Así es la única isla privada de San Francisco que está a la venta por US$25 millones: “Es como tener un da Vinci”
La formación está ubicada en el medio de la bahía y desde hace varias décadas no tiene ningún habitante; tampoco cuenta con servicios como luz o agua potable
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Poseer una isla privada puede ser el anhelo de muchos, sin embargo, no en todas las ciudades del mundo es posible acceder a estos exclusivos terrenos. Adquirirlos implica habitualmente un alto costo, y además, conlleva el desafío de edificar en zonas a menudo inhóspitas. Esto último aplica incluso cuando la ubicación se encuentra próxima a grandes centros urbanos.
Este es el caso de Red Rock Island, la única isla en venta de la Bahía de San Francisco que se encuentra disponible por 25 millones de dólares. Pero a pesar de su alto valor y de carecer de servicios básicos como agua y electricidad, este singular pedazo de tierra atrae la atención por su ubicación privilegiada y su potencial como propiedad de prestigio.
Con una extensión de aproximadamente 6 acres, la isla se encuentra cerca del puente Richmond-San Rafael de San Francisco, y ofrece vistas panorámicas de la bahía desde su cima. Sin embargo, su accesibilidad se limita a viajes en barco o helicóptero, lo que añade un elemento de exclusividad y privacidad.
El terreno se caracteriza por sus acantilados empinados, una costa rocosa y una vegetación variada. A pesar de estas características naturales, lo que realmente impulsa su elevado precio es su estatus como una propiedad codiciada, comparada por algunos con obras de arte de gran valor.
“Creemos que esto es como poseer un Leonardo da Vinci o un Rothko”, dijo Chris Lim, el agente inmobiliario que representa al vendedor, Brock Durning, al New York Post. Durning, quien acampaba de manera seguida en la isla durante su juventud, heredó la propiedad de su padre, quien la obtuvo en 1964 por 49.500 dólares antes de trasladarse a Tailandia.
Red Rock Island tiene una historia rica y variada. En el siglo XIX, fue ocupada por comerciantes de pieles rusos y, más tarde, por el comandante de la Marina de EE.UU. y senador estatal Selim Woodworth, quien construyó una cabaña, que ahora ha desaparecido. A lo largo de los años, se han sugerido y planeado varios proyectos para la isla, entre los que se incluían un hotel, un club Playboy, un helipuerto, un restaurante y una capilla para bodas, pero hasta la fecha sigue sin desarrollarse ninguno.
Los intentos previos de venta de la isla han sido infructuosos. Durante los últimos 20 años, según Chris Krolow, CEO de un sitio web de listado de islas privadas, Red Rock ha entrado y salido del mercado con precios que han oscilado entre los $5 millones y los actuales $25 millones, su valor más alto hasta la fecha. Sin embargo, Krolow tiene poca fe en que la isla encuentre un comprador. “Las llamamos nuestras islas decorativas”, explicó. “Se ven muy bonitas y atraen mucha atención, pero no se venden”.
La venta de Red Rock Island representa un desafío único en el mundo inmobiliario, ya que combina el prestigio de poseer una isla privada con la realidad práctica de su falta de desarrollo y servicios básicos. Esta propiedad singular no solo es un reflejo del mercado inmobiliario de lujo, sino también un testimonio de cómo el valor percibido y la historia pueden influir en el precio de los bienes raíces.
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