se pueden generar sanciones de este tipo y no a este regímenes”, afirma.
–¿Qué le dice a quienes defienden al régimen castrista y la revolución?
–El mito de la revolución. Es una ficción. A esa gente le diría que se atrevan a vivir en la verdad. Los totalitarismos viven de ficciones. La narrativa que construyen es lo que los sostiene en el poder como ninguna otra cosa. Hurgar en la verdad es lo único que disuelve la ficción totalitaria. Les diría también que Cuba no es el reservorio de todas sus aspiraciones de la izquierda, Cuba no puede ser ese paradigma porque lo que hay detrás de eso es el dolor de muchísimas familias durante demasiadas décadas.
–¿Y a quiénes piden una política más dura?
–Les diría lo mismo. Esto se trata de democracia. La democracia es un espacio para la tolerancia y la convivencia de todas las posturas. No pueden ellos terminar siendo lo mismo que condenan. Esto es contra el autoritarismo. Y va de democracia. Y ese es el espacio de lo plural.
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